TS 94 Necesitamos pequeñas victorias Llevamos décadas haciendo las cosas de la misma forma, y al parecer, ni marcas ni detallistas encuentran prudente o sensato arriesgar para hacer cambios. Lo mismo pensaban los profesionales del sector de la música, de los viajes… y quizás ahora también del sector de los libros… Parémonos a pensar por unos instantes, tan sólo unos minutos, en ejemplos próximos de familia, amigos o vecinos, que en sus ámbitos profesionales hacían las cosas de una determinada forma y ahora, o no se hacen, o se han transformado del todo. Estamos en estos momentos trabajando en un sector cloroformizado, esperando que pase no sé qué para salvarnos de qué sé yo, en vez de agarrar el toro por los cuernos y empezar a cambiarlo entre todos. Hemos pasado de ser un sector innovador, creador y, por qué no, soñador, con un importante espíritu de sacrificio, a convertirnos en un sector aletargado, que no arriesga, temeroso, que ha dejado de soñar. Hay que ahuyentar todos esos miedos, que en nuestro caso tienen forma de Outlets, tiendas online, tiendas de marca…, y reconocernos de nuevo a nosotros mismos, recobrar la capacidad de escuchar, volver a aprender de quienes saben más, y empezar a cambiar este modelo que a la par de obsoleto, no nos está dejando evolucionar como deberíamos. Muchas veces he utilizado esta frase y no me cansaré de utilizarla: “Ninguno de nosotros es mejor que todos nosotros”. Debemos ser plenamente conscientes de que casi nada va a seguir siendo como lo vemos hoy. La sociedad ha cambiado, el consumo se ha transformado, los modelos de gestión han variado sustancialmente y lo han hecho para siempre, sin retorno posible, así que dejemos de esperar, de batallar por recuperar formas de hacer que desgraciadamente ya no sirven para nada. El entorno es el que es, hay que adaptarse o desaparecer, y conocemos ya a unos cuantos que han sucumbido en el camino. Sabemos ser extremadamente críticos con el prójimo, pero carecemos del todo de la capacidad de ser críticos con nosotros mismos. Hemos vivido de los esfuerzos de antaño, incluso de los realizados por generaciones anteriores. Los datos no son nada halagüeños: el número de jóvenes en España que dispone de una independencia económica plena, disminuyó desde el 26% en 2004 al 11% en 2011, y eso se está extendiendo por toda Europa. Llevamos demasiados años preocupados, ya va siendo hora de ocuparnos. Andrés de la Dehesa adehesa@sportmas.com
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