La edición 2015 de ISPO MUNICH, que estrenaba fechas –de jueves a domingose cerró con un balance muy similar al de hace ahora un año. Según datos facilitados por la organización, el salón reunió a casi 80.000 profesionales, que pudieron conocer las novedades de 2.585 expositores. Esta cifra de visitantes, ligeramente inferior a la de 2014, contrasta con el fuerte crecimiento –al menos esa fue la sensación- visitantes españoles. Si en las últimas ediciones la alta cifra de visitantes nacionales se debía más a la presencia de representantes de las marcas que a la cifra de detallistas, en esta edición la mayoría de expositores ha constatado la buena presencia de detallistas nacionales. Los de siempre, algunos que hacía tiempo que no venían y, sobre todo, muchos que estrenaban en el salón bávaro. Buena señal. UN SECTOR MÁS ANIMADO Con unas cifras bastante similares a las del año pasado, la diferencia de este año vino marcada por los ánimos. Los de hace 12 meses no eran malos, pero este 2015 se ha notado un cambio. Quizás por el frío y la nieve de los días anteriores a ISPO, quizás por el cansancio de estar tantos meses desanimados o quizás porque, como viene siendo habitual, ISPO es como un balsámico. O como un antidepresivo. La gran novedad de este año era el cambio de fechas. Del habitual domingo-miércoles se pasó a un jueves-domingo. Y la verdad es que la cosa no cambio mucho. El primer día fue, como de costumbre, el más concurrido de los cuatro (aunque el viernes no se quedó lejos). Algunos se frotaban las manos esperando que, con el cambio de fechas, el bajón del tercer y el cuarto día, que este año coincidían en fin de semana, no fuera tan drástico como antes. Los pasillos de los principales pabellones del salón –nieve y outdoor- se llenaron desde primera hora de la mañana y las marcas encadenaban reuniones. Una tras otra. Por los pasillos, como de costumbre, mucho alemán, mucho francés, mucho nórdico, mucho italiano y, este año, también, muchos español. Y muchos nuevos. Los últimos años no habían sido precisamente buenos en cuanto a visitantes españoles. Los expositores se habían mantenido más o menos estables, alcanzando los 60 en 2014 y con 57 este 2015. Pero costaba mover al detallista español. Este año, sin embargo, la afluencia de detallistas nacionales ha sido bastante mejor que otros años. Seguramente no es para tirar cohetes, pero la progresión respecto a ediciones anteriores ha sido notable. Y aunque estamos a años luz de franceses o italianos, en los pasillos se ha hablado más español que en los últimos 3 o 4 años. Y además se mostraban bastante animados. Optimistas. La temporada de invierno está siendo muy buena para muchos detallistas especializados en esquí y/o outdoor y eso se ha dejado notar en ISPO. Si hasta no hace mucho la presencia de visitantes nacionales se limitaba a algunas grandes superficies, apenas una docena de tiendas especialistas (en esquí y, en menor medida, en montaña) y, sobre todo, los grandes operadores online (full Price y outlet), este año no han faltado las grandes, obviamente, pero también han vuelto a ISPO muchos independientes especializados –incluso en running- que hacía tiempo que no pisaban la moqueta roja de ISPO. Buena señal, sin duda. En cuanto a los expositores, como hemos dicho ligero descenso, que obedece básicamente a la pérdida de expositores en el Pádel Village. La confianza en el salón sigue intacta. Y es así, básicamente, porque quien quiera crecer no tiene más remedio que hacerlo fuera de nuestras fronteras, y la mejor manera de presentarse al mundo es a través de una plataforma como ISPO. El Made in Spain tiene muy buena imagen a nivel internacional –por fin- y los altos porcentajes de exportación que tienen algunas marcas nacionales no son casualidad. La segunda jornada de ISPO se cerró, de nuevo, con una buena asistencia de visitantes. Al menos por la mañana. Si en la primera jornada la feria ya demostró su gran poder de convocatoria, con un tráfico en los pasillos más alto del registrado en 2014, el viernes registró un volumen similar al del día anterior. Al menos por la mañana. Al caer la tarde los pasillos se vaciaron, exactamente igual que los lunes de las ediciones anteriores. La tercera jornada, como siempre, fue el principio del fin, aunque se suele trabajar mejor que en los dos primeros días porque el ambiente está menos “cargado”. La gente de las marcas –la que puede- aprovecha para darse una vuelta por el salón y conocer las novedades de sus competidores o para reunirse con su propio equipo. Más “networking” que ventas, pero necesario. En cuanto al domingo, y seguramente al contrario de lo que muchos esperaban con el cambio de fechas, día de trámite. La feria bastante vacía, poco negocio y otro día perfecto para que los expositores den una vuelta y empiezan a hacer balance de un año que, como en la última edición, puede y debe calificarse de muy bueno. BALANCE MUY POSITIVO Como siempre, unos vuelven a casa más satisfechos que otros. Los que se estrenaban - seguramente los que mejor pueden transmitir unas sensaciones no condicionadas- se han mostrado muy satisfechos. Los contactos han sido buenos y ahora queda rematarlos. Visto desde fuera, y después de muchos años paseando –y trabajando- por los pasillos de ISPO, la sensación es que las marcas nacionales pueden estar muy satisfechas de esta edición. En cuanto a los detallistas, podríamos decir que se ha dado un cambio importante en la tendencia de los últimos años. Algo que, por cierto, no era difícil. A ISPO han ido los de siempre, que no son muchos, pero este año también han pisado el salón algunos detallistas que hacía tiempo que no visitaban ISPO y, sobre todo, nuevos empresarios que saben muy bien que a Múnich hay que ir sí o sí. Quizás el único pero hayan sido algunas ausencias en el Padel Village. Aun así, el esfuerzo de Afydad en potenciar este espacio y las buenas sensaciones entre los expositores que sí fueron, es suficiente aval como para seguir apostando por este Village. El pádel tiene que apostar sí o sí por iniciativas como esta. No hay alternativa. Si no lo hace; si no buscan fórmulas para cruzar los pirineos, su techo está a la vuelta de la esquina. Ispo Munich recuperará en 2016 sus fechas habituales, de domingo a miércoles. La prueba de este año -obligada por el calendario ferial- no ha convencido del todo. La próxima edición de la feria volverá a Munich del 24 al 27 de enero de 2016. TS 40 F E R I A S Cifras similares... pero mejores sensaciones ISPO 2015 Con unas cifras bastante similares a las del año pasado, la diferencia de este año vino marcada por los ánimos. Los de hace 12 meses no eran malos, pero este 2015 se ha notado un cambio. Quizás por el frío y la nieve de los días anteriores a ISPO, quizás por el cansancio de estar tantos meses desanimados o quizás porque, como viene siendo habitual, ISPO es como un balsámico. O como un antidepresivo.
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