TradeSport 229 - Febrero 2015

sector. Es cierto, para ser justos, que la buena marcha de determinadas modalidades atléticas y, en especial, del buen comportamiento que ha tenido el outdoor en estos últimos años, han sido claves para evitar un descalabro pero, pero a estas alturas nadie escapa a que un invierno cálido es un revés cruel para el sector. Si las cosas ya son de por si complejas por la fuerte competencia que hay en textil invierno en todo lo que no tiene que ver con práctica deportiva, cuando el frio tarda en llegar, los márgenes aún sufren más, y aunque es cierto que se acaba vendiendo, casi siempre o nos pilla en rebajas o nos obliga a hacer equilibrios poco aconsejables si se quiere mantener a flote un negocio. Dicho esto, y dejando atrás cualquier atisbo de pesimismo, este año las cosas no van tan mal. El frio no ha llegado precisamente pronto, pero las últimas semanas de 2014 y el inicio de 2015 han sido muy buenas épocas de venta. Al menos en unidades. A diferencia de otros años, quizás por el frío, quizás porque la crisis parece haber remitido un poco (al menos anímicamente), la gente no se ha esperado a rebajas y el tráfico ha sido bastante bueno desde principios de diciembre. Obviamente la situación del textil moda y del textil técnico es muy diferente. Como en verano y como viene siendo habitual desde que comenzase la crisis, la gran damnificada es, sin duda, la moda deportiva. Es en este universo donde más se ha dejado notar la crisis y donde, lógicamente, más daño nos están haciendo los canales alternativos, mucho más ágiles para adaptarse a las necesidades del consumidor (en oferta, en precio, en tendencias…). Al otro lado, en la parte más técnica, las cosas parecen menos dramáticas. En el caso del textil técnico, cuyas ventas las controlan básicamente los especialistas, la situación probablemente no es tan radical. Casi todas las tiendas han sucumbido a la política de descuentos, más agresivos en rebajas, pero sin sacrificar el margen como lo han hecho en la moda. Además, como hemos dicho antes, unas programaciones más racionales y la predisposición de las marcas a ser más flexibles en las reposiciones, les han ayudado a ser más moderados en sus ofertas y no estar tan “necesitados” para vender. El running o el bike siguen muy vivos, incluso el outdoor, en practicantes, mantiene su crecimiento, y aunque las ventas de textil en este universo no mantienen el mismo buen ritmo que las categorías “estrella” del segmento, el ritmo es bastante bueno si lo comparamos con el de hace dos, tres o cuatro años. El consumidor de este tipo de artículos no ha puesto el precio en lo alto de la lista de argumentos para decidirse a la hora de comprar material técnico, y eso ha ayudado mucho al sector. Es obvio que aún queda mucho trabajo por hacer en todo lo que tiene que ver con el textil (algo que se ha puesto en evidencia con la crisis) pero los pasos que de momento se han dado han servido, como mínimo, para estar sufriendo mucho menos que la moda deportiva. Cada vez hay más corredores y bikers que quieren correr con prendas adecuadas, sobre todo en invierno. Y tanto las marcas como las tiendas han sabido responder –además de propiciarlo- a este cambio. Running y bike a parte, no hay que olvidar que un volumen muy importante de las ventas de textil técnico en invierno pertenecen a dos segmentos que, después de algún periplo, atraviesan una época relativamente buena: outdoor y esquí. Segmentos que dependen mucho de la climatología y que, pese a la crisis, llevan un par de años relativamente buenos. O al menos lo suficientemente buenos como para que los descuentos no vayan más allá de un 20%. El comercio especializado tiene, hoy en día, una buena demanda y un target muy fidelizado que en la mayoría de casos no antepone el precio a otros factores. Y menos en prendas técnicas. Depender de la meteorología y, también, de si el ciclo económico es o no favorable tiene sus riesgos. Y el sector puede dar fe de ello después de los inviernos cálidos de 2006 y 2007, de los que costó años recuperarse. Por no hablar de la crisis, que puso en jaque la moda deportiva y que, por suerte, resucitó lo atlético. El varapalo sufrido por la moda deportiva con la crisis podría haber sido definitivo para sumir al sector en una situación dramática. Por suerte, la crisis ha dinamizado la práctica deportiva y, también, la venta de textil técnico, equilibrando la balanza. TS 61

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