Nuevamente estamos ante un período de rebajas y, lamentablemente, como tantas veces, el número de referencias y unidades que se incluyen en este tipo de promoción de ventas es más amplio de lo deseado. Es cierto que el período de rebajas como tal desapareció en la última reforma de la Ley de Ordenación de Comercio Minorista efectuada hace justo ahora un año (artículo 28 del Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad), y ahora cada comerciante decide las fechas concretas de las rebajas en su establecimiento en función de su propio interés comercial, pero no lo es menos que la costumbre comercial provoca que con los primeros días de julio se abra el tradicional período de rebajas estival. Desgraciadamente, la llegada de estas fechas no viene precedida de un período de tranquilidad en el que cada operador, independientemente del sector, se emplea en vender los productos a Full Price, como también era costumbre, sino que desde hace algún tiempo esta situación se ha desdibujado, y podemos encontrar ofertas y promociones especiales en cualquier momento. La falta de demanda interna en nuestro país provoca la aparición de más y más acciones de este tipo, y no me refiero a los archiconocidos días de oro de la gran empresa española de distribución, hoy ridículos ante las agresivas campañas en temporada realizadas por múltiples operadores de prácticamente todos los sectores comerciales. Esta nueva situación está provocando que desde el retail se mande al consumidor un mensaje inequívoco, que no es otro que el precio de los productos es menor, que los precios fijados en el lanzamiento de cualquier producto o temporada es ficticio, y que sólo hace falta esperar unas semanas para encontrar un mejor precio por ese mismo producto. Sólo si eres una marca plagada de seguidores y, porqué no decirlo, fanáticos o incondicionales de tu producto, puedes confiar en ese full price o PVPR. Esta circunstancia está ocurriendo en el comercio en general, y da lo mismo que compremos un televisor, una consola o unas zapatillas de running; sólo el consumidor-fan estará dispuesto a ser pionero y pagar ese coste por el producto, el resto esperará, porque además sabe que esperará poco. A estas circunstancias, que se están instalando con fuerza en el comercio en general, se añaden otras como la fuerte expansión del concepto outlet, fórmula que no es nueva bajo el sol, pues, en teoría, no es más que una liquidación de producto. Lo novedoso es la gran cantidad de producto en oferta con que cuentan este tipo de establecimientos, e incluso su disposición en paralelo de los mismos productos y referencias las cuales comparten, incluso en temporada, con el canal tradicional o de venta Full Price. Esto provoca aún más desconcierto en el consumidor, al que se le traslada una imagen nefasta del canal tradicional, quien parece que está engañando a los consumidores, con lo que estamos destruyendo su imagen. Además de este tipo de oferta interna en paralelo, los establecimientos cuentan en los últimos tiempos con otro hándicap en lo que a precio se refiere, como es la venta online, ya sea de tiendas ubicadas en otros países con menores obligaciones fiscales, incluso en el seno de la Unión Europea, o las ventas privadas que también están compartiendo, en ocasiones, referencias con el canal tradicional. Todas estas circunstancias están introduciendo fuertes tensiones en el retail, lo que unido a la baja demanda interna, fruto de la crisis que atraviesa nuestro país, y aderezado con un primavera mucho más lluviosa y fresca de lo habitual, nos deja ante una más que probable agresiva campaña de rebajas de verano desde el inicio de la misma, lo que en definitiva no viene sino a reducir los márgenes de los establecimientos. Hasta aquí sólo he realizado una fotografía, creo que bastante fidedigna, de lo que está sucediendo en el retail en general, y en el comercio deportivo sin duda, por no hablar de otras circunstancias derivadas de estas como es que las tiendas se puedan convertir en expositores y probadores. Llegados a este punto considero que el retail, y en especial las marcas, tienen que buscar fórmulas para superar esta situación de un modo coherente, en la que se maximice la explotación y rentabilización del producto en todos los canales pero sin dañar a ninguno. Estoy convencido de que todos tienen espacio y sentido, pero el maremágnum en el que estamos envueltos no beneficia a nadie, ni a las marcas, ni al retail, quizás sólo a algunos oportunistas que no estarán para apoyar si no vienen bien dadas. En el caso de la distribución deportiva hay un canal profesional, amplio y con experiencia que capilariza la presencia de las marcas y no impide la existencia de otros canales o medios alternativos. ¿De veras no somos capaces de buscar colaboración, apoyo, crecimiento y apoyo mutuo? El retail, y en especial las marcas, tienen que buscar fórmulas para superar esta situación de un modo más coherente, maximizando la explotación y rentabilización del producto en todos los canales pero sin dañar a ninguno. RE:bajando ARTÍCULO DEL MES Carlos Grande Secretario general de ASECODE TS 28 La llegada de las rebajas no viene precedida de un período de tranquilidad en el que cada operador se emplea en vender los productos a Full Price, sino que desde hace algún tiempo esta situación se ha desdibujado y podemos encontrar ofertas y promociones especiales en cualquier momento.
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