A pesar de la benigna climatología de nuestro país -sobre todo si lo comparamos con países centroeuropeos, escandinavos o con las islas británicas-, no somos un país que se caracterice por una gran actividad deportiva entre la ciudadanía. Sin embargo, en los últimos años hay algunos deportes que están impulsando de manera notable la practica popular, todos ellos relacionados con el aire libre, como son el running, el ciclismo en su diversas modalidades y todos los deportes incluidos en el segmento outdoor (senderismo, escalada,…). Sin embargo, son continuos los informes y estudios que hablan de nuestra poca actividad física. El penúltimo, el de la revista científica Jano que en su informe “Obesidad y sedentarismo en el siglo XXI” afirma que el 42% de nuestra población nunca realiza actividad física y nuestro país se sitúa entre los países donde menos deporte se practica. Tampoco le van a la zaga la continua aparición de estudios e informes de Universidades e Instituciones de prestigio, así como la publicación de los mismos en revistas científicas, que afirman tanto los beneficios de la práctica deportiva, así como los perjuicios de su ausencia, siendo la obesidad uno de los frutos del sedentarismo más estudiados, así como las enfermedades que de ellas derivan y el gasto sanitario que suponen y supondrán (uno de los últimos estudios revela que los niños obesos gastarán en salud 13.000 euros en el futuro). En contra de lo que cabría esperar de la continua publicación de estudios de este tipo, observo muy poca preocupación e inversión de las administraciones públicas en el fomento de la práctica deportiva de base y popular, mientras que, por el contrario, sí observo un creciente interés por rentabilizar, de manera recaudatoria, esta “explosión” de eventos y práctica deportiva, quizás aderezada por la caída de ingresos de las administraciones fruto de la crisis económica. La última noticia en este sentido, es la intención del Ayuntamiento de Madrid de aprobar una normativa que “regule” la organización de carreras populares en el municipio, así como incluir una tasa, bajo el subterfugio de que este tipo de eventos agotan los presupuestos de horas extraordinarias de la policía municipal. Resulta paradójico observar como una ciudad que ha gastado ingentes sumas de dinero en intentar ser sede olímpica, con infructuoso resultado, fije ahora entre sus objetivos cobrar una tasa a las carreras populares que se desarrollen en la ciudad, lo que no sé si supone una buena carta de presentación ante un nuevo intento olímpico. Lamentablemente, no es la única noticia de este tipo que oigo en los últimos tiempos. Por ejemplo, una provincia cómo Ávila, de gran tradición ciclista, que cuenta entre sus paisanos con un ganador del Tour y otros ciclistas famosos que han ocupado lugares de honor en Tour y Vuelta, y que tiene en sus carreteras algunos puertos de renombre, ha visto desaparecer de su territorio las marchas cicloturistas fruto de la incomprensión de administraciones públicas y Guardía Civil. Otra noticia de este tipo es la que afecta en los últimos tiempos a la Plataforma de Gredos (principal punto de acceso al circo de Gredos y sus cumbres) donde el Ayuntamiento a cuyo municipio corresponden esos terrenos instaló una valla -ilegal- para cobrar por el parking . Probablemente debamos, entre todos, racionalizar el uso y disfrute de espacios públicos como los parques naturales, pero eso no debe significar cobrar por acceder, o limitar estos espacios a la práctica deportiva. Lo mismo podemos observar respecto a la organización de carreras populares, marchas cicloturistas, o cualquier otro evento deportivo que promueva el deporte entre la ciudadanía. Se me ocurren un buen número de eventos que suceden en la ciudad de Madrid o en cualquier otro municipio que suponen un esfuerzo para las administraciones públicas en seguridad, protección civil, etc y que no suponen el pago de tasas por parte de los organizadores de los mismos, siendo las recientes fechas de Semana santa un buen ejemplo de ello. Además en este debate deberían participar activamente federaciones deportivas y CSD, implicándose en la defensa del deporte de base y popular. Al contrario de estas propuestas, quizás el Ayuntamiento de Madrid y otras administraciones, incluida la central, podían imitar el modelo londinense que, por ejemplo, subvenciona a los ciudadanos que van a trabajar en bicicleta (hay que recordar que según los datos recogidos por FREMAP el 55% de los trabajadores españoles tienen sobrepeso), o implantar deducciones fiscales para los gastos en práctica deportiva ya sea a los ciudadanos o a las empresas, por no hablar de la reducción del IVA para todos aquellos materiales y elementos de uso exclusivo para la práctica deportiva como un balón, una raqueta, un piolet, un par de esquís o una bicicleta. En fin, somos un país que se vanagloria de sus éxitos deportivos pero al que cuesta enormemente practicar deporte, dando como resultado una tasa de obesidad notable, lo que genera enormes gastos sanitarios para combatir las enfermedades crónicas derivadas de este problema, los cuales nadie cuestiona, pero si el hecho de que se promuevan eventos deportivos en nuestras ciudades y se faciliten los mismos. Es más las mimas administraciones no dudan en alinearse para conseguir unos Juegos Olímpicos, algo que es de agradecer, pero parecen encontrar demasiados problemas en que los ciudadanos practiquen deporte en sus calles, sus parques o sus montañas, por no hablar de las dificultades y tensiones para la movilidad y práctica deportiva en bicicleta. En definitiva, no es, el nuestro, un país para deportistas. No es país para deportistas ARTÍCULO DEL MES Carlos Grande Secretario general de ASECODE TS 30 Las administraciones no dudan en alinearse para conseguir unos Juegos Olímpicos, algo que es de agradecer, pero parecen encontrar demasiados problemas en que los ciudadanos practiquen deporte en sus calles “El Ayuntamiento de Madrid y otras administraciones, incluida la central, podían imitar, por ejemplo, el modelo londinense, que subvenciona a los ciudadanos que van a trabajar en bicicleta o implanta deducciones fiscales para los gastos en práctica deportiva”
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