TradeSport 209 - Abril 2013

ESPECIAL TENIS Y PÁDEL Tenis y pádel, como muchos otros segmentos, siguen inmersos en un periodo de transición. De espera. La crisis se deja notar, y para evitar males mayores, muchos deportes repliegan velas y esperan vientos mejores para volver a ganar velocidad. Algunos, como el pádel, consiguen mantener un buen ritmo por la inercia que llevaban y, también, por su accesibilidad; otros, como el tenis, se contentan con mantener su sempiterna estabilidad, un verdadero triunfo con la que está cayendo… y con lo que le está “robando” el pádel. En practicantes, en instalaciones y, sobre todo, en inversiones. A priori poco cambiarán las cosas en lo que queda de año. El tenis mantendrá su estabilidad gracias una base de jugadores que no gana peso pero que, tampoco, lo pierde. El pádel, pese a la compleja situación económica, que no parece que vaya a cambiar, sigue ganando practicantes y, sobre todo, espacio en la tienda. La demanda aún es buena y para muchos comercios multimarca ha sido un clavo ardiendo al que agarrarse en un momento en el que running aparte, la cosa está bastante parada. Eso sí, el pádel se enfrenta, a corto y medio plazo, a una serie de retos que, de no superarlo, pueden llevarle a una madurez prematura que pondría fin a las grandes expectativas que sigue generando este deporte. TENIS. UNA TRADICIÓN CON PESO España es, desde hace muchos años, uno de los países donde existe mayor tradición de tenis. Por el clima y por la elevada cifra de instalaciones –que ahora ha bajado pero que sigue siendo alta-, apenas hay tres o cuatro países donde el tenis tenga tanta tradición como en España. El pádel, todos lo sabemos, le ha robado protagonismo, sobre todo porque se trata de un deporte mucho más “popular”, pero en los últimos años el tenis también se ha “democratizado” considerablemente, dejando atrás su etiqueta de deporte de ricos. Además, ha ganado un peso mediático –por los éxitos españoles- que el pádel ni tiene ni tendrá en muchos años. Esta nueva dimensión del tenis, convertido en deporte mediático de primer orden, sólo superado por el fútbol, el motor y, quizás, el baloncesto, ha transformado completamente este deporte en el plano mediático, pero en cuanto a la práctica, el crecimiento ha sido infinitamente más moderado y las cifras de practicantes que se barajan hoy en día son, seguramente, bastante más bajas de las que se preveían hace dos décadas, cuando este deporte –sin el pádel de por medio- llegó a sus cotas de federados más altas, con más de 125.000 licencias (hoy apenas se superan las 100.000). Obviamente, también hay que tener muy en cuenta la cifra de practicantes no federados, que aunque es tan o más estable que la de licencias, es, por su volumen, una de las más importantes del sector. Hay muchos clubes y, también, muchos “jugadores de club”. El principal problema al que se enfrenta el tenis tiene que ver mucho con la edad de los jugadores habituales. O son muy jóvenes –el tenis es un deporte con una muy buena base- o son mayores, por encima de los 50. En medio, en ese target tan importante para el sector, el tenis es un deporte muy minoritario, y salvo quienes han jugado de pequeños, muchas veces por ser socios de un club, son pocos los que se inician en este deporte cuando son adultos. No es un deporte fácil de aprender, y a partir de determinada edad es complejo que alguien que no ha jugado a tenis comience a hacerlo. Y más aun habiendo una alternativa como el pádel Dicho esto, aunque sea un deporte muy estable en cuanto a la cifra de practicanPeloteando desde el fondo 44 TS Tenis y pádel mantienen el juego de los últimos años en un partido muy marcado por la crisis. Uno aguanta su estabilidad; el otro, aunque a un ritmo mucho más moderado, sigue creciendo y se consolida como el gran deporte de raqueta.

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx