(dentro del canal deporte). Al tratarse de prendas técnicas su gran baza es la funcionalidad, y los nadadores habituales están dispuestos a pagar por ello. Es exactamente lo mismo que está pasando con el running o el bike. Muchos de quienes nadan con bastante regularidad buscan ligereza, comodidad, ajuste, resistencia al cloro… y saben que eso se paga. Otros no dan tanta importancia a estos aspectos y buscan prendas más económicas, pero normalmente también apuestan por el canal y por marcas deportivas. Y las marcas, conscientes de que no todo el mundo quiere bañadores ultrafuncionales desarrollados para competiciones de alto nivel, han apostado muy fuerte por darle al nadador ocasional –o al que no quiere gastarse tanto dinero-, una amplia variedad de modelos con un precio muy bueno y una tecnicidad más que suficiente. Es más, muchos incluso apuestan fuerte por el factor diseño, mejorando la versatilidad de la prenda, que podrá tener continuidad más allá de los carriles de la piscina. Para acabar, también es importante tener en cuenta el poder que tienen algunas marcas españolas en este segmento técnico. Los rankings de ventas están liderados por Speedo y Arena, las dos grandes marcas internacionales del segmento, pero enseñas como Efa o Turbo, apostando por una excelente calidad a un precio muy bueno, están muy bien posicionadas y compiten de tú a tú con estas grandes en muchos rankings. BAÑO MODA EN EL CANAL DEPORTE: LA CRISIS FRENA UN POTENCIAL QUE SIGUE INTACTO Con el boom del sportwear prácticamente todas las categorías de producto han visto que surgían nuevas vías de negocio. El baño no ha sido una excepción, y aunque la moda controle gran parte de las ventas de baño no atlético, en los últimos años el baño moda también ha ganado mucho peso en las tiendas. Hace apenas 10-15 años marcas y tiendas deportivas sólo tocaban el baño competición. Alguna se había atrevido con el baño moda, pero era algo testimonial. Con el boom del sportwear a mediados de los 90, las marcas deportivas vieron rápidamente que el baño moda podía ser una buena apuesta. Las tiendas respondieron bien, y poco a poco este tipo de prendas fueron ganando protagonismo en el comercio deportivo. Un protagonismo que todavía fue a más cuando el gliss emergió con fuerza y las marcas de este universo empezaron a apostar muy fuerte por el baño, imponiendo el beachwear y el x-wear como una cultura urbana. Son prendas donde el diseño está por encima de la tecnicidad pero que por sus raíces, ofrecen mucha más calidad y funcionalidad que las que se puedan encontrar en el canal moda, sobre todo en las cadenas verticales. También tiene mucho peso la marca, especialmente en determinados targets, y eso para el sector sigue siendo un valor añadido. El consumidor español de deporte, sobre todo el hombre, es bastante marquista, y eso en un país de sol y playa, es un paraíso para las marcas deportivas con líneas de baño. Todas las marcas, sin excepción, tomaron nota de esta tendencia, impulsada, porque negarlo, por las marcas surferas, y comenzaron a ponerse al día en diseño. ¿El resultado? El gran grueso de ventas de baño moda que se llevan a cabo en el canal deporte lo monopolizan prendas de estética surfera, confirmando, una vez más, que el boom del gliss –que aún perdura aunque algunos le hayan dado por muerto- ha sido, seguramente, uno de los hechos más significativos y positivos para el sector en los últimos 20 años. La realidad es que gracias al trabajo de estas y otras marcas el diseño ha dejado de ser un valor añadido exclusivo de la moda. Es más, muchas marcas deportivas tienen colecciones infinitamente más atractivas, a nivel estético, que las de cualquier cadena de moda juvenil o cadena especializada en baño. Al final, las dos grandes diferencias entre unos y otros son el precio y la percepción que el consumidor tiene del canal y de lo que es el baño: muchos siguen viendo el baño como moda y, por lo tanto, lo comprarán en el canal moda, incluso a pesar de que puedan encontrar prendas a precios similares –y con mejor calidad y diseño- en una tienda de deportes. Ése es el mal permanente del sector. Y casi siempre con la misma “culpable”: la mujer. El baño, como muchos segmentos, sigue teniendo una cuenta pendiente con la mujer, que aunque se ha acercado un poco más al canal gracias a las marcas gliss (especialmente adolescentes y jóvenes), sigue siendo muy reacia a comprar en las tiendas de deporte. Y las cifras son contundentes: alrededor del 70% de las ventas en el canal corresponden a baño hombre y del 30% que corresponde a mujer. Y de este 30% la mayoría concierne a los bañadores de piscina. Der todas maneras, aunque las marcas deportivas, especialmente las que más fuerte han apostado por el lifestyle, han hecho un buen trabajo a nivel de oferta para seducir a la mujer, ésta suele priorizar el diseño y el precio cuando compra un bañador (porque quiere tener varios), y El canal tiene que defender, especialmente ahora, su poder en la venta de baño atlético. Nunca –toquemos madera- otro canal podrá robarnos protagonismo con lo atlético. Eso no significa que no debamos aprovechar la fuerza que en estos últimos años han ganado muchas marcas deportivas dentro del baño moda, especialmente, el llamado beachwear. TS 46 ESPECIAL BAÑO
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