TradeSport 241 - Marzo 2016

jóvenes, el target más importante de las marcas. Las tiendas, obviamente, han reaccionado. A la creciente lista de comercios multideporte que están explotando esta categoría –en todas sus vertientes, desde el skate clásico hasta el longboard pasando, especialmente, por el nuevo boom de los Cruisers- se ha unido un aumento de las pequeñas tiendas especialistas. Cada uno de estos formatos tiene su público (los primeros más “generalistas”, con un fuerte protagonismo de las gamas de iniciación o medias; y los segundos con una oferta pensada para los más “selectivos”) pero el pastel es suficientemente grande (y heterogéneo) como para que, de momento, todas las partes puedan sacarle partido. Al material duro y, también, al textil. Más allá del boom que han experimentado los monopatines (muy explotado, como no, por Decathlon), una de las categorías donde las ventas son más importantes y donde se libra una batalla más fuerte es en el calzado. Y es precisamente donde el skate tiene más poder. Las surferas lo intentaron y fracasaron, pero el skate, en cambio, ha sabido convertir su calzado en una tendencia. En un icono de la moda urbana. ROLLER: EL AMIGO SILENCIOSO Dentro de los llamados deportes de deslizamiento hay más opciones que el surf y el skate, como el snowboard, aunque nosotros preferimos ubicarlo bajo el paraguas de los deportes de nieve (a pesar que todas las grandes del surf, para romper la estacionalidad, tienen colecciones de invierno pensadas, sobre todo, para snowboarders) o el llamado roller (patinaje urbano). Esta modalidad, aunque algunos prefieren no meterla en el mismo saco de lo que consideran un territorio limitado a los deportes de tabla, tiene suficientes similitudes como para considerarlos, al menos, primos hermanos. Sobre todo del skate. Aunque ha tenido importantes altibajos en las dos últimas décadas, el roller es un universo con un buen volumen de practicantes –y ventas-. La segmentación por topologías (fitness, velocidad, half pife y free style) ha servido para dinamizar el segmento y convertirlo en el deporte urbano por excelencia. Además, ha servido para distinguir los dos grandes grupos de patinadores: los más extremos –con una práctica muy similar a la de los skaters (half pipe, piruetas, free style, barandillas…) y los practicantes más “ocio” (el gran grueso de practicantes). ¿Diferencias con el skate? Muchas. En primer lugar, el tipo de público, pero sobre todo hay dos que destacan por encima de las demás: la filosofía y Decathlon. Respecto a la cadena gala, basta con decir que sus ventas de skate y surf son mínimas (o lo eran hasta la llegada de los Cruisers) y, sin embargo, son uno de los grandes proveedores de roller y, sobre todo, uno de los grandes dinamizadores de este deporte, especialmente entre los principiantes. En cuanto a la filosofía, el problema es que no existe una “cultura roller”. Aunque hay patinadores extremos, competiciones de saltos y que su práctica puede ser tan o más espectacular que la del skate o el surf, por su popularización y por la tipología de practicantes no despierta el interés de los más jóvenes, mucho más atraídos por los deportes de tabla. Además, no hay una industria textil específica ni grandes marcas especializadas en este deporte que hayan conseguido traspasar la frontera de lo estrictamente deportivo. Es un deporte de ocio, muy familiar, sin apenas afán competitivo. El volumen de ventas es espectacular, y aunque hay algunas tiendas especializadas, el pastel está controlado básicamente por grandes cadenas, lo que confirma el carácter más bien lúdico de una modalidad que, año tras año, sigue ganando adeptos. CUESTA ABAJO Ir cuesta abajo, aunque no lo parezca, es bueno. Al menos cuando patinamos. Y así están muchos de los deportes vinculados al mundo gliss. Cogiendo velocidad. Recuperándola. Y las previsiones apuntan a una recuperación lenta pero progresiva del segmento. Probablemente, con la crisis, se tocó fondo, especialmente en lo que tiene que ver con el textil, pero su potencial sigue siendo importantísimo. Y tanto el textil como el calzado, tienen mucho que decir en este resurgir del gliss, especialmente con las líneas más cercanas a la moda. No en vano, aunque deportes como el skate, el roller y, en mucha menor medida, el surf, vayan ganando adeptos –o los mantengan-, el mundo del gliss nunca ha dependido de la parte más atlética-técnica. Las marcas mantienen y explotan sus raíces porque es lo que vende, e incluso potencian algunas líneas técnicas, pero lo que puede devolver al sector donde estaba son las líneas urbanas cuya evolución, como cualquier moda, es cíclica. Y ahora parece que estamos a punto de coger una buena ola. GLISS. DEL SURF AL SKATE TS 72 Con la crisis probablemente se tocó fondo, especialmente en lo que tiene que ver con el textil, pero su potencial sigue siendo importantísimo. Y tanto el textil como el calzado, tienen mucho que decir en este resurgir del gliss, especialmente con las líneas más cercanas a la moda.

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