hacia este deporte donde están apuntando las marcas. Y con dos objetivos claros: reforzar las gamas más polivalentes y atraer a la mujer. Cuando un mercado está tan maduro y, además, hay tanta competitividad entre marcas, una de las grandes armas para sobrevivir y para seguir creciendo es la tecnología. El segmento de los deportes de nieve es uno de los que más invierte en I+D, especialmente en material duro. Año tras año las marcas mejoran su oferta, tanto en amplitud –adaptándose a todo tipo de esquiadores-, como en funcionalidad y tecnicidad. Para el consumir, obviamente, es un lujo. Los esquís son cada día mejores y se adaptan mejor a sus características y necesidades, sean cuales sean. El precio medio ha aumentado ligeramente, pero no tanto como para que el esquiador, sobre todo el habitual, lo anteponga a las prestaciones. No olvidemos, además, que es un target con un poder de adquisición alto que prioriza aspectos como la tecnología, la marca, el diseño... antes que el precio. En cuanto a la tipología de esquí, de unos años a esta parte se impone la polivalencia. La moda del carving –que se quedó en esoha dado paso a la proliferación de esquís all mountain, o lo que es lo mismo, con un comportamiento muy bueno en pista y fuera de ellas. También se está apostando muy fuerte por determinadas modalidades como el freeride, que están ayudando a recuperar a un target muy importante que el esquí había perdido: los jóvenes. Muchos de ellos, esquiadores habituales cuando eran pequeños habían dejado de subir a la nieve por el “aburrimiento” que les provocaba el esquí tradicional, porque no querían subir con la familia o porque ya nadie les pagaba el viaje. Ahora, con el auge de modalidades muy vinculadas a la cultura de los deportes de deslizamiento, muchos jóvenes han vuelto disfrutar del esquí. En parks y fuera de pista, pero siguen siendo ventas. MARCAS Y TIENDAS: INMERSOS EN EL BACHE El comercio especializado en esquí atraviesa uno de sus peores momentos de los últimos 50 años. La mayoría han tenido que hacer verdaderos equilibrios para poder sobrevivir y aun así muchos no lo han conseguido. Es, probablemente, el precio de arriesgar todo el capital en un deporte que depende tanto de factores externos. Es cierto que muy poca gente podía haber previsto esta situación, sobre todo después de tantos años de “bonanza”, pero la realidad es que bastó un mal año para meter el miedo en el cuerpo a todo un segmento. La solución, para el comercio, es fácil, al menos en la teoría diversificar la oferta y renunciar a especializarse sólo en esquí y snow. ¿Es viable? Esta pregunta se la han hecho la mayoría de tiendas especialistas y aunque es un decisión que dependerá de muchos factores, parece arriesgado seguir poniendo todos los huevos en un mismo cesto. No se trata de volver a la tienda multideporte, ni mucho menos, pero si que es necesario, sin renunciar a la especialización, buscar alternativas para que en temporadas malas, un deporte no condicione todo el negocio. En cuanto a las marcas es evidente quien tiene las de perder. Quien más vende suele ser quien más sufre. Aun así, y a pesar de las pérdidas acumuladas por casi todas las marcas en los últimos años, el segmento sigue apretando muy fuerte en el que sin duda es su gran caballo de batalla: la tecnología. Todas las grandes marcas han seguido su habitual carrera tecnológica como si nada hubiera pasado. La marcha de esta última temporada, mala de principio a fin- ha frenado la ligerísima recuperación del año 2009 y ha abierto los ojos a los pocos que aún creían que se podría volver a las cifras de hace una década. Si algo demostró la crisis del 2006 es que el esquí ha estado muchos años –y quizás aun lo está- sobredimiensionado. O mejor dicho, exageradamente sobredimiensionado. La oferta superaba con creces la demanda, y cuando esta cayó en picado .por lo que seapasó lo que pasó. Han pasado casi 5 años y hay muchas marcas y tiendas que todavía no se han recuperado. La guerra de precios está al orden del día, Los almacenes de unos y otros están llenos de stocks-menos, por suerte- y ni siquiera los descuentos espectaculares que se llevan a cabo sirven para poder liquidarlos. El futuro, a corto y medio plazo, no invita al optimismo. Puede que una gran nevada a principios de la temporada que viene estimule un poco este universo, pero para muchos ya es demasiado tarde. Debemos empezar a asumir que las cosas no volverán a ser como hace 10 o 15 años, por muy buena nieve que haya. Algunas tiendas que han sobrevivido los últimos 5 años se están quedando sin oxígeno y no creemos que puedan aguantar otra temporada cálida. La guerra de precios está al orden del día. Los almacenes de marcas y tiendas están llenos de stocks y ni siquiera los descuentos espectaculares que se llevan a cabo sirven para liquidarlos. El futuro, a corto y medio plazo, no invita al optimismo. TS 92 ESPECIAL 200 E S Q U Í
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