TradeSport 229 - Febrero 2015

ESPECIAL INVIERNO El sector no anda precisamente sobrado de buenas noticias. Es verdad que la crisis no nos ha golpeado con tanta dureza como a otros sectores, pero en los últimos años, antes y durante la crisis, hemos tenido varios traspiés de los que aún no nos hemos recuperado del todo. Uno de los segmentos que más ha sufrido estos años ha sido, sin duda, el textil. Especialmente el vinculado a la moda deportiva. Lo técnico, por suerte, aprovecha el buen momento de algunas modalidades. Cuando llega el invierno hay dos universos que cobran una importancia clave para el sector. Por un lado todo lo relacionado con los deportes de nieve, especialmente el material duro; por otro lado, y también estrechamente vinculado con estos deportes, aunque en un plano más global y no sólo técnico, el textil invierno. Son dos universos importantes que, en los últimos años, han tenido algún susto, pero que poco a poco van recuperándose. Ambos dependen mucho, seguramente demasiado, de algo tan imprevisible como el tiempo: cuando el frío y la nieve acompañan, son un importante motor para el sector; cuando el invierno es cálido, muchos son los que rezan para que la tormenta no les arrastre. La campaña de invierno, además, siempre ha sido la más importante para algunos segmentos. Es cierto que deportes como el bike o el running tienen sus meses fuertes cuando llega el calor (aunque afortunadamente esta tendencia está cambiando), pero otras modalidades, especialmente los deportes de montaña y, evidentemente, el esquí, venden un porcentaje muy alto de sus artículos en invierno. En el caso del esquí es obvio que tanto material duro como textil son productos básicamente de campaña invernal. Y algo similar pasa con el textil Outdoor. El calzado se vende bien durante todo el año, y también el material duro de alguna de sus modalidades, pero el textil cuesta venderlo en meses de calor, y es en invierno cuando esta categoría se juega gran parte de su éxito o fracaso. MATERIAL DURO No vamos a extendernos mucho en cómo está actualmente el universo del material duro de esquí. En nuestra edición anterior, el número 228, ya nos detuvimos un poco más en analizar su estado actual, así que en este breve artículo nos limitaremos a dar algunas pinceladas para no tener que obligarles a recurrir a la hemeroteca. Como el textil, del que ya hablaremos más adelante, la venta de material duro también está muy marcada por la meteorología. Y por suerte en estos dos últimos años las cosas han sido bastante más positivas que hace apenas cinco años, cuando las montañas de toda Europa estaban verdes a mediados de enero. Eso y la crisis dieron un golpe casi mortal al esquí, que sobrevivió como pudo y, sobre todo, aprendió de sus errores. Ahora, sin buena nieve hasta principios de febrero, el hecho de que muchas marcas y tiendas hayan redefinido sus estrategias y hayan apostado por la producción o la programación más acorde con la realidad del mercado, ha estabilizado bastante un segmento que, por volumen, es vital para el sector. Después de varios años, muchos, el esquí parece haber entrado en una tregua. Han sido meses y meses de travesía en el desierto –nunca mejor dicho- pero ha bastado una climatología más o menos propicia para cambiar los ánimos de un segmento que hace tiempo estaba absorto en el más absoluto pesimismo. E insistimos, no se trata únicamente de que las condiciones sean propicias –porque no lo son tantosino, más bien, de que el segmento en general se ha dado cuenta de la dimensión real que tiene, exagerada hace algunos años, y ahora tanto la producción como la compra es mucho más racional. Este cambio, lógicamente, da aire a unos y otros. Cuando las ventas cayeron en picado se pusieron en evidencia los fallos del sistema. Fallos que marcas y tiendas parecen haber corregido. El primer paso, seguramente, fue entender que el potencial que muchos auguraban al esquí no era tal. El techo en practicantes está muy cerca, y aunque el auge de nuevas modalidades –impulsado por las marcas- ha servido para dinamizar las ventas, las cifras de practicantes habituales apenas han variado. Es más, con la crisis, todos los nuevos snowboarders que ganó el segmento han desaparecido en apenas dos o tres años. Ir a esquiar sigue siendo El textil invierno, como el material duro, es uno se los subsegmentos más dependientes del sector. Es cierto, para ser justos, que la buena marcha de determinadas modalidades atléticas y, en especial, del buen comportamiento que ha tenido el outdoor en estos últimos años, han sido claves para evitar un descalabro peor, pero a estas alturas nadie escapa a que un invierno cálido es un revés cruel para el sector. Sin buena nieve hasta principios de febrero, el hecho de que muchas marcas y tiendas hayan redefinido sus estrategias y hayan apostado por una producción u una programación más acorde con la realidad del mercado, ha estabilizado bastante un segmento que, por volumen, es vital para el sector y que hasta hace poco estaba exageradamente sobredimensionado El frío cambia los ánimos TS 59

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