TradeSport 228 - Enero 2015

TS 136 Integración de dos mundos Aceptar la evolución digital representa ser plenamente conscientes de que hemos cambiado para siempre nuestra forma de comunicarnos, de informarnos, de compartir, de relacionarnos, y también de como trabajamos, o mejor dicho, de cómo deberíamos trabajar. La década transcurrida entre los años 1994 y 2004 representó la eclosión de Internet, a partir de entonces, la Red se hizo social y la mayoría de las empresas empezaron a desarrollar con seriedad, invirtiendo recursos, sus estrategias online. Actualmente somos cerca de 4.000 millones de personas las que accedemos a Internet, con una capacidad de comunicación sin parangón. Hoy, cualquier persona puede editar una foto, subir un video, tener un blog, escribir un post, e incluso opinar sobre sus gustos y preferencias de forma pública, influyendo sobre la opinión de terceros respecto a un producto o servicio. Somos tremendamente activos, y si no que se lo digan a Instagram que, con sus más de 300 millones de usuarios, ha sobrepasado a Twitter. La transformación digital no es un tema tecnológico, sino meramente una cuestión de visión, de definición estratégica, de querer cambiar determinados aspectos organizativos y culturales, tal como lo hemos hecho, por ejemplo, al comunicarnos a través del móvil con nuestros seres queridos. Dicha transformación depende de la capacidad de tomar decisiones para poder superar con éxito el reto de gestionar nuestros negocios en tiempos de redes. Ya no se entiende un mundo sin conectividad, y los nuevos modelos de negocio están diluyendo cada vez más rápido las barreras entre el on y el off, entre lo digital y lo físico. Ahora ya es más que evidente que las empresas que han incorporado las métricas digitales en su gestión son más competitivas, obtienen mayores beneficios, y superan a sus competidoras menos digitales. Vivimos y trabajamos en un mundo, al menos, tan digital como analógico. Ya no pueden separarse, están amalgamados, ambos se entretejen y se mezclan, y en esa única realidad las personas somos las verdaderas protagonistas. Oportunidad o amenaza, dependerá en gran medida del conocimiento digital, es decir, de la capacidad para desenvolverse profesional y personalmente en la economía digital. Andrés de la Dehesa adehesa@sportmas.com

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