Cíclicamente vemos en el sector como crece un soufflé en alguna disciplina o segmento que, en la mayoría de ocasiones, no acaba por germinar en ningún resultado. Todos conocemos diversos soufflés: el del esquí -en especial cuando la climatología invernal es esquiva- el del padel, el del running, el del outdoor, etc. En estos momentos parece estar cogiendo forma el del ciclismo, la actividad deportiva que, según los datos de Sportpanel, es la de mayor peso en el global de la distribución deportiva. Mientras el segmento acumula años de crecimiento de doble digito tanto en facturación como en número de tiendas o de marcas, los últimos meses que auguran un cierto estancamiento están haciendo saltar las alarmas en todas direcciones. Hasta Carlos Nuñez, Director de AMBE, apuntaba su preocupación en la presentación de los datos del sector en 2015 ante la posible deriva que pueda tener el sector, en especial, por las "guerras de precios". Esta posibilidad que el director de AMBE apuntaba en la jornada es ya una realidad a tenor de las afirmaciones y comentarios de los comercios ciclistas en las diversas revistas profesionales del sector. Es destacable que la persona que representa a las marcas se plantee esta posibilidad como una amenaza, pues si bien es cierto que una reducción de márgenes en el punto de venta acaba, ineludiblemente, afectando antes o después a toda la cadena de suministro, no es menos cierto que el riesgo en este sector, y en especial en el canal ciclista, está fundamentalmente trasladado a las tiendas, con una programación anual. A nadie se le escapa que ante una programación y stockaje anual, cualquier estancamiento o ralentización de ventas hace que las tiendas deban ser muy ágiles en intentar dar salida al stock para recuperar liquidez, más aún cuando los costes financieros de las tiendas con la banca no son precisamente baratos. En mi opinión, si las marcas ven un riesgo en ese sentido, deberían plantear estrategias que ofrecieran flexibilidad a las tiendas, para evitar tener que recurrir rápidamente a las ofertas y/o liquidaciones para ganar liquidez, así como establecer fórmulas de comercialización que ayudarán a sostener un valor adecuado de sus productos en la venta al consumidor final. Sinceramente, no creo que vaya a suceder. Sin ir más lejos en el sector ciclista se observa una tensión terrible en precios provenientes del online, sin que haya motivado cambios destacables. Es más, este problema, para muchos, es consustancial a los mercados maduros; alimentación, moda, electrodomésticos sufren unas guerras de precio feroces. Para estos mismos, la "limpieza" de tiendas es una tendencia natural, tanto como la concentración y la venta directa o mediante partnership. Desde mi óptica, poca o ninguna solución encuentro ahí, más bien al contrario. ¿Acaso las tiendas que queden van a sostener las programaciones, ventas y actividad generada por los que cierran? Creo que sería más positivo que mediante el diálogo y la interlocución (complicada si las tiendas no tienen más interlocutor que ellas mismas, sin unión ni vertebración alguna) se buscarán alternativas. En cualquier caso, y volviendo a los diversos soufflés que aparecen y desaparecen en el sector, lo cierto es que normalmente no llegan a consolidarse en nada. Y ya se sabe que a rio revuelto... Mientras las tiendas no tomen conciencia que con levantar la voz en esta o aquella revista, o hablar alguna vez entre ellos, no solucionan nada, no avanzarán en la solución de problemas conjuntos o globales ni en la vertebración del sector para lograr nuevas metas u objetivos. Si bien hay que advertir que hay problemas difícilmente resolubles, como las citadas guerras de precios entre operadores, no cabe duda que éste y otros problemas son más fácilmente abordables si los sectores están vertebrados, pues permiten un mayor diálogo para resolver problemas ya sean de este u otro tipo, o para ofrecer alternativas y propuestas que provoquen un mayor entendimiento. De hecho, es probable que ante una vertebración del sector se generasen otro tipo de sinergias, recursos y oportunidades para las tiendas. Por ejemplo, y volviendo al sector ciclista, sería bueno para las tiendas una mejora en la gestión de garantías, una certificación de la formación de taller, una mejora de la participación del sector en el Plan MOVEA para la compra de bicicletas eléctricas, la participación de las tiendas en la Mesa Española de la Bicicleta, el diseño de campañas de respeto al ciclista o la planificación de las compras adaptadas a las ventas para una mejor gestión de stock y de márgenes, por poner unos ejemplos . Sin duda esto no solucionaría las tensiones entre tiendas, ni posibles cierres, pero quizás mejoraría el entendimiento y la comprensión entre fabricantes, proveedores y tiendas provocando estrategias win-win para todos. Desgraciadamente ninguno de estos soufflés especializados ha consolidado una mejor vertebración entre las tiendas especializadas, y está por ver que las tiendas ciclistas se hagan mayores de edad y vertebren un interlocutor frente a AMBE, en el que esté representado, como en el caso de los fabricantes, buena parte de los operadores del sector. Para ellos, como para el resto de especialistas, indicarles que pueden contar con el apoyo y colaboración de ASECODE. El soufflé ciclista ARTÍCULO DEL MES Carlos Grande Secretario general de ASECODE TS 28 A nadie se le escapa que ante una programación y stockaje anual, cualquier estancamiento o ralentización de ventas hace que las tiendas deban ser muy ágiles en intentar dar salida al stock para recuperar liquidez, más aún cuando los costes financieros de las tiendas con la banca no son precisamente baratos. Mientras las tiendas no tomen conciencia que con levantar la voz en esta o aquella revista, o hablar alguna vez entre ellos, no solucionan nada, no avanzarán en la solución de problemas conjuntos o globales ni en la vertebración del sector para lograr nuevas metas
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