Allí los bañadores tienen precios muy inferiores al los de cualquier marca de deporte, y para muchas consumidoras (la mujer copa la mayoría de las ventas), que utilizan esta prenda para pasar el día en la playa y que, como prenda de moda, quieren tener varias, aspectos como la marca o la tecnicidad son completamente prescindibles. La combinación de precio, diseño y, también, canal, facilitan mucho la decisión. EL CANAL CONTROLA LO ATLÉTICO El segmento baño, en el canal deporte, está diferenciado en cuatro grandes grupo o tipologías de producto: bañadores atléticos (generalmente de marcas especialistas), bañadores de primer precio (marcas de primer precio, marcas propias de los grupos…), colecciones baño -urbanas o playeras- de marcas que tienen en el textil un porcentaje importante de su facturación, y, finalmente, las grandes marcas del mundo gliss. Puede parecer una perogrullada, y ya lo hemos dicho antes, pero es importante remarcar que el canal deporte controla las ventas de baño atlético. Es lo lógico, pero tal y como están las cosas, y con el empuje de otros canales, no está de más recordarlo. Luego ya nos rasgaremos las vestiduras si quien controla las ventas dentro del canal es el de siempre, pero lo primero es dejar claro que lo atlético es territorio prohibido – de momento- para la moda. Es obvio que el gran grueso de ventas lo controla en el baño ocio, pero el baño atlético también representa, como hemos dicho, un volumen de ventas muy importante. El segmento tiene una fuerte identidad, con una lista bastante larga de marcas especializadas y con muchas marcas generalistas con líneas de baño ganando protagonismo. La competencia es muy fuerte. Ganar cuota pasa, irremediablemente, por la innovación y el desarrollo, y no todas las marcas quieren o pueden luchar. Algunas grandes multinacionales, incluso, han desistido de luchar en las gamas más técnicas desanimadas por la fuerza que habían ganado las especialistas. Un factor importante para el segmento -y para el sector en general-, es que se trata de un producto atemporal, con ventas todo el año, y con una buena rotación. Seguramente esta es la razón por la que muchas tiendas de deporte trabajan esta categoría. Esta, y la exclusividad del canal: el canal moda puede vender los bikinis que quiera, pero quien necesite un bañador para natación tendrá que acudir irremediablemente a una tienda de deporte. Es un producto técnico y, como tal, es el canal el que tiene que venderlo. Al tratarse de prendas técnicas su gran baza es la funcionalidad. El problema es que las mejoras tecnológicas vienen acompañadas de un incremento del precio medio y no todo el mundo está dispuesto a gastarse ese dinero para nadar, sobre todo si no se tiene un nivel lo suficientemente alto como para beneficiarse de estas prestaciones. Aun así, más allá de los bañadores ultrafuncionales desarrollados por las grandes marcas para competiciones de alto nivel, y que sólo están al alcance de los federados o de quienes practican este deporte con mucha regularidad (casi siempre en piscina), las marcas de este segmento también han apostado muy fuerte por darle al nadador ocasional –o al que no quiere gastarse tanto dinero-, una amplia variedad de modelos con un precio muy bueno y una tecnicidad más que suficiente. Es más, muchos incluso apuestan fuerte por el factor diseño, mejorando la versatilidad de la prenda, que podrá tener continuidad más allá de la piscina. Para acabar, también es importante tener en cuenta el poder que tienen algunas marcas españolas en este segmento técnico. Los rankings de ventas en el plano más técnico Con el boom del sportwear, a finales de los 90 y, con más fuerza, en los primeros años del 2000, prácticamente todas las categorías de producto pudieron abrir nuevas vías de negocio. El baño no fue una excepción, y aunque la moda controlaba gran parte de las ventas de baño no atlético, el baño moda empezó a ganar mucho peso en las tiendas y en las colecciones de las marcas deportivas. El canal, lógicamente, tiene que defender, especialmente ahora, su poder en la venta de baño atlético. Nunca otro canal podrá robarnos protagonismo. En cambio, el deporte sí que puede, robarle algo de cuota a la moda. ESPECIAL 200 B A Ñ O
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