muy bajo y ni siquiera los esfuerzos de las marcas por desarrollar nuevas categorías están sirviendo para captar nuevos públicos. Sólo para que haya trasvases. Las razones, seguramente, son económicas. Es cierto que hace años que el esquí ha dejado atrás su imagen de deporte elitista, pero no nos engañemos, ir a esquiar sigue siendo muy caro. No sólo por el coste del material –textil incluido-, sino también –o, sobre todo- por los gastos que supone todo el desplazamiento, desde la comida hasta las pernoctaciones pasando, lógicamente, por los forfaits, entre los más caros de Europa. Con este panorama, el crecimiento que muchos auguraban hace apenas dos décadas, no se ha dado. España sigue siendo, mal nos pese, un país sin cultura del esquí. Estamos a años luz de países como Alemania, Austria, Suiza o, incluso, Francia e Italia. El trabajo de las estaciones para cambiar esta evidencia ha sido, en los últimos años, muy importante. Se han llevado a cabo inversiones millonarias tanto en la mejora de las pistas como en los servicios de las estaciones. Muchas de estas inversiones se han realizado con la ayuda de las administraciones –locales, regionales y centrales-, un apoyo que viene a constatar la importancia económica del esquí más allá del deporte, sobre todo en un país, como España, donde el turismo es una de las fuentes de ingresos más importantes. Sin embargo, y pese a que la mayoría de estas estaciones no tienen nada que envidiar a otras estaciones europeas, el esquí sigue siendo un deporte caro a los ojos de muchos españoles. Además, no es precisamente una modalidad “fácil” y requiere algún tiempo de aprendizaje que algunos no están dispuestos a perder –ni a pagar-. La realidad es que el margen de crecimiento del esquí es muy limitado. Esta situación comporta que estemos ante uno de los segmentos más estables del sector, con altibajos en ventas que son, casi siempre, proporcionales a la nieve y al frió que haya esa temporada. Es, también, un deporte con mucha especialización a nivel de tienda, y tampoco es muy probable que a corto y medio plazo haya quien apueste por abrir tiendas de estas características. Los últimos años han demostrado que, pese a que la especialización es una formula de éxito, en determinados segmentos tan temporales y tan dependientes de la climatología, es mejor diversificar. Sea como sea, y por muy poco margen de crecimiento que haya, los más de 7 millones de visitantes que acuden a las pistas en épocas buenas son una prueba irrefutable del peso que tiene este segmento. Es cierto que aspectos como las mejoras en el material de alquiler o los avances espectaculares que han experimentado esquís y botas han provocado que la renovación de material sea más espaciada en el tiempo, pero aun así, el publico objetivo y el volumen de negocio que mueve, hacen del esquí uno de los segmentos más importantes del global del sector. Y eso es bueno cuando las cosas van bien… y malo cuando empeoran, porque un mal año provoca un efecto dominó que puede tener consecuencias más allá del segmento. NUEVAS MODALIDADES PARA IMPULSAR LA PRÁCTICA La nieve manda. Y ni no hay, de poco sirve las estrategias que sigan las marcas para vender más y, sobre todo, para ganar nuevos adeptos. Aun así, hay que ser justos con los esfuerzos que han hecho los proveedores para abrir nuevas vías de negocio. Primero fue el snow, cuyo crecimiento fue espectacular a mediados de los 90 y hasta mediados de la primera década de este siglo. Luego perdió fuelle y ahora se ha estabilizado. Hay una buena base, pero es difícil que vuelva a logar repuntes como los que logró. Ahora el esquí tirá más, y es Una mala temporada de nieve –y/o de frío- tiene consecuencias a medio y largo plazo. Consecuencias que pueden solventarse si la temporada siguiente es más o menos buena. El problema es que encadenar dos inviernos cálidos es, para muchas marcas y tiendas, una herida de muerte. Y si en esta coctelera añadimos, además, el factor crisis, el problema es todavía más grave La realidad del esquí no es la que estamos viviendo ahora, pero tampoco era la que vivíamos hace una década. El segmento ha estado muchos años sobredimensionado, pero cuando las ventas cayeron en picado, se pusieron en evidencia los fallos del sistema. TS 91 ESPECIAL 200
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