El sector, poco a poco, se recupera. En su global, la crisis supuso un revés importante, y aunque determinadas categorías aguantaron bien el tipo, incluso crecieron, el balance general de lo que hemos dejado atrás no es, precisamente, positivo. El buen comportamiento de la vertiente más técnica equilibró los varapalos que se llevó el casual, especialmente el textil. Sería complicado definir qué categorías, dentro del universo textil, han ganado más protagonismo durante los años de la crisis. El boom de deportes como el running y el bike ha consolidado todas las familias de estas modalidades, desde el textil hasta los complementos. Muchos de estos productos, por su tecnicidad y por su crecimiento, han conseguido construir sus propias categorías, generando una industria superespecializada y fuerte. Y, obviamente, una fuerte competencia, fundamental para impulsar la innovación y consolidar esa nueva categoría en el conjunto del sector. Dentro de estas “nuevas” categorías, o subsegmentos especializados, uno de los que más protagonismo ha adquirido en los últimos años, por evolución y oferta, ha sido el de las primeras capas. Siempre ha sido un producto con cierto peso, especialmente en deportes outdoor, pero en la última década, su progresión tecnológica y en ventas ha sido, simplemente, espectacular, especialmente con el boom de deportes como el bike, el trail, el running o el triatlón. ¿Qué es exactamente una primera capa? Pues básicamente la que está en contacto con nuestra piel. Su principal finalidad es ayudar al cuerpo a evaporar el sudor de nuestro cuerpo y mantenernos secos y a una temperatura confortable. A partir de aquí, las posibilidades son infinitas; en marcas, en modelos, en tipologías de producto –manga corta, larga, sin mangas, piratas, shorts, con o sin cremalleras…-, y también en espesor (con mayor o menor capacidad aislante) y en materiales (poliéster, poliéster con el elastano, poliamida y/o con tejidos que incorporan iones de plata, lana merino…). El porqué de su éxito, como todo lo técnico, hay que buscarlo en la especialización. En la tecnicidad como valor indispensable para maximizar el rendimiento. Y, obviamente, en un factor tan importante, en determinadas modalidades, como la protección. Y aunque el entorno en el que se ha hecho fuerte esta categoría podría, a priori, no parecer el mejor, la situación económica ha sido un terreno perfecto para que se asentase y creciera. Y por si fuera poco, y ese es uno de los grandes “hechos diferenciales” de este universo, muchas de las marcas más dinámicas son españolas y, además fabrican gran parte de sus colecciones en nuestro país. EVOLUCIÓN ESPECTACULAR Difícilmente un producto técnico crece de una forma considerable si, detrás, no hay una evolución tecnológica importante. En este sentido, si las promeras capas tienen el peso que tienen es porque en apenas un par de décadas su funcionalidad se ha disparado, y de esas sencillas primeras capas técnicas cuya función básica era calentar el cuerpo –las llamadas prendas térmicas- y que apenas se usaban para deportes como el esquí o el alpinismo, se ha pasado a una infinidad de tipologías que van muchísimo más allá de calentar y expulsar el sudor al exterior. Ahora, aunque vengan muchas veces envueltas de marketing, las prestaciones de este tipo de prendas son, simplemente, espectaculares, definiendo, con bastante claridad, tres tipos de primeras capas: las primeras capas térmicas; las primeras capas técnicas pero no térmicas y, finalmente, las prendas de compresión –que pueden ser o no ser térmicas. Como hemos dicho antes, la evolución tecnológica suele ser causa –a veces consecuencia- de un crecimiento exponencial de la oferta. Una oferta que, cual pez que se come la cola, suele responder a la demanda. Pero no se trata de descubrir si antes fue el huevo o la gallina, porque si hay algo obvio e indiscutible es que la competencia obliga a las marcas a reinventarse constantemente, lo que se traduce en productos cada PRIMERAS CAPAS TS 80 Las primeras capas siempre han sido un producto con cierto peso dentro del textil, pero en la última década, su progresión tecnológica y en ventas ha sido, simplemente, espectacular, especialmente con el boom de deportes como el bike, el trail, el running o el triatlón. En pleno auge A priori parece que el margen para mejorar la tecnicidad de las prendas es muy limitado, pero año tras año las marcas dan una vuelta de tuerca a sus productos, mejorando el producto y logrando que los habituales de este tipo de prendas no tengan dudas a la hora de renovar su armario.
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