TradeSport 237 - Noviembre 2015

Conocer los gustos y preferencias del consumidor ha sido, es y será una de las mayores obsesiones de las marcas. La sobreinformación publicitaria a la que está sometido el consumidor y el cada vez más fácil acceso a la información –a través de la red, sobre todo- que éste tiene, hace que cada día sea más necesario saber encontrar el mensaje adecuado y, también, saber cuándo y cómo lanzarlo. La publicidad ha evolucionado mucho en esta ultima década y lo ha hecho, siempre, para adaptarse a los nuevos perfiles y a los nuevo hábitos del consumidor, que en esto 10 años también ha cambiado considerablemente, especialmente con la crisis, obligando a las marcas a ir rediseñando con el tiempo sus estrategias de marketing. Para el sector deportivo, a este cambio de perfiles se sumó, hace apenas una década, una preocupante tendencia a desviar los gastos hacia otro tipo de canales, relegando al deporte en un segundo plano. La crisis, es cierto, cambio esta tendencia a nuestro favor, pero quedó bastante claro que con un ciclo económico favorable y con un consumo que no esté marcado por el miedo, hay otros sectores que atraen mucho más que el deporte. Ahora la clave está en saber si, con la crisis superada, toda la atención que ha centrado el deporte se mantiene o si por, el contrario, la gente vuelve a redirigir sus gastos hacia un ocio menos activo. CAMBIOS ANTES Y DESPUÉS DE LA CRISIS El consumidor ha cambiado mucho. Muchísimo. Y no ha sido con la crisis. Ya empezó a cambiar antes, sobre todo cuando Internet empezó a convivir con total normalidad en el día a día de la gente y la red se convirtió en un canal de venta además de en un canal de información. Y con estos cambios era bastante imprescindible rediseñar las estrategias para conocer a un consumidor que en nada se parece al de hace 15 años. Entre otras cosas porque es él quien ahora tiene el poder. Cada año sales cientos de estudios sobre cómo es el nuevo consumidor. La mayoría de ellos coinciden en varios aspectos y como tal, los tomaremos como referencia. En todos estos estudios las nuevas tecnologías, la inversión en I+D y el servicio al cliente destacan entre los factores que están modificando el consumo en la mayor parte de los países industrializados. Eso, y el precio. El consumidor es más exigente que nunca y seso, sin duda, ha obligado y obligará a las marcas a impulsar una serie de cambios estructurales en la oferta. Compras virtuales, puntos de venta automatizados, la venta sin espacio físico, etc. son tan sólo algunas de las novedades que se han afianzado afianzando y que confirman que los cambios en los hábitos de consumo van a marcar las pautas que seguirá la distribución comercial. El estudio de estas tendencias indica un rasgo fundamental que rige los gustos del nuevo consumidor: el nuevo consumo es emocional. Incluso con la crisis. Esto quiere decir que el marketing de ahora y del futuro, al menos a corto plazo, debe girar en torno a los productos que lleguen al corazón del consumidor antes que a la razón. Se ha pasado de un marketing basado en las necesidades físicas y lo racional a otro basado en las emociones. Puede que la crisis haya ralentizado este cambio, pero lo que está claro es que al consumidor ya no le basta el hecho de comprar, sino que busca el entusiasmo cuando compra. Todos los estudios, enfocados en marketing, publicidad o tendencias, señalan que el marketing publicitario ya no podrá basarse en campañas masivas, sino estrategias segmentadas y en proyectos de fidelización de clientes individuales. Este hecho obligará a las empresas a personalizar su oferta, ya que además se está produciendo un incremento importante de nuevos sistemas de compra. En todo este contexto, obviamente, las nuevas tecnologías de la información El cuarto poder CONSUMIDOR TS 86 Conocer al consumidor. Esa es la clave. Lo que necesita está claro, y es una guerra aparte; ahora lo importante para cualquier empresas es saber lo que quiere. Él es quien manda

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