TradeSport 219 - Marzo 2014

TS 27 M U J E R Algunos dirán, con razón, que cada vez hay más mujeres que se animan con el running, el bike o el fitness, y eso, obviamente, se ha dejado notar en las ventas. El “problema” es que el gran punto de inflexión que muchos esperan que marque la mujer tiene mucho más que ver con lo que se logre en el sportwear que en la vertiente más atlética. Y eso, ahora, es un problema. En los últimos años prácticamente todas las marcas han reforzado su apuesta por la mujer. En las colecciones de calle y, especialmente, en las más técnicas. El deporte ha sido –y aún es- un sector muy masculino, y durante demasiados años nadie se ha preocupado de darle a la mujer lo que necesitaba. Muchas marcas, sobre todo en material atlético, se limitaban a cambiar colores y tallas. Y ahora que prácticamente todo el mundo se ha dado cuenta de lo que busca la mujer, de lo que necesita y, sobre todo, de que no tiene nada que ver con el hombre, puede que en algunas categorías –probablemente las más importantes- sea demasiado tarde. La mujer es una target con un gran potencial, sobre todo ahora que el mercado está tan maduro y hay pocas vías con las que crecer. El sector lo sabe, pero aun así, sigue excesivamente contemplativo. Seguramente se ha dado cuenta de que en todo aquello que está vinculado al sportwear tiene muy poco que ganar y prefiere centrarse en lo técnico, donde, a priori, parte con mucha ventaja. El problema, es que parece olvidarse que sus competidores son infinitamente más ágiles, rápidos y, porque negarlo, eficaces. La apuesta que han hecho las grandes cadenas de moda (H&M, Mango o Zara, por ejemplo) por el textil técnico está, todavía, en su primera fase, pero es más que probable que a corto plazo el sector lo note. Y mucho. Cuando estos gigantes de la moda ven una oportunidad, apuestan fuerte, y seguramente se habrán dado cuenta de que el deporte no trataba a la mujer como se merecía, especialmente las tiendas (las marcas avanzan, pero el comercio es un freno. Un freno lógico porque la demanda no es, ni de lejos, como muchos auguraban). DE COMPRADORA A CONSUMIDORA La mujer es el perfil de comprador más importante en el 99% de los sectores. Y el deporte no es una excepción Es una buena compradora –para sus hijos- pero una mala consumidora. No en vano, a día de hoy la mujer representa, aproximadamente, un 25% del total del mercado. La evolución en los últimos años, además, es mínima, un dato sorprendente si tenemos en cuenta que las grandes marcas están equilibrando sus colecciones masculinas y femeninas y para muchas de ellas las líneas femeninas ya representan la mitad de su oferta. El deporte, para variar, va dejando pasar oportunidades, aunque esta vez, para ser justos, la guerra es muy compleja de ganar. Todos sabemos que la mujer es un target difícil que, si sabemos captarlo, podría suponer enormes beneficios para el sector, pero aun así nos está costando mucho que la mujer sea una buena consumidora de las tiendas de deporte. Es obvio, como hemos dicho, que en determinados segmentos atléticos, especialmente el Running o el bike -incluso en el esquí-, la mujer está ganando mucho protagonismo, pero insistimos, el volumen no está en lo técnico, sino en la moda deportiva, y en eso tenemos las de perder. En la vertiente más técnica podríamos decir, sin complejos, que estamos haciendo un muy buen trabajo. En calzado, en textil, en material duro y en prácticamente todas las categorías. De momento tenemos el monopolio de las ventas y hemos sabido entender lo que realmente buscaba este target. La mayoría de marcas técnicas han apostado fuerte por la mujer y han destinado muchos esfuerzos económicos en desarrollar productos específicos para ella. Productos que tienen en cuenta la morfología femenina, su manera de hacer deporte, sus gustos y otros detalles que, para este target, son importantes a la hora de elegir. En este aspecto el trabajo ha sido muy bueno. Y la resDefender lo atlético Pocas cosas han cambiado en el último año en todo lo que tiene que ver con la mujer. Y eso, siempre, es mala señal. Sobre todo cuando prácticamente todo el sector insiste en que es uno de los targets que puede marcar un punto de inflexión en un mercado que, pese al auge de algunas modalidades, sigue muy inmóvil. La batalla de la moda deportiva parece perdida y el futuro a corto plazo pasa por defender el monopolio de lo atlético. La apuesta que han hecho las grandes cadenas de moda (H&M, Mango o Zara, por ejemplo) por el textil técnico está, todavía, en su primera fase, pero es más que probable que a corto plazo el sector lo note. Y mucho. Cuando estos gigantes de la moda ven una oportunidad, apuestan fuerte, y seguramente se habrán dado cuenta de que el deporte no trataba a la mujer como se merecía, especialmente las tiendas

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