TradeSport 200 - Junio 2012

están liderados por Speedo y Arena, pero enseñas como Efa o Turbo, apostando por una excelente calidad a un precio muy bueno, están ganando peso y ya compiten de tú a tú con estas grandes en muchos rankings. LA MODA TAMBIÉN GANA CUOTA EN EL CANAL DEPORTE Con el boom del sportwear, a finales de los 90 y, con más fuerza, en los primeros años del 2000, prácticamente todas las categorías de producto pudieron abrir nuevas vías de negocio. El baño no fue una excepción, y aunque la moda controlaba gran parte de las ventas de baño no atlético, el baño moda empezó a ganar mucho peso en las tiendas y en las colecciones de las marcas deportivas. Hasta hace apenas 10-15 años marcas y tiendas deportivas sólo tocaban el baño competición. Alguna se había atrevido con el baño moda, pero era algo testimonial. Con el auge del sportwear a mediados de los 90, las marcas deportivas vieron rápidamente que el baño moda podía ser una buena apuesta. Las tiendas respondieron bien, y poco a poco este tipo de prendas fueron ganando protagonismo en el comercio deportivo. Un protagonismo que todavía fue a más cuando el gliss emergió con fuerza. Son prendas donde el diseño está por encima de la tecnicidad pero que por sus raices, ofrecen mucha más calidad y funcionalidad que las que se puedan encontrar en el canal moda, sobre todo en las cadenas verticales. También tiene mucho peso la marca, especialmente en determinados targets, y eso para el sector sigue siendo un valor añadido. Desde entonces, el gran grueso de ventas de baño moda que se llevan a cabo en el canal deporte lo monopolizan prendas de estética surfera, confirmando, una vez más, que el boom del gliss –que aún perdura aunque algunos le hayan dado por muerto- ha sido, seguramente, uno de los hechos más significativos para el sector en los últimos 20 años. La realidad es que gracias al trabajo de estas y otras marcas el diseño ha dejado de ser un valor añadido exclusivo de la moda. Es más, muchas marcas deportivas tienen colecciones infinitamente más atractivas, a nivel estético, que las de cualquier cadena de moda juvenil o cadena especializada en baño. Al final, las dos grandes diferencias entre unos y otros son el precio y la percepción que el consumidor tiene del canal y de lo que es el baño: muchos siguen viendo el baño como moda y, por lo tanto, lo comprarán en el canal moda, incluso a pesar de que puedan encontrar prendas a precios similares –y con mejor calidad y diseño- en una tienda de deportes. Ése es el mal permanente del sector. Y casi siempre con la misma “culpable”: la mujer. El baño, como muchos segmentos, sigue teniendo una cuenta pendiente con la mujer, que aunque se ha acercado un poco más al canal gracias a las marcas gliss (especialmente adolescentes y jóvenes), sigue siendo muy reacia a comprar en las tiendas de deporte. Y las cifras son contundentes: desde hace muchos años alrededor del 70% de las ventas en el canal corresponden a baño hombre y del 30% que corresponde a mujer. Y de este 30% la mayoría concierne a los bañadores de piscina. La mujer, cuando compra un bañador, suele priorizar el diseño y el precio (porque quiere tener varios), y competir con la moda en estos dos aspectos es simplemente imposible. A ellas no parecen importarles las características técnicas o la funcionalidad. Quieren look. Y si es a un precio medio casi irrisorio que les permita comprar tres o cuatro modelos por año, aún mejor LA MODA MARCA EL CAMINO En un momento en el que lo atlético parece revivir después de años en el olvido, defenestrado por el sportwear, puede parecer un poco extraño que aboguemos por apostar por la moda al hablar del futuro del baño. Pero la realidad es que incluso en un momento en que lo atlético está en auge, la gran mayoría de bañadores que se venden en el canal –y, sobre todo, fuera de él- no tienen un uso atlético ni están relacionados, por marca, por diseño y por lugar de venta, con el deporte. Nos guste o no, el futuro a corto y medio plazo pasa por seguir potenciando las líneas más vinculadas a la moda. Y lo mejor que puede hacer el comercio es apoyarse en las marcas deportivas para responder a la creciente demanda de beachwear. Eso no significa, ni mucho menos, que las tiendas deban renunciar a lo atlético. La cifra de ventas es considerable y es una categoría que hay que cuidar mucho. Las marcas vuelcan muchos esfuerzos en mejorar sus colecciones y el consumidor es cada vez más exigente con lo que compra. Es complejo que a corto y medio plazo haya un boom de practicantes, pero la cifra es muy estable y asegura el buen comportamiento de las ventas. Las marcas deberán luchar entre ellas para ganar cuota, y deberán hacerlo, además, bajo la bandera de la tecnología y, también, del diseño y el precio. En un futuro inmediato el factor calidad-precio será determinante para el consumidor. Nos hemos encontrado muchos baches en los últimos 20 años, pero el futuro no parece malo si somos capaces de mirar hacia delante y avanzar si preocuparnos de qué hacen o qué dejan de hacer los canales alternativos. Nuestra ventaja es que tenemos un gran potencial en este segmento, tanto en lo atlético como, sobre todo en el baño moda, pero para alcanzar las metas hay que saber cuales son nuestras posibilidades reales de crecer y cuál es nuestro público objetivo. No tenemos que luchar por convencer a quienes se compran 4 ó 5 bañadores a 10 euros cada año. Tenemos otros argumentos. Y hemos sobrevivido a muchas luchas recurriendo a nuestros orígenes y a nuestras marcas. Nos guste o no, el futuro a corto y medio plazo pasa por seguir potenciando las líneas más vinculadas a la moda. Y lo mejor que puede hacer el comercio es apoyarse en las marcas deportivas para responder a la creciente demanda de beachwear. TS 98 ESPECIAL 200 B A Ñ O

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