TradeSport 204 - Noviembre 2012

esta categoría, pero el look outdoor sigue teniendo una gran fuerza en las calles y podríamos poner la mano en el fuego a que su crecimiento, cuando pase la tormenta económica puede ser espectacular. RAZONES PARA CREER No vamos a perder mucho tiempo explicando las razones que han llevado al outdoor a consolidarse como uno de los segmentos más fuertes del sector. En muchos de nuestros artículos ya hemos explicado que entre estas razones hay que destacar el creciente apego a la naturaleza y, por ende, la mayor accesibilidad a la montaña. Hoy en día todo el mundo puede y quiere ir a la montaña. Unos a escalar o a subir cuatromiles y otros muchos- a pasear al perro, caminar un rato con los amigos o recoger setas. Cada uno con sus límites, pero muchos han perdido el miedo –y la pereza- de salir de las grandes ciudades y perderse durante unas horas, un día entero o un fin de semana en medio de la naturaleza. Modalidades outdoor como el trekking, el senderismo, las travesías o el walking están al alcance de todo el mundo, y muchos son los que han visto en ellas una oportunidad única para estar en contacto con la naturaleza, hacer algo de ejercicio y, por qué negarlo, olvidar durante algunas horas, la que nos está cayendo con la crisis económica global. Durante muchos años estas modalidades de bajo impacto y cuya dificultad técnica es bastante baja han sido el motor del outdoor, al menos hasta que el trail ha cogido la fuerza que ha cogido. Han sumado practicante a un ritmo espectacular y han sido un impulso, también, para que otras modalidades más técnicas ganarán cuota. Este crecimiento en practicantes, lógicamente, se ha traducido en un crecimiento de las ventas, tanto de textil como, sobre todo, de calzado (donde generalmente el consumidor suele apostar más por las gamas medias o altas). El potencial, viendo como algunos se atreven a ir a la montaña, sigue siendo muy grande, y como hemos dicho antes, cuando pase la crisis, lo lógico es que se recupere el buen ritmo que se ha llevado en la última década. La gran ventaja de muchos deportes de montaña, sobre todo de los más accesibles en cuanto a exigencia física –trekkings ligeros, senderismo…-, es que son modalidades muy accesibles a nivel económico; basta con un buen calzado y ropa adecuada –es importante elegir prendas técnicas, pero no hace falta gastar más de lo estrictamente necesario. Si lo que se quiere es plantarse en la cima de un ochomil o escalar paredes de hielo de 300 metros sí que hay que gastarse el dinero en lo mejor, pero si lo que busca es desconectar, hacer un poco de deporte y disfrutar de la naturaleza no es necesario tener una chaqueta con una columna de agua de 20.000 ni unas botas de 200 euros que han sido diseñadas para alpinistas expertos. Seguramente el paso más importante que ha dado el outdoor en las últimas dos décadas es ajustar sus colecciones a las necesidades reales del mercado, y sin renunciar a la tecnicidad que define el segmento, se ha apostado muy fuerte por las colecciones que dan respuesta a este target (el más importante en volumen), que tiene a su alcance una interminable lista de marcas que pueden responder a todas sus necesidades sin que ello suponga un gran desembolso. Incluso las grandes marcas técnicas del outdoor se han dado cuenta de esta realidad y han impulsado con fuerza líneas más “populares”, tanto en funcionalidad como en precio. Y este ha sido, insisto, el punto de inflexión que ha convertido al outdoor en lo que es. Darse cuenta de que no todo el mundo quiere ir al Everest no ha sido fácil para muchas marcas, pero al final, la lógica ha imperado y el segmento se ha dado cuenta de que el principal target del segmento es el que practica modalidades más “ligeras” o el que, simplemente, quiere vestir con prendas outdoor –por su diseño y por su versatilidad-. Evidentemente marcas y tiendas tienen que seguir apostando fuerte por las gamas más técnicas –está en sus raíces-, pero es obvio que unos y otros, incluso los más especialistas, tienen que cuidar mucho a este perfil más bajo porque es el que da el volumen necesario para sobrevivir y seguir creciendo. LA ERA DEL TRAIL Lo hemos dicho antes. El trail running ha sido, para el segmento, un salvavidas en medio de una tormenta que, aunque tarde, ha atrapado al outdoor. Su crecimiento en los últimos años ha sido tan vertiginoso como el del running de asfalto y ha seducido a miles y miles de deportistas. Además, por sus características, ha atrapado tanto a corredores noveles, como a quienes practicaban running o algún deporte de montaña. Tiene, al fin y al cabo, lo mejor del running y lo mejor del outdoor. Y no es un deporte excesivamente exigente a nivel físico –como el running, los límites se los marca cada uno-, lo que le convierte en una opción ideal para quienes quieren mantenerse en forma haciendo deporte en plena naturaleza. Además, no deja de ser una modalidad bastante asequible: las gamas altas de calzado difícilmente superan los 150 euros (por debajo hay infinidad de opciones) y en textil el gasto no tiene porque dispararse más allá de los 100-150 euros si se apuesta, también, por gamas altas. Más allá de los múltiples beneficios que tiene para el deportista, el auge de esta El outdoor está sufriendo las consecuencias de la crisis y, sobre todo, de un pésimo invierno. Afortunadamente, determinadas modalidades vinculadas a este universo han mantenido su fuerte progresión y han ayudado al segmento a mantener un ritmo bastante aceptable a nivel global. TS 35

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