ESPECIAL FÚTBOL Llevamos años viendo, con los datos en la mano, como el fútbol avanza ajeno a cualquier tipo de condicionante externo. Ni la crisis del comercio ni la económica han logrado cambiar en exceso el comportamiento de este deporte, regular y previsible hasta la saciedad y que sólo camba cuando, en años pares, la Eurocopa o el Mundial dan un empujón a las ventas. Su evolución, porcentualmente, está lejos de la que han logrado otros deportes como el running o el bike. Muy lejos. Aun así, por su regularidad y, sobre todo, por lo que genera, sigue siendo el deporte Rey. El que mayor cobertura tiene (el running aprieta) y el que mejor rotación tiene para muchas tiendas multideporte. El fútbol, desde hace décadas, se mantiene estable en la tormenta y coge cierta velocidad cuando el tiempo acompaña. Las ventajas, seguramente, de ser el deporte más practicado en nuestro país y tener, por ende, una base sólida que asegura un mínimo que oxigena, de sobras, al resto del sector. Y no nos engañemos: el fútbol ha dejado de ser sólo un deporte. Es un negocio; una máquina que seguirá funcionando sí o sí por los grandes intereses que hay detrás. Una realidad que nos gustará más o menos pero que, obviamente, marcas y tiendas agradecen. EL DEPORTE REY Desde hace muchos años el fútbol es el deporte Rey. El que entretiene a las masas. El que mueve, con muchísima diferencia, más dinero. Es casi una cuestión de estado. Y aunque entre derechos de televisión, patrocinios, sueldos de las estrellas y venta de entradas, la venta de material deportivo tiene un peso relativo, es el deporte que, durante muchos años, ha mantenido viva a la tienda… y a muchas marcas. No hay que olvidar que en los últimos años el fútbol está concentrando entre un 8% y un 10% del total de las ventas del sector. La venta de calzado, por ejemplo, ronda lo dos millones de pares anuales –entre fútbol y fútbol sala-, y a eso hay que sumarle las réplicas, las equipaciones y una larga lista de complementos. La elevada facturación de este deporte, más allá del volumen importante que tienen las réplicas, se explica, simplemente, analizando la gente que lo practica. Y no hablamos sólo de las más de 800.000 licencias que hay –y que, sin duda, ya dan una idea bastante clara de cómo pueden ir las ventas- sino, sobre todo, por los miles y miles de españoles que juegan liguillas amateurs (algunas estimaciones apuntan a que más de 3 millones de personas podrían estar jugado a fútbol cada semana) a los que hay que sumar, lógicamente, los centenares de miles de niños que, jueguen o no, quieren las botas que llevan sus ídolos-. Sólo con estos datos, ya queda bastante claro que estamos ante un segmento que, además de ser fuerte, tiene un volumen de ventas que, difícilmente, irá a la baja. Quizás no se den nunca los repuntes espectaculares que se han dado en otros deportes –aunque en años de Mundial y Eurocopa las ventas crecen bastante- pero el fútbol siempre será el fútbol y es prácticamente imposible que las cosas cambien. La base es muy fuerte y, aunque es cierto que hay una franja de edad, cuando los jóvenes acaban su etapa escolar, en la que el fútbol pierde mucho fuelle, especialmente en la venta de botas, la cantera siempre será sólida y asegurará muy buenas ventas a este segmento. Ya se ocupan las marcas de que así sea… BENDITA MADUREZ El fútbol, lo hemos dicho, es un deporte maduro. Maduro y muy estable. Hay altibajos en las ventas pero las variaciones interanuales son poco significativas. Se suceden años ”normales” con años buenos, generalmente coincidiendo con Mundiales Fútbol: sigue la estabilidad... y el dominio de las dos grandes TS 44
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