TradeSport 209 - Abril 2013

TS 35 las pasiones son muchas veces difíciles de explicar... aunque creo que siempre están justificadas. Pero no es lo mismo subir a un ochomil que dar un paseo por la sierra de al lado de tu casa... Es cierto que el montañismo es un deporte de riesgo, pero esto puede ser entendido de otra manera. El riesgo debería impulsarte a preparar y poner más interés. Por eso me parece un elemento muy importante. Todo el mundo que se acerca a la montaña debería saber cuáles son sus límites y cuáles son las reglas del juego. Aceptarlas te ayudará a crecer física y mentalmente. Fuiste la décima persona en ascender a los 14 ochomiles del planeta y ahora la lista tiene cerca de 30 nombres. ¿Qué valor tiene para ti pertenecer a este club? Ninguno. Para mí la lista no significa abolsutamente nada. Un alpinista se mide por la ruta y el estilo que ha elegido, no por las cimas que alcanza. Hoy en día puedes ir al Cho Oyu (8200m.) y subirlo diez veces por la ruta normal en una misma temporada. Eso no tiene ningún valor alpinístico. En cambio, puedes subir por su cara sur y realizar una actividad realmente relevante. No se puede valorar la calidad de un escritor en función de las páginas que ha escrito ¿no? Reconozco el error. Hace 15 años, cuando en esas rutas normales te encontrabas sólo y sin información meteorológica, te lo tenías que trabajar mucho El esfuerzo, el riesgo y el compromiso eran mucho mayores y no encontrabas ni cuerdas fijas hasta la cumbre ni esa hilera de alpinistas que se ve en las fotos. Pero todo el mundo tiene derecho a subir a un ochomil... Entiendo la atracción de superar esta cota mítica porque yo también la he sentido y también utilizar las vías normales para las primeras experiencias. Lo que no entiendo es que esas actividades se cuenten como algo extraordinario. En los últimos años, además de grandes ascensiones, has realizado algunas incursiones por los círculos polares. ¿Con qué te quedas? Las travesías de este tipo son actividades únicas e inolvidables pero no para hacerlas todos los años. No dan tantas posibilidades para tener experiencias diferentes como la montaña. Sin embargo todos los que las habéis probado habláis de su extremada dureza. El factor psicológico es muy importante ya que todo es muy monótono y vives bajo un gran aislamiento. Es una carrera de resistencia en la que la convivencia también es importante. ¿Cómo eliges a tus compañeros de aventura? Busco rodearme de gente con la que comparta una misma visión de la montaña y tenga un nivel parecido, así podremos vivir una experiencia experiencia satisfactoria para todos. Primero con tu hermano, actualmente con Vallejo y Zabalza. Parece que siempre has tenido claro quiénes son tus compañeros de cordada. Sí, y pienso que es algo que se está perdiendo. Ahora la gente se ata con cualquiera, ya no se ven tantas cordadas incondicionales. El compañero tiene mucha importancia, tu vida está atada a la suya y tiene que haber un gran nivel de confianza. Ahora se escala con el que puede, con el sale. ¿Habéis puesto un destino a vuestro próximo reto? Queremos volver al Karakórum. No es ninguna novedad que estamos pasando una situación difícil y la financiación de estas expediciones es complicada, pero lo vamos a intentar. “Entiendo la atracción de superar la cuota mítica de los 8.000 porque yo también la he sentido y también utilizar las vías normales para las primeras experiencias. Lo que no entiendo es que esas actividades se cuenten como algo extraordinario”. “Si lo realmente importante para mí fuese alcanzar la cumbre, siempre hubiera ido por el camino más fácil. Pero sé que esa fórmula no me serviría para mantener la ilusión así que apuesto por valorar las dificultades. Le doy más importancia al camino que a la cumbre; lo importante es la ruta y el estilo, la experiencia que voy a vivir en el camino”.

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