Otro asunto son las tiendas multideporte de barrio o de segunda y tercera fila comercial. El problema de estos formatos no es el precio, ni mucho menos: es algo mucho más complejo que tiene que ver con la oferta, con la demanda, con los cambios de hábitos del consumidor, con la gestión y con otros muchos aspectos lo suficientemente importantes como para tener muy claro que, a día de hoy, la supervivencia de estas tiendas no depende ni de la crisis ni del frío. En cuanto al producto, es evidente que las llamadas terceras capas e, incluso, las segundas capas, tienen gran parte del protagonismo en el global de las ventas, pero dentro de este “renacer” del textil técnico de invierno, no podemos dejar de lado, como uno de los grandes dinamizadores, a las primeras capas técnicas. Este boom, propiciado en gran parte por la especialización y la proliferación de marcas –y tiendas-, ha sido determinante para que la práctica deportiva no cayera drásticamente de noviembre a marzo como hace algunos años: con los avances en textil técnico cada vez hay más gente que a perdido el miedo a hacer deporte a temperaturas por debajo de los 5 ó 10 grados. Eso es algo habitual en países de más al norte, como Alemania o los países Nórdicos, pero para en España, hasta no hace mucho hacer según que deportes con estas condiciones era cosa de pocos (y locos). Las marcas han hecho un excelente trabajo para cambiar esta dinámica. Han invertido dinero y tiempo en acabar con la tendencia que durante muchos años ha imperado en el sector y que provocaba una caída en picasdo de las ventas de textil técnico -salvo para deportes de invierno y outdoor- durante los meses de frío. Y las tiendas, por suerte, han acompañado a las marcas en esta carrera. Una carrera donde, por cierto, también han tenido un especial protagonismo otras categorías más allá del textil, como los complementos, por ejemplo. PESE A TODO, OPTIMISMO Depender de la meteorología y, también, de si el ciclo económico es o no favorable tiene sus riesgos. Y el sector puede dar fe de ello después de los inviernos cálidos de 2006 y 2007, de los que costo años recuperarse. Por no hablar de la crisis, que puso en jaque la moda deportiva y que, por suerte, resucitó lo atlético. Las ventas de este invierno están siendo bastante buenas teniendo en cuenta que, aunque algunos vean brotes verdes, seguimos inmersos en una compleja crisis económica –ahora más local que global- y la nieve ha tardado en llegar. Las tiendas, sobre todo las especialistas y las que tienen la suerte de estar bien ubicadas, están consiguiendo un buen tráfico. O, al menos, mejor que el de años anteriores. Seguramente estas sensaciones más o menos positivas no las tengan las tiendas de las estaciones porque, como hemos dicho, la nieve justo acaba de llegar a las pistas y las visitas a las estaciones no han sido tan buenas como se esperaba. Eso, y la crisis . ¿Qué las cosas estarían yendo mejor si la coyuntura hubiera sido favorable? Por supuesto. Y seguramente podríamos hablar de un muy buen invierno en textil y de un buen balance para el material duro, pero la situación es la que es, y viendo cómo está el panorama, la mayoría de tiendas especializadas, las grandes cadenas y los comercios ubicados en zonas estratégicas pueden estar muy satisfechos con los resultados que están teniendo en lo que la a venta de textil se refiere, sobre todo de textil técnico. Viniendo de dónde venimos, podemos –y debemos- estar satisfechos. I N V I E R N O TS 62
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