TradeSport 200 - Junio 2012

El segmento baño siempre ha sido uno de los más complejos del sector deportivo. No tanto por las ventas, que son bastante buenas, sino por la gran barrera que separa los modelos técnicos de los más cercanos a la moda. O lo que es lo mismo: los bañadores de piscina y los de playa. Son dos categorías con volúmenes de venta muy diferentes –a favor de la moda, claro- y con canales de venta, por desgracia, muy diferenciados, pues pese al esfuerzo que están haciendo muchas marcas deportivas en los últimos años, la práctica totalidad del baño moda lo vende el canal moda. Eso sí, es el canal deporte quien controla, como es lógico, las ventas de baño atlético. En lo que respecta al producto de baño que puede encontrarse en las tiendas de deporte, en los últimos años ambas categorías, el baño atlético y el baño moda, han cambiado mucho. Son mundos casi opuestos. En uno, el primero, prima la tecnicidad y la funcionalidad por encima de cualquier otro factor; en el otro, el diseño es prioritario, sobre todo desde que el boom del sportwear y, sobre todo, del llamado beachwear invadió las playas y, también, las calles. El canal, lógicamente, tiene que defender, especialmente ahora, su poder en la venta de baño atlético. Nunca –toquemos maderaotro canal podrá robarnos protagonismo. En cambio, y esa es una de nuestras bazas, el deporte si que puede, poco a poco –y consciente de sus limitaciones- robarle algo de cuota a la moda. Cada vez hay más gente que está dispuesta a sacrificar precio en pro de la marca y/o de la tecnicidad. Y aquí es donde las marcas de deporte, tanto las que tienen mayor presencia en el mundo del sportwear como, especialmente, las vinculadas al mundo gliss (que en verano revive por muy mal que esté). Por mucho que la natación sea, desde hace años, el deporte más practicado, no podemos engañarnos y pensar que todo el mundo nada con cierta regularidad y en piscina. La gente, en las encuestas, dice practicar natación aunque haga un par de brazadas en la playa una vez al año. Dicho esto, es obvio que, a pesar de que el baño atlético vive un buen momento, con lo que podemos crecer es con el baño moda, mucho más imprevisible e irregular, pero con más demanda. No podemos olvidar que la gran mayoría de consumidores –y estamos hablando de varios millones- cuando compra bañadores compra moda. Y quien quiera avanzar no tiene más remedio que adaptarse a esta realidad. Las marcas de deporte, por suerte, lo están haciendo, y desde hace algún tiempo, empujadas por el auge del gliss y por la estética surfera-playera, están ganando protagonismo, posicionándose con fuerza en el llamado beachwear, un segmento que por lógica debería tener controlado pero que, como ha pasado en otros segmentos, ha acabado controlando el canal moda, sobre todo determinadas cadenas expertas en explotar el binomio diseño y precio, y en captar al gran target de este tipo de productos: la mujer. Diseño y precio. Esas son las dos principales claves que justificarían el desfase entre las ventas de baño moda en el canal deporte y en el canal moda. El gran volumen de ventas de bañadores, sobre todo de mujer, lo controlan determinadas cadenas de moda juvenil, algunas de ellas especializadas en baño. Ganando terreno (poco a poco) a la moda TS 94 ESPECIAL 200 B A Ñ O

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