TradeSport 214 - Octubre 2013

Hemos insistido en ello varias veces. Y desde hace muchos meses. El sector sufre la crisis, como todo el mundo, pero el buen comportamiento de determinadas categorías ayudan a sobrellevar mejor las cosas. La gran mayoría de estas categorías “salvavidas” están estrechamente ligadas al material técnico y, sobre todo, a deportes que, como el running, el bike, el triatlón o determinadas modalidades outdoor, atraviesan un buen momento en cuanto a práctica. Al otro lado, la moda deportiva, sigue agonizando a la espera de que el ciclo cambie y pueda recuperar parte del terreno perdido. Pero no todo son penurias en el caprichoso mundo de la moda deportiva. Es cierto que las ventas han caído en picado, pero por suerte, dentro de este mundo, también hay quien tiene esa capacidad para equilibrar un poco ese descalabro. Y en este caso el gran “salvador” es el calzado, cuyas ventas, aunque no han mejorado, si han servido para frenar el fuerte pesimismo que lleva años instalado en marcas y tiendas cuyo principal pilar es la moda deportiva. El llamado sportwear (moda deportiva de marcas deportivas), además de asumir una caída general de las ventas, tiene que competir con una larga lista de cadenas de moda juvenil, mucho más ágiles y, sobre todo, mucho más asequibles. Y no hay color. Por suerte, ese cambio de tendencia, que ha puesto al precio como el principal argumento de venta y de compra, no es tan evidente en el calzado, y aunque la competencia también es fuerte, el poder de las líneas casual de determinadas marcas deportivas sigue siendo tan fuerte como hace 3 ó 4 años. Por razones complejas de analizar, y en las que, seguramente, la marca tiene mucho que decir, el consumidor está dispuesto a renunciar a vestir con ciertas marcas, pero no está tan dispuesta a renunciar a la marca a la hora de elegir el calzado. Es más, muchas marcas han logrado crecer pese al complejo contexto, confirmando, una vez más, la fuerza que tiene esta categoría en el cómputo global del sector desde que, hace apenas una década, la formalidad de mocasines y zapatos clásicos dejó paso a un look más informal, más deportivo. Evidentemente la competencia de las zapaterías es un hándicap para muchas tiendas de deporte, pero aun así, la fuerza que ha adquirido el calzado deportivo no atlético y su buen comportamiento pese a la crisis ha sido, para muchas tiendas, un balón de oxígeno. Y para las marcas todavía más. Y aunque nadie sepa a ciencia cierta cuándo acabará está maldita crisis (o cuando, por lo menos, veremos algún brote verde), tanto marcas como tiendas son conscientes de que el look sport tiene todavía mucho tirón y mucho potencial. Por marquismo o, simplemente, porque hay mucha gente que a la hora de comprar calzado quiere calidad… aunque haya que pagarla. UN LOOK ETERNO A los más jóvenes no nos sorprende este look casual que invade las calles desde hace algunos años, pero para determinadas generaciones, el cambio ha sido radical. La formalidad de los llamados zapatos de vestir ha dado paso a un look deportivo, informal y con una fuerza tan grande que se ha impuesto, incluso, en la oficina. Es un estilo que arrasa, especialmente entre los hombres –aunque cada vez hay más mujeres que apuestan por este tipo de calzado- y lo mejor de todo es que no parece que vaya a haber marcha atrás. Y seguramente la mejor prueba de ello es que las marcas de calzado que tradicionalmente se han vinculado con el “vestir formalmente” llevan algunos años dando cada vez más protagonismo a sus colecciones más urbanas o casual, conscientes de que es básicamente con este tipo de productos con los que pueden crecer. Es complejo saber cuándo y por qué se dio este cambio. Lo que no es tan complejo es saber quién lo impulso. Y por mucho que la moda siga intentando, para variar, atribuirse éxitos, fue el deporte quien encendió la mecha. Y lo hicieron, seguramente, cuando se dieron cuenta de que había mucha gente que utilizaba calzado técnico ESPECIAL CALZADO URBANO TS 78 Es complejo saber cuándo y por qué el calzado casual se impuso con tanta fuerza en la calle. Lo que no es tan complejo es saber quién lo impulsó. Y por mucho que la moda siga intentando, para variar, atribuirse éxitos, fue el deporte quien encendió la mecha. Un oasis en la moda deportiva

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