TradeSport 201 - Julio-Agosto 2012

EDITORIAL Esta inacabable crisis está acabando poco a poco con todos los valores y atributos que deberían configurar un sector como el nuestro, dónde la fuerza de las marcas, la atracción por el producto y su entorno tecnológico, la experiencia de compra y la emoción por practicar deporte, deberían ser nuestra fuerza continua de diferenciación. Pero no, como si fuera la única alternativa, el comercio sigue y sigue empeñado en basar todo su estrategia alrededor del precio. Para las marcas no es históricamente ninguna novedad que los comercios, las cadenas y principalmente los grupos de compra, les hayan presionado casi exclusivamente con los precios de compra. Todo tipo de argumentos imaginativos han sido puestos sobre la mesa negociadora para poder conseguir los máximos descuentos posibles y, así, ganar - en teoría- mayor margen. Desde los famosos rappeles, los descuentos por volumen, o los pagos centralizados, hasta los descuentos de descuentos. Casi siempre estas presiones han terminado trasladándose o a la central de turno, o al bolsillo pertinente o, lo que es peor, al precio final. La falta de otras estrategias y, sobre todo, de una gestión mas profesionalizada, ha tenido al precio como la gran arma de la batalla. Hace ya años y años que las cosas son así y durante todo este tiempo, como el mercado iba bien, el comercio se ha preocupado poco de ir implementando herramientas eficaces de gestión, y ahora nos encontramos inmersos en una crisis sin fin y con muchos deberes por hacer. Mientras la mayoría de sectores sí lo han hecho, nuestras tiendas siguen perdiendo el tiempo teniendo que reetiquetar todo el producto, pues aún no saben utilizar el código de barras que llevan los productos o introducen a mano todas las facturas en el ordenador (salvo las grandes cadenas no saben que existe el EDI). Y ya no digamos lo que tiene que ver con el manejo de las nuevas tecnologías. Y así seguimos viendo inacabables guerras de precios entre ellos y como se indignan porque han perdido la guerra de Internet frente a operadores más poderosos y, ahora también, frente a la venta online de las marcas. Esta guerra, por mucho que se quiera, está perdida. Por suerte, está llegando a nuestro sector una nueva generación de empresarios detallistas con una nueva mentalidad gestora, donde prima, por encima de todo, el conocimiento, el compartir negocio y la inversión en todas aquellas herramientas que les permitan ahorrar tiempo para poderlo emplear en generar tráfico para sus tiendas. Gente que ha entendido que hay que generar valor manteniendo el precio. Jaume Ferrer DIRECTOR jferrer@tradesport.com AYUDANOS CON TUS SUGERENCIAS: tradesport@tradesport.com Valor x precio O P I N I Ó N TRADE 199 ESPECIAL BAÑO TRADE 198 ESPECIAL 200 TRADE 197 ESPECIAL FITNESS TRADE 198 ESPECIAL RAQUETA DESDE EL AÑO1993 SPORT PANEL EDITA MENSUALMENTE TRADESPORT, LA PRIMERA PUBLICACIÓN DEL SECTOR DEPORTIVO. TRAS MÁS DE 18 AÑOS DE HISTORIA, Y CON LA MISMA INDEPENDENCIA CON LA QUE SE FUNDÓ, TRADESPORT SE HA CONSOLIDADO COMO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN IMPRESCINDIBLE PARA AQUELLOS QUE QUIERAN CONOCER LA EVOLUCIÓN DEL SECTOR. TS 5 Sí, hemos vuelto a ganar la Eurocopa. Y sin que se enfaden los italianos (y los franceses, y los portugueses…), con mucha facilidad. Es probable que esta victoria haya servido, a muchos, para olvidar durante algunos momentos, las penurias por las que atraviesa el país, y puede que, también, haya servido para que alguna tienda haya vendido más (o, simplemente, haya vendido). Dicho esto, y aunque me gustaría entrar en un debate futbolístico sobre el juego de La Roja (un debate que me llevaría a hablar del Barça a riesgo de enfadar a más de uno), la victoria en la Eurocopa me ha hecho recordar que, además de en fútbol, somos eurocampeones en muchas otras cosas. Y muchas no son precisamente buenas. Aunque las cosas hoy por hoy no anden muy bien, el sector ha tenido la grandísima suerte de que sus peores años –éstos últimos- hayan coincidido con una de las mejores épocas del deporte profesional español. Hemos arrasado en fútbol, en baloncesto, en tenis, en motor, en ciclismo y en muchos otros deportes. En apenas una década hemos visto como España se convertía en una superpotencia deportiva y los pocos que aún pensaban que éramos un país tercermundista de Centroamérica o del norte de África –créanme, los había- ya saben, al menos, ubicarnos en un mapamundi. Estos éxitos han tenido parte de “culpa”, también, en el fuerte crecimiento que han experimentado algunas marcas fuera de nuestras fronteras. El Made in Spain ha dejado de ser un latiguillo peyorativo para convertirse en un valor añadido y eso, el sector, lo ha notado mucho, sobre todo en los últimos años, con el mercado nacional inmóvil. Pero por desgracia, estos éxitos no han tenido apenas incidencia en algo tan vital para nuestra superviviencia como es la práctica deportiva. Sí, hemos crecido 4 ó 5 puntos en la última década, pero veníamos de muy atrás y lo difícil era ir a peor. Somos campeones de Europa –y puede que del Mundo- en obesidad infantil, y nuestros índices de práctica están a años luz de países donde el 70% del año están por debajo de los 5 grados. Algunos pensarán que el boom del running, del outdoor o del triatlón ha cambiado las cosas, y es probable que así sea. Las cifras oficiales que baraja el CSD son de hace dos años y seguramente en estos últimos 12 meses las cosas hayan cambiado sustancialmente (“gracias” a la crisis), pero no nos engañemos, el porcentaje de población activa es de chiste, sobre todo teniendo en cuenta factores como nuestra climatología o nuestra orografía. Este sedentarismo, bastante preocupante en determinadas franjas de edad, tiene una incidencia directa en algo tan importante como la sanidad, obligando al Estado a gastar miles y millones de euros en el tratamiento de enfermedades derivadas de la inactividad física. La crisis sigue poniendo en el punto de mira el estado del bienestar y la sanidad paga muchos platos rotos. Quizás vaya siendo hora de que el Gobierno, de una puñetera vez, sea estricto y deje de subvencionar el sillonball. De la misma manera que la cirugía estética “por capricho” no entra por la Seguridad Social, no debería entrar, tampoco, el tratamiento de determinadas enfermedades o patologías que podrían evitarse haciendo un poco de ejercicio. Ganar la Eurocopa de fútbol o Roland Garros siete veces es un orgullo. Ser el país más gordo y sedentario es algo que, como sector, debería darnos vergüenza y, sobre todo, debería hacernos reaccionar. De momento, como siempre, miramos los toros desde la barrera sin pensar en que, si no hacemos algo, puede que dentro de unos años no tengamos a quien venderle. RAUL BERNAT raul@tradesport.com Campeones de Europa

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