Una vez más aparece ISPO en el horizonte. Un horizonte que no está, precisamente, despejado, o al menos así lo indican todos aquellas instituciones que realizan previsiones económicas, no para el sector, sino en general. Esta cita ineludible del sector, y una de las más importantes a nivel internacional, vuelve a llegar en un momento en el que el sector se encuentra en horas bajas. A pesar de ello, no me cabe ninguna duda de que ISPO volverá a enjugar los malos pensamientos y, al menos durante unos días, será capaz de cambiar los ánimos de todos los asistentes. El problema es que será un espejismo. Probablemente se vuelvan a batir récord de asistentes y expositores, incluso entre las empresas españolas, cada vez más presentes en este evento (un dato lógico por otro lado, pues llevan demasiado tiempo con estrecheces y no parece que las ventas vayan a revertir en un corto plazo en nuestro). Y después de ISPO, ¿qué? Después de sorprendernos durante unos pocos días, volveremos a España, a la realidad que la distribución deportiva tiene ante sí. Una distribución que lleva utilizando un mismo mecanismo de funcionamiento demasiado tiempo, que ha quedado obsoleta ante el avance de las nuevas tecnologías y, en especial de la crisis, y con muy poca gente dispuesta a cambiar las cosas… Hemos llegado al punto de resignarnos a que esta manera de funcionar va a ser inamovible y cada vez veo más empresas y personas que están dispuestas a morir con él antes que intentar adaptarse o innovar en los nuevos tiempos con fórmulas más ingeniosas. Como ya sabrán mis followers, pienso que este sector necesita un impulso externo que le relance, pues parece que desde dentro no seremos capaces de generar el empuje necesario para escalar la gran montaña que tenemos ante nosotros. Al menos, así está ocurriendo en los últimos años, donde es cierto que se producen algunos movimientos individuales, pero no somos capaces de generar sinergias. Es más, uno tras otro vamos poniéndonos piedras en el camino intentando sobrellevar la coyuntura de la mejor manera posible. Y lo peor es que parece que queda la parte más complicada del ascenso, que está justo delante de nosotros, y cada vez tenemos menos anclajes, menos cuerda y menos oxígeno. Estamos en el inicio de ese tramo de no retorno, o zona de la muerte, de una escalada; un tramo donde sólo los fuertes, los preparados y los que trabajan en equipo pueden seguir adelante con confianza…y regresar. Para el resto, sobrevivir es una cuestión de suerte. Por otro lado, aunque tampoco abundan los impulsos externos que mejoren la situación del sector, nuestro país tiene ante sí algunos retos muy importantes para nuestro sector. De una parte, estamos atravesando, quizás, la época más gloriosa del deporte, con éxitos deportivos muy importantes en múltiples y variadas disciplinas. Y aunque no estemos dándonos cuenta o no estemos aprovechando del todo esta situación para generar más práctica deportiva, es decir, más ventas, sí parece que estos éxitos estén sosteniendo el sector. De otra parte, tenemos la posibilidad de que, en apenas nueve meses, Madrid sea designada ciudad organizadora de unos Juegos Olímpicos. Probablemente sea este el input más destacable que tenemos ante nosotros y que puede generar la ilusión y confianza que el sector necesita en los próximos años. Este puede ser el soplo de aire que puede refrescar el ambiente y volver a generar ilusión en el sector y empuje a las administraciones a potenciar la practica deportiva, ya que a buen seguro querrán, al menos, igualar el éxito deportivo alcanzado en Barcelona 92. Es cierto que España no se encuentra en el mejor de los momentos para este tipo de proyectos, pero para nuestro sector podría ser un elemento dinamizador excepcional, con capacidad para cambiar durante años el espíritu y la perspectiva, sobre todo, si además, fuéramos capaces entre todos, administraciones y distribución, de incrementar los ratios de práctica deportiva entre la población, en especial entre los jóvenes, alimentados por esos Juegos Olímpicos en que los niños y adolescentes de hoy serán nuestros representantes. A pesar de que a día de hoy las posibilidad de que Madrid albergue unas olimpiadas no parecen generar demasiada ilusión en el sector, opino firmemente que pueden ser la mejor noticia en mucho tiempo para la distribución deportiva en nuestro país, y por ello tengo depositada una buena dosis de esperanza en la candidatura de Madrid 2020 como punto de inflexión en el caso de que al final de verano de 2013 sea seleccionada organizadora de los juegos. Mientras tanto, deberemos esperar que los éxitos de los deportistas españoles no cesen y disfrutar de los pocos momentos ilusionantes que el sector tiene, entre los cuales ocupa un lugar destacado ISPO. Punto de no retorno ARTÍCULO DEL MES Carlos Grande Secretario general de ANDAD TS 26 Estamos en el inicio de ese tramo de no retorno, o zona de la muerte, donde sólo los fuertes, los preparados y los que trabajan en equipo pueden seguir adelante con confianza. Para el resto, sobrevivir es casi siempre una cuestión de suerte. A pesar de que a día de hoy las posibilidad de que Madrid albergue unas olimpiadas no parecen generar demasiada ilusión en el sector, creo firmemente que pueden ser la mejor noticia en mucho tiempo para la distribución deportiva en nuestro país
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