TradeSport 246 - Septiembre 2016

ESPECIAL FITNESS También hay que tener en cuenta que el fitness ha sido uno de los sectores que mejor ha comprobado la fluctuación del mundo de la moda y tras algunos años en los que la estética fitness, triunfaba dentro y fuera de los gimnasios, de un día para otro este look se convirtió en obsoleto y las ventas cayeron en picado. Ahora parece que el gran trabajo que están haciendo determinadas marcas está generando, otra vez, una muy buena demanda en el comercio deportivo. En calzado, es especialmente destacable la apuesta que están haciendo las grandes marcas del sector, con Reebok en cabeza, pero con un muy buen trabajo, también, de adidas, Puma o Nike. En textil, algunas marcas especializadas en lo que podríamos catalogar como prendas de gimnasio (y deporte en general) han sabido ganarse la confianza del consumidor, sobre todo de la mujer, mezclando esta tecnicidad con un diseño muy cuidado. Entre quienes han conseguido, de la mano de la moda y, también, de la tecnicidad, abrirse un hueco en esta nueva franja de precios –una de las que más ha crecido, en contraposición con los primeros precios- encontramos marcas como Casall, Naffta o Löle, con una filosofía muy clara que tiene como base el apostar fuerte por el diseño sin renunciar a la funcionalidad y a la versatilidad. Su argumento más contundente, probablemente, sea el look, extremadamente cuidado y, sobre todo, muy femenino y “actual”. Más allá del calzado y el textil, si hay una categoría de producto que ha ganado peso en los últimos años dentro del mundo del fitness-wellness esas es, sin duda, la de los pulsometros. En los últimos años se han multiplicado las ventas, especialmente entre los habituales del fitness. Su uso siempre es recomendable para los aficionados al deporte, amateur y profesionales, porque cuando practicamos ejercicios aeróbicos que involucran a grandes grupos musculares es bueno saber si la intensidad de nuestro esfuerzo es la adecuada para nuestra edad, condición física, u objetivos en general (mejorar nuestra condición física y perder peso, mantener la forma, prepararnos para participar en maratones populares, etc). La oferta es muy amplia, y el deportista puede encontrar desde modelos básicos que ofrecen información sobre la FC y las calorías quemadas, hasta modelos más sofisticados que, además de medir la FC, nos ofrecen multitud de datos para tener un control total de lo realizado. Algunos, incluso, disponen de Gps y conexión inalámbrica con el ordenador (para analizar y estudiar los datos a fondo). EL HOME-FITNESS, A EXPENSAS DEL CAMBIO DE CICLO El Home-fitness siempre ha representado un volumen importante dentro de la facturación total del fitness. Su fuerza no es la de la gama profesional, pero para muchas marcas es el eje sobre el que giran todas sus estrategias y, obviamente, cuando esta categoría sufre, las marcas se resienten. La subida del IVA, lógicamente, no tiene apenas incidencia en la vertiente doméstica de los aparatos de fitness, pero hay otro factor que en estos últimos años sí que ha alterado el comportamiento de este universo: la crisis. Hasta que la crisis llegó a nuestro mercado, el fitness vivió una época relativamente buena. Los gimnasios crecían –en cantidad, calidad, facturación y clientes- y, paralelamente, se daba un importante auge del Home-fitness. Las razones de este crecimiento de los aparatos domésticos eran varias, desde la falta de tiempo o de gimnasios en la zona hasta, simplemente, la predilección por hacer deporte en casa, sin horarios, sin tener que desplazarse, sin gente y sin cuotas. Es probable, incluso, que durante las primeras embestidas de la crisis , y ante la dificultad de pagar cuotas de gimnasio, más de uno apostase por alguna gama baja o media de bicicletas estáticas, elípticas, cintas para correr, máquinas de remo o cualquiera de las cada vez más modernas –y accesibles- máquinas de fitness. El problema es que, tras 4 o 5 años de crisis, el consumidor o no tiene dinero ni para esas gamas bajas o medias (que ya controlan grandes cadenas con sus marcas proEl Home-fitness siempre ha representado un volumen importante dentro de la facturación total del fitness. Su fuerza no es la de la gama profesional, pero para muchas marcas es el eje sobre el que giran todas sus estrategias y, obviamente, cuando esta categoría sufre, las marcas se resienten. TS 76

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