TradeSport 246 - Septiembre 2016

tradesport TS 77 El momento exacto en el que el fitness subió un escalón es difícil de concretar, pero es obvio que en estos últimos años ha habido dos factores que han incidido directamente en su desarrollo: por un lado, la transformación radical de los gimnasios, que con relativa rapidez se han convertido en verdaderos templos de salud y deporte; y por otro lado, la incomprensible subida del IVA que hizo el gobierno hace algunos años. pias) o no quiere arriesgarse a gastarse dinero en algo que, quizás, no acabe utilizando tanto como cree. Quizás ello justifique que, en los años de crisis, la caída de las ventas alcanzase entre un 20% -los más optimistas- y un 30%. Ventajas, a este tipo de aparatos, no le faltan. Ni argumentos de venta. Los aparatos que venden la mayoría de marcas suelen ser muy completos. Algo más simples (y sobre todo más compactos) que los que podemos encontrar en los gimnasios, pero con prestaciones suficientes como para que no echemos de menos nada. Además, la gran mayoría de estos aparatos también permite llevar acabo un control minucioso de la actividad, con programas de entrenamiento y estadísticas muy completas. ¿Desventajas? A priori dos: el precio y el espacio, pero en ambos casos las marcas están haciendo un muy buen trabajo. Pero de la misma manera que hemos sabido ver algo positivo en la subida del IVA, también podemos buscar las cosas buenas que nos ha traído la crisis: la caída de las ventas ha ayudado a depurar las formas de intrusismo y a “limpiar”, en parte, un mercado que ya estaba al borde de la saturación en cuanto a la oferta. La realidad actual es compleja. El consumo se ha estabilizado, pero lo ha hecho a costa de poner el precio como principal arma de batalla. Y como en los gimnasios, la bipolarización de la oferta se está acentuado, finiquitando el precio medio y dividiendo el sector entre primeros precios y gamas altas. En cuanto a las ventas, s diferencia del fitness profesional, que salvo rarísimas excepciones puede implicar a la tienda como intermediaria, el Home-fitness sí tiene, o ha tenido, un papel clave para un determinado perfil de comercio deportivo, aunque la realidad actual es muy diferente de la de hace apenas una década: actualmente es el mundo online el que controla la mayor parte de las ventas…y donde se acentúa la competencia). ¿Por qué? Pues básicamente porque su manera de trabajar implica muchos menos riesgos que los que debe asumir una tienda física. No en vano, por sus dimensiones, y también por su precio, el Home-Fitness no ha sido nunca un producto estrella en las tiendas de deporte. La falta de confianza (y de espacio y dinero) del canal multideporte ha limitado la venta de este tipo de artículos a las pocas tiendas especialistas, a las grandes cadenas multideporte y, cada vez más, a través de tiendas virtuales. Éstas, sin problemas de espacio, de stock y de dinero están ganando cuota rápidamente. Actúan como simples intermediarias entre consumidor y marca, casi siempre sin almacenes, sin riesgo y, muchas veces, sin necesidad de tener que costear el traslado, que lo hace directamente el proveedor. En cualquier caso, una vez superada la crisis y con un mercado cada vez más definido, es probable que el Home-fitness recupere parte del terreno perdido, tanto de los primeros precios, como en las gamas más altas (con una cuota cada vez mayor). El trabajo de las marcas está siendo espectacular, tanto en producto como en servicio postventa. Las limitaciones para apostar por un aparato doméstico son cada vez menores tanto para el consumidor como para la tienda, y aunque es muy difícil saber quién va a vender, no lo es tanto pensar que alguien va a hacerlo. PISTA PARA DESPEGAR El potencial del wellness es obvio. Sobre todo ahora que los baches que puso el gobierno parecen haberse minimizado y que la crisis se va dejando atrás. El wellness ha superado todo esto. Está por encima. Evidentemente que las cosas irían mucho mejor si el viento soplase a favor, pero que en la tormenta se hayan construido nuevos modelos de negocio y que el concepto wellness tenga la fuerza que tiene, dice mucho del recorrido hecho y, sobre todo, del que queda por hacer. Los gimnasios van a tener que seguir evolucionando a la misma rapidez que lo hacen las tendencias en el mundo del fitness. Algunos apostando por el precio y otros por los servicios, pero la gran suerte que tiene el deporte y las instalaciones deportivas es que la salud está ganando mucho terreno y que, pese a la crisis, la gente sigue bastante predispuesta a apostar por el bienestar. La segmentación del fitness y su posterior conversión hacia el wellness, ha roto por completo un segmento que en su momento gozó de un buen volumen de ventas y de una fuerte especialización. El fitness tradicional ya se ha visto anulado por el poder del wellness. Y eso, a la larga, puede ser muy positivo. La gente tiene ganas de estar en forma, y las cifras de practicantes de deportes de gimnasio y otras modalidades vinculadas al fitness/wellness, pese a los palos de la crisis y del gobierno, siguen siendo buenas.

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