“hegemonía”, pero no es el único que atraviesa, pese a la crisis, un buen momento. También está el pádel. Su progresión, al menos en los últimos dos o tres años no ha sido tan espectacular como la del pádel. Pero ha sido. Y eso ya es mucho. Su progresión se ha visto frenada en los dos últimos años por la crisis y por la dificultad de aguantar el ritmo que llevaba, pero su presente y, sobre todo, su futuro, son muy buenos. Eso sí, si no cambian determinados aspectos, este potencial puede tener fecha de caducidad. A estas alturas no hace falta perder el tiempo hablando de las bondades de este deporte ni de los motivos que han propiciado que, con o sin crisis, haya más de dos millones de españoles que juegan al pádel. Basta con decir que es un deporte divertido, bastante fácil de aprender – mucho más que el tenis-, relativamente asequible –el precio se divide entre cuatro-, y con un fuerte componente social. Su rápida popularización ha propiciado una espectacular proliferación de pistas, especialmente, en los clubes de tenis, muchos de los cuales, ante la demanda –y por su mejor rentabilidad- han “sacrificado” pistas de tenis para poder construir de pádel. Y lo más “espectacular” de todo es que su crecimiento se ha dado sin apoyo alguno por parte de los medios. A LA ESPERA DE LA SELECCIÓN NATURAL El pádel es el mejor ejemplo de que cuando un sector funcional la oferta se dispara. A veces exageradamente. Cuando empezó a despegar después de unos inicios complejos –sobre todo por sus orígenes aristocráticos- era un segmento dominado claramente por las marcas especialistas, muchas de ellas con raíces argentinas, país desde el que se exportó este deporte. Su crecimiento repentino no sólo dinamizó un segmento –el de los deportes de raqueta-, sino que, además, conllevó un espectacular desembarco de las grandes marcas del tenis en este segmento. Todas, sin excepción –unas más rápido que otras- desarrollaron colecciones de pádel, y el segmento quedó dividido entre las marcas especializadas únicamente en pádel y aquellas cuya oferta cubría todo el segmento de los deportes de raqueta. A éstos hay que sumar toda una lista –demasiado larga a veces- de marcas “oportunistas” que poco a poco, por selección natural, han ido desapareciendo del mapa. El número de marcas que actualmente operan en nuestro país, por encima de las sesenta, sigue siendo excesivo pero poco a poco la selección natural da sus frutos y seguramente dentro de no mucho el mercado estará totalmente definido, con dos grandes grupos claramente diferenciado: por un lado las marcas que vienen del tenis y, por el otro, las especialistas. De las grandes marcas del tenis fue Dunlop la que vio primero el potencial de este deporte y apostó por él. Rápidamente le siguieron otras como Head, Wilson, Babolat o Völkl. Las dos primeras se han posicionado con mucha fuerza en el segmento –de hecho lideran muchos de los rankings- y las otras, poco a poco van creciendo, imagino que al mismo ritmo que van convenciendo a sus casas madres de que el pádel tiene mucho potencial y que es mucho más que un deporte minoritario que sólo se juega en España. La gran baza de este grupo de marcas es, lógicamente, su posicionamiento en el tenis, que les da una imagen de marca lo suficientemente importante como para generar un buen volumen de ventas, especialmente entre los jugadores que vienen de esta modalidad. Este posicionamiento y su fuerza a nivel mundial serán sus grandes estandartes si algún día el pádel sale de nuestras fronteras y comienza su esperada internacionalización. En el otro grupo, el de las especialistas, la guerra es mucho más cruda. Por competidores. Destacan, sobre todo, marcas como Varlion, Vairo, Bullpádel, Drop Shot, Pádel Lobb o Paddle Coach. Su poder financiero está muy por debajo del de las grandes marcas del segmento de los deportes de raqueta, pero aún así han conseguido convertirse en las principales referencias del mundo del pádel gracias a su especialización. Por último, y para variar, mención aparte para Decathlon, que como en tenis, ha ganado protagonismo en este segmento con sus modelos de primer precio y ha sido, aunque nos pese, uno de los grandes dinamizadores de este mundo, sobre todo, insistimos, entre los entre los que comienzan o juegan poco. En cuanto al calzado, aunque muchos jugadores juegan con calzado de tenis, cada vez hay más gente que utiliza calzado específico y las marcas, además, se han volcado en ello. Lo han hecho algunas generalistas, como adidas (que está apostando fuerte por este deporte), la mayoría de marcas que tienen calzado tenis, como Head, Wilson, Dunlop, K-Swiss y, sobre todo, Asics, cuyo crecimiento en los últimos años en esta categoría ha sido, simplemente, espectacular. A éstas marcas hay que sumar las pocas especialistas de pádel que han apostado por esta categoría, mucho más compleja de gestionar que las palas y otras marcas más multiproducto que han decidido apostar fuerte por este deporte, como la española J’hayber, que se está volcando de lleno en este deporte y que en pocos años ya se ha abierto un hueco importante. Si ni la crisis ha podido enterrar al tenis y frenar en seco la progresión del pádel, parece lógico pensar que, sin ella, la evolución de estos deportes será la misma que tenían antes. Uno, sumido en la estabilidad; el otro, creciendo año tras año. ESPECIAL TENIS Y PÁDEL TS 48
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx