Ya lo dijimos hace ahora 12 meses y las cosas apenas han cambiado. Si analizamos con un poco de esmero la evolución que ha experimentado ISPO en los últimos años difícilmente alguien se creería el vía crucis que ha experimentado el sector, a nivel global, en estos últimos años. Ajena a la crisis que han sufrido –y siguen sufriendo- algunos de los principales mercados mundiales, el salón de Munich ha ido sumando metros de exposición y expositores año tras año. Y lo ha hecho en el contexto más desfavorable que se pudiera imagina, porque, crisis aparte, el modelo de feria “tradicional” que plantea ISPO parecía estar en decadencia. Pero dejando atrás los peores augurios, este año ISPO volverá a registrar récords de participación y volverá a reunir, en más de 100.000 metros cuadrados, a más de 2.000 marcas (entre las que, obviamente, se encuentran todas la líderes del sector). La edición 2013 se cerró con una cifra de visitantes muy similar a la lograda en 2012. El contexto económico marcó el desarrollo del salón y aunque seguramente se esperaba un mejor balance, crecer un 4% en expositores y reunir a cerca de 81.000 profesionales –de más de 100 países- debe considerarse un éxito, sobre todo teniendo en cuenta el pesimismo que reinaba en Europa –especialmente en el sur- las semanas anteriores al salón. De cara a este año, y pese a que el pesimismo sigue bastante latente en algunos mercados, los organizadores esperan ganar visitantes y superar los 81.000 profesionales que el año pasado acudieron a Munich. No hay que olvidar que en ISPO, el clima que se crea en los salones acaba animando incluso a los más pesimistas. Como dijimos el año pasado, Ispo, hoy más que nunca, en una especie de antidepresivo. Un verdadero revulsivo. El porqué del crecimiento de ISPO en un contexto tan movido tiene su lógica. Y hay que buscarla, sobre todo, en el modelo. ISPO es la gran feria internacional del sector; una feria en la que, si se quiere exportar, hay que estar sí o sí. Y en un contexto como el actual es cuando los valores añadidos que aporta este punto de encuentro se hacen más necesarios: el salón es la mejor plataforma para abrir nuevo mercados. Y hoy por hoy, con muchas marcas saturadas en sus propios mercados, una plataforma de estas características, clave en la internacionalización, sólo puede seguir creciendo. ESPAÑA: RECORD DE EXPOSITORES Con un mercado nacional al borde del ahogo, era bastante obvio que España iría ganando peso en ISPO. Está a años luz, todavía, de países cercanos como Italia o Francia, pero este 2013 el desembarco de empresas nacionales sumará un nuevo récord… de expositores. La crisis que atraviesa España, uno de los países más tocados de Europa, hace años que cada vez haya más empresas que quieran acudir al salón para intentar ganar mercados. Además, este año, con la presencia del Village Padel, muchas marcas vinculadas a este deporte no han dudado en apostar por ISPO a sabiedas de que, sobre todo en el padel –que en Europa sólo se juega en España- entrar en nuevos mercados es crucial para no morir. Las marcas son plenamente conscientes de que si quieren salvar los muebles no pueden confiar en el mercado nacional y tienen que potenciar, en la mayor medida posible, la exportación. Los más de 60 exISPO refuerza su poder en una edición récord El salón creciendo pese a las adversidades y en esta edición 2014 volverá a superar la cifra de expositores, con más de 2.000 empresas. Más de 60 marcas nacionales acudirán al salón F E R I A S TS 70
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