ESPECIAL OUTDOOR Ya los dijimos no hace mucho. En verano. El outdoor está sufriendo las consecuencias de la crisis y, sobre todo, de un pésimo invierno, donde las ventas de textil han caído en picado por culpa de las condiciones climatológicas… y del ahorro. Afortunadamente, determinadas modalidades vinculadas a este universo, en especial el trail running, han mantenido su fuerte progresión y han ayudado al segmento a mantener un ritmo bastante aceptable a nivel global. Seguramente los resultados globales de este 2012 no serán muy buenos si los comparamos con los logrados hace dos o tres años, pero hay que tener en cuenta, no sólo el contexto en el que nos movemos hoy en día sino, sobre todo, el fuerte crecimiento que ha experimentado el outdoor en los últimos y que, lógicamente, tenía que frenarse en mayor o menor medida. Si miramos atrás y analizamos la evolución de este universo en la última década, por ejemplo, nos daremos cuenta de que estamos ante uno de los segmentos que más ha crecido, con diferencia, tanto en ventas como en practicantes. El outdoor es, junto al running y al bike, uno de los pilares que hoy en día –y en los últimos añosha sostenido la parte atlética del sector. La crisis, insistimos, le ha acabado pasando factura (mucho más tarde que a la mayoría de segmentos), pero es y seguirá siendo, por su potencial, uno de los grandes motores del deporte en los próximos años, sobre todo porque la cifra de practicantes de alguna de la larga lista de modalidades que engloba el outdoor ha crecido considerablemente… y lo sigue haciendo. Unas más que otras, obviamente, pero en el cómputo global el aumento ha sido, simplemente, espectacular. Eso, lógicamente, se ha traducido en un auge importante de las ventas, logrando volúmenes que, para el cómputo global del sector, han sido claves para, durante muchos meses, poder crecer en un contexto tan complejo. ¿El problema? Pues más allá de que ahora, pese a que los practicantes siguen creciendo, la gente no compra tanto, el outdoor tiene, sobre todo en invierno, el mismo handicap que el esquí: que las ventas dependen, en gran medida, de un factor que no puede controlar: el tiempo. También es importante tener en cuenta que, como en el running, durante mucho tiempo la crisis ha sido una buena aliada para el outdoor y, especialmente, para las modalidades más accesibles y asequibles. La gente ha redirigido su gasto en ocio, dejando de lado aquellas actividades más caras y apostando por otras menos costosas y que, además, tuvieran un cierto beneficio a nivel de salud. Y, claro, el deporte ha ganado muchos adeptos, sobre todo las modalidades que tiene un cierto vínculo con la naturaleza (por su “poder” desestresante seguramente). En este contexto es lógico que deportes como el trekking, el senderismo o el trail running hayan ganado seguidores al ritmo que lo han hecho. Por último, no podemos dejar de hacer referencia, un año más, al crecimiento que ha experimentado el llamado urban outdoor tanto en la oferta de las marcas como en las ventas. Aunque es obvio que el todopoderosos sportwear ha perdido toda la fuerza que tenía hace apenas 2 o 3 años, las líneas más urbanas de las grandes marcas del mundo outdoor han experimentado, gracias a su versatilidad, un buen comportamiento, ajenas al cambio en los hábitos de consumo. La crisis y el calor también han alterado el ritmo que llevaba Trail running y travel mantienen vivo el outdoor El outdoor es, junto al running y al bike, uno de los pilares que hoy en día –y en los últimos años- ha sostenido la parte atlética del sector. La crisis le ha acabado pasando factura (mucho más tarde que a la mayoría de segmentos), pero es y seguirá siendo, por su potencial, uno de los grandes motores del sector. TS 34
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