nuevos modelos. Y estos cambios, al contrario de lo que pasaba hasta ahora, no han incidido apenas –al menos de momento- en la venta de home-fitness. Porque al contrario de lo que muchos puedan creer, tradicionalmente cuanto más crecían los gimnasios, más crecía el universo de los aparatos de fitness doméstico. Evidentemente hay gente que para ahorrar, prefieren sacrificar cuotas de gimnasio y apostar por aparatos domésticos, pero por regla general, quienes apuestan en firme por estos aparatos –al menos por las gamas medias y altas- son quienes ya tienen una rutina de gimnasio o de entrenamiento. El problema es que, ahora, tras 4 o 5 años de crisis, el consumidor sacrifica cuotas de gimnasio y, también, sacrifica el home-fitness, sobre todo las gamas bajas o medias. Y eso explica, en gran parte, que en apenas dos años el mundo del homefitness haya caído entre un 25% y un 35%. VENTAJAS EVIDENTES Uno de los principales valores añadidos que tiene el home-fitness son las ventajas que aporta al usuario. Los aparatos que venden la mayoría de marcas suelen ser muy completos. Algo más simples (y sobre todo más compactos) que los que podemos encontrar en los gimnasios, pero con prestaciones suficientes como para que no echemos de menos nada. Ofrecen, obviamente, la posibilidad de entrenarse en cualquier momento del día, sin depender de si hay clases o no y sin desplazarse. Además, la gran mayoría de estos aparatos, que cada vez apuestan más por las nuevas tecnologías, también permiten llevar a cabo un control minucioso de la actividad, con programas de entrenamiento y estadísticas muy completas. En la lista de desventajas hay dos aspectos que destacan: el precio y el espacio. Y en ambos casos las marcas están haciendo muchos esfuerzos para que uno y otro dejen de ser un hándicap. En cuanto al espacio, las maquinas más nuevas, además de ser muy valiosas desde el punto de vista técnico, han sido proyectadas con el fin de ahorrar espacio, teniendo en cuenta la necesidad de conciliar las propias necesidades con los metros cuadrados de la vivienda. En cuanto a los precios, éstos pueden oscilar entre los 200-300 euros de un aparato básico –gama media- hasta los 12.000 de un gimnasio doméstico completamente equipado. Eso sí, hay que tener en cuenta que estos precios pueden variar enormemente en función de las diferentes gamas de productos, ya que se pueden encontrar máquinas de primer precio –en Decathlon, por ejemplo- hasta otras con todo tipo de lujos (TV integrada, Ipod, conexión a Internet…) en las que el precio, lógicamente, se dispara. ADAPTARSE A LOS CAMBIOS La crisis ha cambiado por completo las reglas del juego en el universo del home-fitness. Más allá de las ventajas que haya podido tener esta crisis –a veces las haya la hora de depurar el intrusismo y reordenar un mercado que estaba al borde de la saturación en cuanto a la oferta, también ha obligado a marcas y tiendas a entrar de lleno en una guerra de precios que, al final, sólo ha servido para radicalizar la bipolarización de la oferta, sacando de la partida al precio medio y dividiendo el sector entre primeros precios (controlados por muy poco) y gamas altas. Por suerte, pese a este entorno revuelto, el sector tiene muy claro que el potencial existe y que es la crisis quien impide explotarlo. Y la mejor prueba de ello es que, como hemos dicho antes, algunos grandes operadores de maquinaria profesional, o han apostado en firme por esta categoría, o están esperando a que amaine el temporal para hacerlo. Pero más allá de los cambios que se hayan podido dar en producto o, incluso, en las estrategias de precio y colecciones, la gran transformación que ha experimentado el home-fitness en estos últimos años, y que poco tiene que ver con la crisis, hay que buscarla en los canales de venta. Si hace unos años el Home-fitness tuvo cierta presencia en el canal multideporte “físico”, en los últimos años el mundo online ha pasado a controlar la mayor parte de las La crisis ha cambiado por completo las reglas del juego en el universo del home-fitness. Más allá de las ventajas que haya podido tener esta crisis –a veces las hay- a la hora de depurar el intrusismo y reordenar un mercado que estaba al borde de la saturación en cuanto a la oferta, también ha obligado a marcas y tiendas a entrar de lleno en una guerra de precios que, al final, sólo ha servido para radicalizar la bipolarización de la oferta más allá de los cambios que se hayan podido dar en producto o, incluso, en las estrategias de precio y colecciones, la gran transformación que ha experimentado el home-fitness en estos últimos años, y que poco tiene que ver con la crisis, hay que buscarla en los canales de venta. TS 77
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