Uno de los grandes errores que, a nuestro parecer, ha cometido el sector a lo largo de toda su historia ha sido el dejarse seducir en exceso por los cantos de sirena de la moda. Nadie duda de que, en su momento, era una apuesta segura. La práctica estaba en niveles irrisorios y nadie hacia deporte. Por si fuera poco Decathlon empezaba a controlar con contundencia el primer precio. Lo atlético apenas tenía tirada en el comercio multideporte (los especialistas no existían, casi) y, poco a poco, la moda empezaba a “aceptar” el look deporte. Ante esta realidad muchas tiendas decidieron dar un giro radical a su filosofía y apostar por lo que, en ese momento tenía más demanda y rotación: la moda deportiva. El problema no es que apostasen por esta categoría; el problema es que muchas desterraron todo lo atlético. Lo lógico y lo aparentemente seguro era apostar por la moda deportiva (de marcas del sector o, si “colaba”, moda pura y dura –con estilo deportivo-). Como era previsible, en muy poco tiempo el sportwear y toda la larga lista de “derivados” (sportstyle, lifestyle, casualwear…) monopolizaron las ventas en el canal deporte. La dependencia era absoluta… y excesivamente peligrosa, como ha quedado demostrado con la crisis. Con la caída en picado del consumo las ventas cayeron a una velocidad de vértigo y la moda deportiva dejó de generar demanda. Por si fuera poco, paralelamente a este cambio en el canal multideporte, y seguramente “por culpa” de éste, empezaron a emerger las tiendas especialistas, que en muy poco tiempo se hicieron fuertes y monopolizaron gran parte de las ventas de material atlético. Su ha puesto en jaque –más- al comercio multideporte, que después del varapalo de la moda, no tiene mucho margen para volver a sus raíces. La realidad actual del sector, gracias o por culpa de la crisis, presenta un panorama comercial muy bien definido. Lo atlético lo controla las especialistas y algunas multideporte que han sabido trabajar bien varios segmentos. La moda deportiva, aunque esté en horas bajas, es cosa de las tiendas que han aguantado el chaparon (gracias a un modelo de negocio coherente y muy definido). Y en medio, entre dos aguas, y con el agua al cuello, las multideporte que todavía insisten en apostar por lo atlético y por la moda sin distinción. Sin identidad, ni el previsible repunte de la moda les salvará. Y todavía menos ahora que muchos detallistas han entendido que la moda deportiva hay que gestionarla con las mismas armas con las que se gestiona un comercio de Running, bike o pádel… MIL NOMBRES Y UNA OBVIEDAD Con el boom del look deportivo los siempre predispuesto hombres de marketing tardaron muy poco en empezar a sacarse de la chistera mil y un nombres para definir algo que, al fin y al cabo, sólo es ropa con estilo deportivo. Conceptos como sportwear, sportstyle, lifestyle o sportlife style se pusieron de moda en un abrir y cerrar de ojos. Las diferencias entre algunos de ellos son casi imperceptibles y aunque si es cierto que el origen de la marca es bastante aclarador –el deporte es deporte y la moda es moda- la frontera que trazan deporte y moda entre estos términos es casi siempre muy difusa. Y confusa. Ahora, apenas una década después de que comenzase el boom de la moda deportiva, La moda deportiva, a expensas de la crisis ESPECIAL MODA DEPORTIVA La moda deportiva está siendo, con diferencia, una de las categorías que pero están llevando la crisis, aunque para ser justos, la caída ha tenido muy poco que ver con las tendencias y muchos con la contracción del consumo. En épocas de crisis la moda no es, ni mucho menos, una prioridad. TS 54 Lo hemos dicho en varias ocasiones: si hay una categoría que, dentro del canal deporte, se ha visto especialmente afectada por la crisis esta ha sido la moda deportiva. Y no es de extrañar: el factor moda implica grandes crecimientos y, también, importantes batacazos. Aunque para ser justos, la caída ha tenido muy poco que ver con las tendencias y muchos con la contracción del consumo. En épocas de crisis la moda no es, ni mucho menos, una prioridad. Es más, generalmente es en lo primero que uno ahorra. Dicho esto, también es importante dejar muy claro que, pese a la compleja situación que atraviesa este universo, estamos ante un bache pasajero, y cuando la economía recupere su evolución positiva nadie debe dudar del fuerte crecimiento que experimentará la moda deportiva. Otro tema es si este boom lo sabremos aprovechar o, como de costumbre, dejaremos que lo hagan otros.
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