TradeSport 217 - Enero 2014

positores nacionales que estarán presentes en ISPO confirman las buenas expectativas que ha generado esta edición y ratifica la gran confianza que ispo genera entre las marcas españolas, que año tras año refuerzan su presencia en este ineludible punto de encuentro sectorial. Estar en ispo es la mejor manera de presentarse al mundo y/o de poder posicionarse en otros mercados. Otro tema son las tiendas. Aquí, poco que decir. Su situación es muy difícil y muchas no tienen ni tiempo ni dinero para acudir a Munich. Ya el año pasado muchos de los “habituales” de del salón prefirieron quedarse en casa, y más de uno de los que fue dedicó su tiempo a renegociar deudas más que a hacer pedidos. Y este año pasará exactamente lo mismo. LA INTERNACIONALIZACIÓN, CLAVE PARA SOBREVIVIR A estas alturas es bastante obvio que con la interminable crisis que atravesamos, el consumo en el mercado nacional está sufriendo mucho y la única alternativa que tienen muchas empresas para sobrevivir es salir fuera; reforzar su política de internacionalización. Y no es precisamente fácil, porque después de muchos años de crecimiento, y con una larga lista de marcas nacionales ganando cuota en el extranjero a pasos agigantados, el varapalo económico ha frenado en seco las aspiraciones de muchas empresas, que han visto como sus ingresos caían y, por lo tanto, también caían sus posibilidades de salir de nuestras fronteras. Una paradoja preocupante: hay que salir sí o sí porque el mercado nacional está muerto, pero no hay dinero para hacerlo. Aun así, la solución pasa irremediablemente por la exportación, que es y será el objetivo prioritario de las grandes –y pequeñas- marcas nacionales a corto y medio plazo. Históricamente España no ha destacado por ser un país exportador. Al contrario. Durante muchos años, fue considerado uno de los paraísos de la mano de obra barata. Asia estaba muy lejos de las grandes economías europeas, que tampoco se atrevían a cruzar el mediterráneo y fabricar en el Norte de África. La Europa del Este estaba en guerra y sus economías estaban completamente desestabilizadas. Eran épocas en las que, o se producía en el país de origen, o se buscaban países cercanos. Sumida en una compleja recuperación, la capacidad de innovación, de desarrollo y de expansión de las marcas nacionales estaba muy limitada. Y lo estuvo hasta las últimas décadas del siglo, una vez afianzada la democracia y con un país que poco a poco fue perdiendo distancia con el resto de Europa. La balanza entre exportaciones e importaciones estaba escandalosamente desequilibrada hacia el lado de las compras, pero poco a poco las marcas nacionales empezaban a asomar por el mundo. Su capacidad de desarrollo fue creciendo poco a poco y con ello su poder de internacionalización. Algunas empresas nacionales comenzaron a ganar terreno en Europa y en el resto del mundo y poco a poco fueron convirtiéndose en una referencia internacional, con productos tan o más buenos que los de cualquier potencia mundial. ¿Y el deporte? La historia de la marcas deportivas españolas en lo que respecta a su internacionalización ha sido, más o TS 71 De cara a este año los organizadores esperan ganar visitantes y superar los 81.000 profesionales que el año pasado acudieron a Munich. Pese al pesismimo que impera en algunos mercados, en ISPO, el clima que se crea en los salones acaba animando incluso a los más pesimistas. Ispo, hoy más que nunca, es una especie de antidepresivo. Un verdadero revulsivo.

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