TradeSport 203 - Octubre 2012

EDITORIAL La mayoría de países de la UE se encuentran en un momento económicamente muy complejo. La crisis ha provocado que, en nuestro país –y en muchos otros-, se hayan dado cambios significativos en el comportamiento de los consumidores y en sus decisiones de compra, en las que, hoy por hoy, tiene más peso el precio que la calidad -que en muchos casos ya se da por supuesta-. Por si fuera poco, como las perspectivas de mejora económica no son nada optimistas, y los consumidores ya han tenido que apretarse mucho el cinturón, la gente piensa mucho más lo que compra y dónde lo compra. Nuestro sector, que sin duda está atravesando uno de los peores momentos de las últimas décadas, ha sufrido la que, seguramente, ha sido la peor campaña de invierno de la historia. El cambio en los patrones de consumo, que ya lo venimos sobrellevando desde hace unos años, y que se ha acelerado con la crisis, se agrava de forma exponencial. Las marcas y la mayoría de detallistas deportivos ya han asumido que la gran bolsa del sector, el primer precio y el niño, está –y seguirá estando- aplastantemente controlada por Decathlon. Para el resto, sólo quedan las gamas medias y altas de precio. Este año, esta posición dominante del gigante galo -que lícitamente mantiene su afán expansionista y cerrará 2012 con 97 tiendas- se ha reforzado y puede superar fácilmente el 30% de cuota en valor. En 2011 ya acaparaba el 29,02% del volumen de artículos deportivos vendidos en nuestro país, y en los últimos diez años ha ido ganando, cada año, una media del 2% de cuota. Pero no sólo Decathlon ha cambiado las reglas del juego. El creciente mercado de Internet también ha perturbado y modificado el juego. El b2c en deporte está siendo -y será- para una minoría. Para el comercio especialista y multideporte de nuestro sector luchar por este apetitoso -y conflictivo- target es una guerra perdida. Nos guste o no, me temo que el mercado acabará muy pronto en manos de los clubs privados de descuento, de los grandes operadores internacionales y de las propias tiendas online de las marcas. El resto, pecata minuta. Parece claro que, sin estas grandes bolsas de mercado, y con la moda deportiva bajo mínimos -tanto en identidad como en tendencia-, las marcas tendrán que dirigir todos sus esfuerzos a compartir mercado con los especialistas. Ahora toca trabajar –y mucho- para buscar fórmulas que atraigan a los compradores. El comercio multideporte tiene que especializarse en gestión y producto, y el comercio especialista tiene que hacer valer todas sus armas, que las tiene, para atraer y fidelizar a los clientes. Como dice un gran especialista del sector: “La primera bicicleta que la venda Decathlon; la segunda ya se la venderé yo”. Que así sea. JAUME FERRER jferrer@tradesport.com AYUDANOS CON TUS SUGERENCIAS: tradesport@tradesport.com La otra crisis O P I N I Ó N TRADE 199 ESPECIAL BAÑO TRADE 200 ESPECIAL 200 TRADE 201 ESPECIAL OUTDOOR TRADE 202 ESPECIAL BIKE DESDE EL AÑO1993 SPORT PANEL EDITA MENSUALMENTE TRADESPORT, LA PRIMERA PUBLICACIÓN DEL SECTOR DEPORTIVO. TRAS MÁS DE 18 AÑOS DE HISTORIA, Y CON LA MISMA INDEPENDENCIA CON LA QUE SE FUNDÓ, TRADESPORT SE HA CONSOLIDADO COMO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN IMPRESCINDIBLE PARA AQUELLOS QUE QUIERAN CONOCER LA EVOLUCIÓN DEL SECTOR. TS 5 No deja de ser curioso –por decirlo de una manera suave- que en una de las etapas más gloriosas del deporte español las administraciones tome según que decisiones que, tanto a corto como, sobre todo, a medio y largo plazo, pueden tener un efecto muy negativo para nuestro sector. Ya no se trata sólo de que se haya decidido subir el IVA de los gimnasios –algo que, sin duda, acabará implicando muchas bajas entre sus usuarios y, también, muchos cierres de instalaciones- o de que los presupuestos del CSD se hayan visto reducidos drásticamente. El problema es que incluso se están dilapidando los pilares que se habían construido para fomentar la práctica deportiva entre una población que, desde hace años, no destaca precisamente por su pasión hacia el deporte. Lo de los gimnasios es obvio que traerá cola. Si ya era difícil lograr que la gente se apuntase a algún tipo de instalación deportiva para hacer un poco de ejercicio, la subida de los precios -que acabará repercutiendo en los usuarios- no ha hecho más que empeorar las cosas. Menos gente en los gimnasios supone, además de menos ventas, más sedentarismo y, por lo tanto, un mayor riesgo de que la población pueda sufrir enfermedades relacionadas con la inactividad. Los políticos siguen sin entender que invertir en deporte es ahorrar en salud. Pero más allá de esta problemática, hay decisiones de las administraciones contra las que el sector, si tuviera un mínimo de fuerza, debería luchar. Puede resultar hasta cierto punto lógico que los gobiernos –municipales, autonómicos o estatales- tomen decisiones radicales y suban impuestos o empiecen a cobrar por todo lo que es susceptible de cobrarse. Pero hay un límite. Y ese límite, además del sentido común, lo marca (o debería marcarlo), la salud de los ciudadanos. Hay decisiones que pueden llegar a justificarse, pero lo que no parece tan adecuado es cargarse el trabajo que se ha hecho durante muchos años en determinadas acciones para promover la práctica deportiva. Doblar la tasa del servicio público de alquiler de bicicletas de Barcelona, por ejemplo, es una pésima decisión. Y no sólo por el esfuerzo de determinadas entidades que hay detrás de este proyecto sino, sobre todo, porque muchos usuarios no podrán asumir esta subida. Y eso significa, además de menos ciudadanos haciendo algo de ejercicio, menos ventas para el sector. Pero seguramente el más grave de todos los recortes es el que afecta al deporte base. Se han cancelado subvenciones y se han recortado ayudas en deportes como el fútbol (el gran motor del segmento) o el baloncesto. Las escuelas no pueden costear entrenadores y cada vez hay más niños que no tienen la oportunidad de hacer deporte fuera del horario escolar (porque no pueden pagar o, simplemente, porque no tienen dónde hacerlo). Y eso, dentro de 10 o 15 años, lo vamos a lamentar. Tengo muy claro que para salir de esta crisis es importante que se tomen decisiones y que muchas de éstas, además, no van a gustar. Lo que no acabo de entender es que se apunté hacia algo tan necesario como la práctica deportiva, sobre todo la amateur. Y mucho menos que, mientras se pone en jaque el deporte amateur y la salud de la sociedad española en pro del ahorro, aún haya quien se atreva a hablar de Madrid 2020. Si las administraciones no cambian su política de recortes y empiezan a ver al deporte como un aliado (sobre todo para algo tan vital en el estado del bienestar como la sanidad) puede que aunque Madrid sea sede olímpica, no haya deportistas que puedan representar a España. RAUL BERNAT raul@tradesport.com El deporte, en jaque

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