TradeSport 205 - Diciembre 2012

previsiones más precisas de los pedidos, la lucha contra las roturas de stock, optimización de transporte…). ¿Un ejemplo? Zara, sin ir más lejos. La empresa gallega ha logrado reducir su ciclo de oferta con la producción localizada principalmente en Europa. Con ello consigue, entre otras muchas cosas, tener capacidad para renovar sus colecciones cada mes o cada dos meses, algo impensable en un sector como el deportivo, UNA PARTE DEL TODO La relocalización no implica, ni mucho menos, un traslado total de la producción. Habrá productos que seguirá siendo mucho más rentable fabricarlos en Asia que en zonas más próximas, pero otros, en cambio, sí que es aconsejable reubicarlos. La cave, al fin i al cabo, es saber qué tipos de productos merece la pena fabricar cerca de las zonas de consumo de Europa occidental. Seguramente, para una marca de deporte que base gran parte de su oferta en el , el calzado y los complementos –la mayoría-, lo idear sería fabricar los lanzamientos y las colecciones permanentes en Asia por razones de precio y, a continuación, fabricar los complementos de la colección más cerca para, así, limitar las roturas de stock. De hecho, es así es como ya trabajan muchas empresas textiles. La elección de la ubicación de los centros de producción también depende de la complejidad de los productos, del tiempo de mano de obra necesario, del origen geográfico de las materias primas que contienen e, incluso, de su forma y tamaño, ya que ello tiene un impacto sobre el precio del transporte. Como más tiempo de mano de obra requiera un producto, más interesante será importarlo desde Asia. En cuanto a la mano de obra, las diferencias siguen siendo abismales pese a que en Asia las condiciones de los trabajadores han mejorado. En este sentido es complejo, por no decir imposible, que la producción de textil básico acabé fuera de Asia. Sin embargo, los productos que deben responder a las últimas tendencias de la demanda (que suelen ser los más caros), tanto en estilo como en cantidad, son los más susceptibles de ser fabricados en centros más cercanos. ¿Dónde? Hay múltiples opciones, desde Europa del Este hasta algunos países del sur de Europa pasando por el Magreb e, incluso, el propio país. EL MADE IN SPAIN GANA PESO En los últimos años se han multiplicado las marcas que, no sólo fabrican en España sino que, además, “venden” este Made in Spain como su gran valor añadido. Y con razón. En un mercado tan competitivo, y aunque podamos parecer un poco insistentes –o cansinos- la clave la tiene el servicio. De cara al cliente –la tienda- y, también, de cara al consumidor. La capacidad para adaptarse a la demanda de una forma rápida y, sobre todo, de dar respuesta a las necesidades de la tienda, es vital para que una empresa sobreviva en un entrono como el actual. Y si a esto le añadimos que la calidad de los productos –por norma general- suele ser mejor cuanto más cerca se fabrica y, sobre todo, que esta proximidad permite a la marca reducir sus riesgos y los de la tienda, parece que la apuesta, si se puede hacer, es más que rentable. RELOCALIZACIÓN Las cadenas de suministro serán cada vez más complejas y globales y se enfrentarán a cinco desafíos importantes: contención de costes, visibilidad de toda la cadena, gestión de riesgo, clientes más exigentes y la globalización. Y en este contexto, habrá quien prefiera una mayor proximidad de la producción y habrá –la mayoría- quien seguirá apostando por Asia. En los últimos años se han multiplicado las marcas que, no sólo fabrican en España sino que, además, “venden” este Made in Spain como su gran valor añadido.Y con razón. En un mercado tan competitivo la clave la tiene el servicio. De cara al cliente –la tienda- y, también, de cara al consumidor. TS 72

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