TradeSport 226 - Noviembre 2014

TS 33 El Outdoor, como el resto de segmentos –y creo que sin excepciones- también ha sufrido su propia crisis. Es probable que ésta le llagase un poco más tarde que a muchos otros segmentos y sectores, pero al final, nadie escapa. Ni siquiera aquellos universos que, a priori, no paran de crecer. Pese al frenazo que haya podido sufrir en los últimos 2-3 años, los deportes de montaña llevan una muy buena progresión en la última década. Gracias, en parte, a la crisis, pero no sólo por ella. Y tampoco, cuando han sufrido, ha sido exclusivamente por razones económicas vinculadas al consumo: no hay que olvidar, haciendo cualquier análisis del Outdoor (como del esquí), que el factor climatológico tiene una incidencia muy directa en las ventas. Dicho esto, y teniendo en cuenta que en los últimos inviernos se han juntado dos contratiempos importantes –el económico y el climatológico-, es hasta cierto punto lógico que el Outdoor haya visto frenada su fuerte progresión. Aun así, determinadas modalidades vinculadas a este basto segmento, sí han logrado esquivar por completo ambos reveses y no sólo han logrado fuertes crecimientos si no que, por su volumen, han sido claves para que el traspiés del Outdoor apenas fuese importante. Y entre estas modalidades una destaca por encima de las demás: el trail running. Es obvio que las próximas semanas serán decisivas para el outdoor, especialmente para todo lo que tiene que ver con el textil, pero aun así, el empuje del trail y el margen de crecimiento que aún tiene, es un balón de oxígeno para muchas marcas y para muchas tiendas. Y, sobre todo, es un valor seguro para seguir confiando en el potencial de crecimiento del Outdoor tanto a corto –en plena crisis- como a medio y largo plazo. Aunque algunas marcas y, sobre todo, algunas tiendas, estén sufriendo un poco, el outdoor es y será uno de los grandes motores del deporte en los próximos años, y aunque seguramente muchas de sus categorías, empezando por el textil, seguirán condicionadas por la crisis (y por la meteorología), las modalidades más accesibles y asequibles seguirán ganando adeptos a un buen ritmo. Como también lo hará todo aquello vinculado al llamado Urban o Travel, que al fin y al cabo no es más que las líneas más urbanas de las marcas de Outdoor, que han experimentado, gracias a su versatilidad, un gran crecimiento. Y lo mejor de todo es que las marcas de este universo, incluso las más técnicas, están sabiendo aprovecharlo, dejando atrás la romántica idea de que el outdor empieza en los 5.000 metros. LARGA VIDA AL REY El sector de artículos deportivos, casi sin excepciones, tiene una tendencia innata al pesimismo. A veces con razón, pero muchas veces se deja llevar por el pánico sin motivos lógicos. El Outdoor, no hace mucho, ha pasado un pequeño bache. Pequeño por lo que podría haber sido teniendo en cuenta el contexto en el que se ha dado. Ahora, poco a poco, recupera terreno y se prepara para volver a intentar hacer cumbre. La actitud de un segmento hace mucho y aunque a veces se vean caras de preocupación, hay poca gente que piense realmente que el Outdoor esté en un callejón sin salida. El potencial es evidente y las causas de este bache están bastante identificadas, algo primordial para poder seguir avanzando. El problema que ha tenido el Outdoor no ha sido, ni mucho menos, de practicantes, sino, más bien, de gasto. El gran “poder” del Outdoor, su principal valor añadido, es que tiene modalidades que se adaptan a cualquier persona. Todo el mundo, casi sin excepciones, puede hacer deportes de montaña. Unos, más expertos y exigentes, pueden irse a subir cumbres de 4.000 para arriba; otros se conforman con un buen treking ligero; algunos –cada vez más- simplemente quieren correr por la montaña; e incluso los que van a por setas no dejan de ser “outdoristas” (potenciales compradores de producto Outdoor). Desde hace muchos años las llamadas modalidades de bajo impacto (trekings ligeros, senderismo, walking…) han sido el motor del Outdoor. Y aunque lo siguen siendo, en estos últimos dos o tres años el mayor impulso al segmento lo ha dado el Trail. Esta modalidad, a medio camino entre running y Outdoor (ese es su gran valor) ha sumado practicantes a un ritmo espectacular. Este crecimiento en practicantes, lógicamente, se ha traducido en un crecimiento de las ventas, tanto de textil como, sobre todo, de calzado (donde generalmente el consumidor suele apostar más por las gamas medias o altas). Pero dejando de lado trail, al que volveremos más adelante, es obvio que con el auge de las modalidades de bajo impacto a las que hacíamos referencia antes, el futuro del Outdoor está bastante garantizado. La base es muy sólida y el potencial enorme. Como también lo es, aunque de ESPECIAL OUTDOOR Es cierto que el frenazo, bastante previsible por cierto, ha sido un tanto brusco, pero el potencial sigue intacto y aún queda mucho camino por recorrer. La cifra de practicantes seguirá creciendo, y si el tiempo acompaña, las ventas volverán a coger el ritmo que tenían hace 18 o 24 meses. Reanudando la ascensión Aunque algunas marcas y, sobre todo, algunas tiendas, estén sufriendo un poco, el outdoor es y será uno de los grandes motores del deporte en los próximos años, y aunque seguramente muchas de sus categorías, empezando por el textil, seguirán condicionadas por la crisis (y por la meteorología), las modalidades más accesibles y asequibles seguirán ganando adeptos a un buen ritmo.

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