han ayudado mucho a consolidar este subsegmento. El problema, a diferencia del fútbol, es que aún hay muchos jugadores que, por ser ocasionales o por el tipo de superficie, siguen jugando o bien con un calzado de calle o bien con botas de fútbol (sobre todo si se juega en hierba artificial). Y eso, lógicamente, incide en las ventas.. Seguramente sea una cuestión de versatilidad, pues la gente, en fútbol sala, sigue siendo un tanto reacia a comprarse unas zapatillas que no tienen un uso urbano. Esta tendencia, sin embargo, está cambiando con el espectacular trabajo que han hecho algunas marcas a nivel de diseño, como Joma o, sobre todo, Munich, que no sólo ha logrado que muchos jugadores apuesten por ella como calzado técnico, sino que, sobre todo, han logrado que sus botas hayan traspasado lo estrictamente atlético y se usen, también (o sólo), como calzado urbano. Tanto Nike como adidas, pese a que sus esfuerzos se vuelcan en el fútbol, aprovechan su fuerza de marca para liderar este segmento y, sobre todo, para crecer en tiempos de crisis. Tras las dos grandes, Munich pisa fuerte y sigue creciendo a pasos agigantados. Su diferencia respecto las dos grandes se reduce año tras año gracias, sobre todo, a sus innovadores diseños. Su imagen de marca en el mundo de la moda también ha sido clave en este crecimiento –un porcentaje considerable de las ventas no son para la práctica-. También marcas nacionales como Joma o Kelme han ganado mucho protagonismo en este segmento en los últimos años. Ambas han hecho una apuesta muy fuerte por esta modalidad y no han tardado en sacar provecho de ello. Tecnicidad y diseño han sido sus grandes bazas para escalar posiciones y colarse entre las marcas con mejor progresión en la última década. EQUIPACIONES: LOS SECUNDARIOS TOMAN EL ESCENARIO El poder de Nike y Adidas en el segmento del fútbol sólo se tambalea –de momentocuando hablamos de equipaciones, un categoría dominada en las últimas dos décadas por marca nacionales (al menos hasta la llegada de las marcas italianas) y en la que las dos grandes multinacionales apenas tienen protagonismo porque no pueden luchar, ni en precio ni en servicio, contra estas marcas especialistas. Se trata de un subsegmento que mueve mucho dinero cada año –hay más de 20.000 clubes federados, a los que hay que sumar las ligas escolares- y cuyas ventas se las reparten una amplia variedad de marcas que cambian mucho según la zona. Para consolidarse en este universo, además de tener un buen producto en calidad y precio, y un excelente servicio (rotación, entrega…) hay que tener un contacto permanente y estrecho con los clubes y colectivos, y en este sentido la proximidad se convierte en el gran valor añadido de cualquier marca. La escasa presencia de Nike y adidas en el mundo de las equipaciones queda sobradamente compensada –sobre todo en volumen- por el aplastante poder que tienen ambas marcas en el subsegmento de las réplicas, una categoría que supone un porcentaje muy importante de sus ingresos. Las inversiones que llevan a cabo Nike y Adidas para vestir a los principales clubes y selecciones del mundo son astronómicas en muchos casos, aunque viendo, por ejemplo, lo que ha conseguido adidas con La Roja (con la Eurocopa y el Mundial) y el volumen de ventas que generan las réplicas de equipos como el Barça o el Madrid, es probable que estas inversiones sean muy rentables. Aunque sea a largo plazo y/o para reforzar la imagen de marca. CALMA TOTAL El fútbol, insistimos, es uno de los segmentos más estables del sector y, sobre todo, es uno de los que tiene menos probabilidades de sufrir algún revés importante. La estructura que lo sostiene, desde los federados, hasta las marcas, pasando por televisiones y otras partes interesadas, es muy sólida, y aunque sólo sea para cuidar su parcela, son muchos los que se esforzarán para que el ritmo de los 20 últimos años se mantenga. Además, también hay que tener en cuenta que al tratarse de una modalidad atlética, en la que la moda tiene poco peso, las posibilidades de que las ventas caigan en picado son muy pocas, como ya ha quedado demostrado en el periodo que ya llevamos de crisis. Más allá del negocio, si nos centramos en las marcas, la lógica apunta a que el dominio de las grandes, especialmente en botas, será eterno. La lucha entre ellas puede ser lo más interesante a corto y medio plazo. Eso, y las estrategias que sigan las otras marcas, sobre todo las españolas, para ganar cuota. Marcas como Munich, Joma y la renacida Kelme tienen mucho que decir en los próximos años. Algunas, no nos olvidemos, fueron líderes indiscutibles no hace muchos años, cuando Nike y adidas aún no habían aterrizado en nuestro mercado. El fútbol se mantiene estable entre dos límites: uno, por debajo, que por practicantes, difícilmente sobrepasará, y otro, por arriba, que por madurez es complejo que supere. La competencia es fuerte, pero se afronta sabiendo muy bien cuales son esos límites y, sobre todo, sabiendo muy bien que la maquinaria del fútbol tiene que seguir funcionando pase lo que pase porque hay muchos intereses detrás. Un deporte convertido en negocio… La lógica apunta a que el dominio de las grandes, especialmente en botas, será eterno. La lucha entre ellas puede ser lo más interesante a corto y medio plazo. Eso, y las estrategias que sigan las otras marcas, sobre todo las españolas, para ganar cuota. TS 80 ESPECIAL 200 F Ú T B O L
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