TradeSport 220 - Abril 2014

cias abismales como las que se dan en deportes como el fútbol, por ejemplo. En cuanto al calzado, es probable que sea la categoría que, dentro del tenis, ha experimentado un mejor comportamiento en los últimos años. En apenas una década se ha triplicado la cifra de unidades vendidas. Eso sí, a diferencia de las raquetas, Nike y adidas, que no tienen protagonismo en raquetas, sí dominan el calzado técnico. Ellos, marcas especialistas como K-Swiss, Asics, Lotto o Joma, y algunas marcas de material duro que han apostado por esta categoría en los últimos años –principalmente Wilson, Babolat y Head-. En textil, entran en juego Decathlon y, también –o sobre todo- las grandes multinacionales -que sacan partido a sus inversiones en patrocinio y dominan aplastantemente el mercado-. Aunque es una categoría muy compleja, especialmente por la dificultad que aún tiene conseguir que los jugadores usen textil específico, el trabajo de marcas como Nike, adidas, Asics, TTK o la española Joma, pueda cambiar esta tendencia. En cualquier caso, si hay que apostar por el potencial de alguna categoría dentro del tenis, parece lógico que quien tiene las de ganar sean, precisamente, textil y calzado. Todos aquellos que juegan al tenis tienen raqueta, pero aún hay algunos que juegan con calzado y textil no específico. Y es por aquí por donde se puede crecer. En definitiva, en los próximos meses las cosas apenas cambiarán. Y tampoco creemos que lo haga en los próximos años. El tenis mantendrá su estabilidad gracias una base de jugadores que no gana peso pero que, tampoco, lo pierde. Y eso no deja de ser un éxito con la que está cayendo… y con lo que le está “robando” el pádel. En practicantes, en instalaciones y, sobre todo, en inversiones. PÁDEL: SALIR SÍ O SÍ Todo el mundo habla del running. El deporte de moda, el que más practicantes gana, el que más vende, el que más crece en comercio especializado. Y así es. Pero no es el único que en estos años ha experimentado un fuerte crecimiento. El pádel no se ha quedado atrás, al menos porcentualmente. Obviamente no mueve las cifras del running, pero su crecimiento quizás sea, incluso, más fuerte. Es cierto, para ser justos, que su progresión se ha visto frenada en los dos últimos años por la crisis y por la dificultad de aguantar el ritmo que llevaba, pero su presente y, sobre todo, su futuro, son muy buenos… siempre que se superen algunas de las barreras que tiene este deporte, especialmente sus “límites geográficos” y la exagerada lista de marcas que hay en el mercado. Podríamos empezar este análisis hablando del porqué de este auge. Pero no creo que valga la pena. Ya lo hemos explicado mil veces y a estas alturas todo el mundo sabe que entre sus bazas destacan que es un deporte divertido, bastante fácil de aprender –mucho más que el tenis-, relativamente asequible –el precio se divide entre cuatro-, y con un fuerte componente social. Además, por su crecimiento, se han multiplicado las instalaciones y cada vez es más fácil encontrar dónde jugar. Vayamos al meollo del asunto. Empecemos por la sobreoferta. 100 marcas de palas es, simplemente, un escándalo. Es cierto que el 80% venden poco o muy poco pero también lo es que la suma de estas pequeñas ventas acaba pasando factura –y sube mucho- a las grandes de este segmento, las que llevan años luchando por levantarlo, que invierten y que son, en definitiva, quienes dinamizan este mundo. ¿Habrá selección natural? Sí, claro. Pero tarda mucho. Y aunque es cierto que cada año mueren muchas marcas, también lo es que aparecen otras. Y generalmente el balance es a favor de las nuevas. El pádel es el mejor ejemplo de que cuando un sector funcional la oferta se dispara. Exageradamente. Cuando empezó a despegar después de unos inicios complejos era un segmento dominado claramente por las marcas especialistas, muchas de ellas con raíces argentinas, país desde el que se exportó este deporte. Su crecimiento repentino no sólo dinamizó un segmento, sino que, además, conllevó un espectacular desembarco de las grandes marcas del tenis en este segmento. Todas, sin excepción –unas más rápido que otras- desarrollaron colecciones de pádel, y el segmento quedó dividido entre las marcas especializadas únicamente en pádel y aquellas cuya oferta cubría todo el segmento de los deportes de raqueta. Hasta aquí todo bien. Y lógico. El problema es que en estos años se han sumado a la lista varias docenas “Podemos hablar de marcas, de comercio especializado, de competencia o de deslealtades, pero lo que es obvio es que el futuro del pádel pasa, sí o sí, por la internacionalización. Algo más de 100 marcas de palas y, siendo optimistas, apenas dos o tres mercados donde se juega, dejan claro que por muy buen ritmo que tenga el pádel en nuestro país, o empieza a abrir nuevos mercados o tiene un futuro bastante negro, sobre todo para el 90% de las marcas”. ESPECIAL TENIS Y PÁDEL TS 38

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