TradeSport 209 - Abril 2013

tes, es muy complejo que el número de jugadores amateurs de tenis crezca en los próximos años. Y no sólo por el empuje del pádel – cada vez hay más clubes que cambian sus pistas de tenis por canchas de pádel, mucho más rentables y, a día de hoy, con bastante más demanda- ni porque su aprendizaje sea más complejo que, por ejemplo, el del pádel, sino, sobre todo, porque pese a dejar atrás los prejuicios que despertaba hace años, sigue siendo un deporte bastante caro. El material no es especialmente caro (una raqueta “digna” y un calzado adecuado no superan en mucho el precio de unas buenas zapatillas de running) pero ser socio de un club o jugar en las pocas pistas municipales o de alquiler público que quedan es, por lo general, muy caro. ¿Su gran baza? Ya lo hemos comentado antes: tener una cantera bastante “controlada”. El pádel gana mucho protagonismo en un target que va desde los 18 a los 50, pero la gran mayoría de niños que se introducen en al mundo de la raqueta apuesta por el tenis antes que por el pádel. Y aunque es cierto –y lógico- que esta tendencia, poco a poco, una de sus mayores garantías de futuro del tenis es esta base. ESPECIALISTAS Y GENERALISTAS SE REPARTEN EN CONTROL POR CATEGORÍAS La lógica se impone en las ventas de tenis y si, como hemos dicho, la práctica se ha mantenido muy estable en los últimos años, también las ventas han experimentado una absoluta estabilidad. Absoluta y, con la crisis que atravesamos, también bendita. Las razones que han frenado el crecimiento del tenis ya las hemos expuesto antes, y van desde el precio de los clubes o las dificultades de aprendizaje, hasta el continuo cambio de pistas de tenis por canchas de pádel. Todo eso ha conllevado que muchas tiendas que, hasta no hace muchos años, apostaban fuerte por el tenis, hayan ido limitado progresivamente el espacio que dedicaban a esta modalidad en beneficio, obviamente, del pádel. Además, desde las marcas líderes de este segmento se ha constatado que hay un volumen considerable de jugadores habituales de tenis que se están convirtiendo en jugadores de pádel, dejando de lado el tenis o jugando ocasionalmente (con lo que ello supone a nivel de renovación de material). Sea como sea, las cifras que ha movido este segmento en los últimos años, con variaciones interanuales muy ligeras – salvo algún bache a principios de la primera década de ese siglo- son la confirmación más significativa de que probablemente estemos ante uno de los deportes más maduros del sector… y de que difícilmente las cosas van a cambiar. En cuanto a las marcas, si nos centramos en las raquetas, el producto estrella del universo tenis, uno de los grandes tesoros del segmento, más allá del peso que tiene el I+D, es que el jugador, sea cual sea su nivel, pero sobre todo aquellos que juegan con cierta regularidad, siempre ha sido muy marquista y, sobre todo, siempre ha sabido muy bien la importancia de jugar con una raqueta que se ajuste a sus necesidades. No es un perfil de consumidor que tenga muchos reparos en pagar por la tecnicidad. Es cierto que el gran cambio que se ha dado en los últimos años ha sido, como era de esperar, el control absoluto de las gamas bajas-iniciación por parte de Artengo (Decathlon), pero el jugador habitual sigue siendo muy marquista y, sobre todo, sigue valorando mucho la innovación que llevan cabo las grandes especialistas del segmento. Especialistas que, por cierto, no superan la decena y no tienen competencia alguna por parte de las grandes marcas generalistas, al menos en material duro. El mercado lo controlan marcas como Babolat, Wilson y Head, pero con otras marcas como Prince, Dunlop o Tecnifibre apretando muy fuerte. Todas son marcas especialistas y quizás por ello las fuerzas están mucho más repartidas, sin diferencias abismales como las que se dan en deportes como el fútbol, por ejemplo. Babolat y Wilson han ganado mucho con Nadal y Federer, pero todas las grandes tienen en nómina a jugadores que están entre los Top Ten… y a promesas que el día de mañana pueden desbancar a los que hoy son los mejores jugadores del mundo. El tenis, lo hemos dicho, es un deporte muy mediático, y la mejor prueba Las cifras que ha movido el tenis en los últimos años, con variaciones interanuales muy ligeras son la confirmación más significativa de que estamos ante uno de los deportes más maduros del sector… y de que difícilmente las cosas van a cambiar a corto y medio plazo. A priori poco cambiarán las cosas en lo que queda de año. El tenis mantendrá su estabilidad gracias una base de jugadores que no gana peso pero que, tampoco, lo pierde. El pádel, pese a la compleja situación económica, que no parece que vaya a cambiar, sigue ganando practicantes y, sobre todo, espacio en la tienda. La demanda aún es buena y para muchos comercios multimarca ha sido un clavo ardiendo al que agarrarse en un momento en el que running aparte, la cosa está bastante parada. TS 45

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