TradeSport 204 - Noviembre 2012

CAPITAL HUMANO TS 32 yecto personal y creo que, con el tiempo, ha respondido con creces a la confianza que depositó mi padre en mí. Yo acababa de terminar el servicio militar y fue, sin duda, la mejor escuela para ganar experiencia, iniciativa y creatividad. Por otro lado, para mí, y también para el negocio, ha sido fundamental contar con el apoyo de mi mujer, que se ha implicado al máximo en esta aventura y que, sin duda, ha sido y es uno de los pilares de la empresa. Creo que hay dos cosas fundamentales para que un negocio tire adelante: el apoyo de la familia y una buena gestión. Yo he tenido la suerte de que mi mujer, no sólo me ha apoyado en todo sino que, además, se ha hecho cargo de todos los temas administrativos. Ella también tiene mucha “culpa” de que hayamos alcanzado estos 50 años. Mucha gente se preguntará cómo se puede aguantar 50 años… Pues más o menos ya he dado algunas pinceladas. Trabajo, esfuerzo, pasión, mucha paciencia, saber elegir bien la oferta, saber cuándo hay que apostar y cuándo hay que dejar un deporte y, sobre todo, tener muy claro que hay que tener un buen servicio y que la prioridad absoluta es que el cliente, compre o no compre, salga contento de la tienda. El gran problema al que se enfrentan muchas tiendas no tiene que ver con las ventas, sino, más bien, con el hecho de que las nuevas generaciones no quieren seguir con el negocio… ¿Cómo se afronta la crisis desde un comercio multideporte? Pues como la tendría que afrontar cualquier comercio. Comprando de una forma mucho más racional y buscando fórmulas que te ayuden a encontrar esa diferenciación que te dé un valor añadido. También es importante tener muy claro que las cosas han cambiado y que ahora la venta requiere mucho mayor esfuerzo. Antes las cosas eran muy fáciles y bastaba con esperar al cliente detrás del mostrador, pero ahora hay que salir a buscarlo y darle razones de peso para que compre. Y aquí es donde juegan un papel importante la oferta y el servicio. La especialización parece haberse convertido en la única salida para el comercio deportivo. ¿Qué soluciones tiene, en este sentido, una tienda multideporte? Lo primero que hay que tener muy claro es que ser especialista no implica tener que centrarse únicamente en un deporte. La gran ventaja que tenemos muchos comercios multideporte es que tenemos capacidad y conocimientos para especializarnos en distintas modalidades. Nosotros, por ejemplo, tenemos muy claro que a corto y medio plazo vamos a potenciar los segmentos más técnicos y vamos a rebajar el peso de la moda deportiva. No es ningún secreto que, hoy por hoy, el sportwear no tiene el volumen de ventas que tenía hace algunos años y, por el contrario, deportes como el fútbol, el running, el pádel o el outdoor, tienen una buena demanda. Nuestra intención es seguir adaptándonos, sin perder la cabeza, a estos cambios en los hábitos de compra. ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta un comercio multideporte a corto plazo? Pues tal y como están las cosas, el gran reto que tenemos las tiendas, las de deporte y las de cualquier otro sector, es resistir. Vendrán tiempos mejores, seguro, y aunque la manera de comprar de los consumidores ha cambiado mucho, los retos que plantea el futuro son apasionantes. Habrá que ver cómo se mueven las marcas y qué papel tendrá la tienda en sus estrategias de venta, pero estoy convencido de que habrá muchas oportunidades para seguir creciendo. Nosotros, como siempre, pondremos todo nuestro empeño y nuestro trabajo para seguir sumando años… ¿Se ve celebrando 50 años más? No sé si Picnic logrará aguantar 50 años más, pero mucho me temo que, si lo consigue, no voy a ser yo quien sople las velas… “Internet ha sido nefasto para el comercio tradicional. Y no sólo porque, como fuente de información, ha cambiado la manera de comprar de los consumidores, sino, sobre todo, porque como herramienta de venta ha marcado, con la complicidad de las marcas, unas nuevas reglas de juego que ponen en peligro la supervivencia de muchas tiendas”. “En estos 50 años ha cambiado mucho la manera de comprar... y de vender. Ahora el detallista tiene que ser mucho más profesional y tener una mayor agilidad para adaptarse a la rapidez con la que evolucionan el mercado y la oferta. El cliente es mucho más exigente y está mucho más informado. La venta no es tan fácil como hace dos décadas y tenemos que tener argumentos muy convincentes para dar respuesta a estas exigencias. Es la clave de nuestra supervivencia”.

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