TradeSport 200 - Junio 2012

En estos últimos años se ha hablado mucho del crecimiento que han experimentado deportes como el running, el bike o el outdoor. Deportes que, en apenas una década, se han convertido en los grandes dinamizadores del sector, ejerciendo, en muchos casos, de bote salvavidas en las peores tormentas. El crecimiento de estos deportes es innegable, pero no debemos caer en el error de creer ni que son los únicos que han ganado terreno ni que son los más importantes en volumen y unidades del sector. Hay otros muchos deportes que, por su progresión, su tradición y su volumen siguen teniendo mucho más peso que éstos. Y seguramente el mejor ejemplo sea el del fútbol, un segmento que no ha crecido de una forma espectacular en los últimos años pero que, con la etiqueta de deporte con más licencias –y con más aficionados no “contabilizados”- ha ido aprovechando las buenas épocas para crecer y se ha mantenido muy estable cuando el contexto ha sido desfavorable. Considerado desde hace muchos años –y con razón- el deporte rey, no sólo en practicantes sino, también, en ventas, el protagonismo adquirido por otros segmentos atléticos parece haber dejado en un segundo plano todo lo que rodea este universo. Pero este “arrinconamiento” sólo ha sido mediático, porque mientras nosotros – los medios- y gran parte del sector, ponía en el centro del universo a otras modalidades, el fútbol, poco a poco, ha seguido su progresión. A veces lenta, a veces con ligeros retrocesos y a veces, como en los años pares (Mundial y Eurocopa) muy positiva. Además, durante muchos años –y todavía ahora- ha sido el deporte con más peso en el comercio deportivo multideporte, y seguramente uno de los pocos que resistió en los escaparates cuando el comercio deportivo se dejó embaucar por la moda deportiva Como hemos dicho en algunas ocasiones, el fútbol es un mundo a parte, una especie de segmento que evoluciona paralelamente al sector, ajeno a todo lo que acontece y al que en las últimas dos décadas parece no afectarle ni la crisis ni, tampoco, los años de exagerado crecimiento. Tiene algún altibajo importante, pero se mantiene estable entre dos límites: uno, por debajo, que por practicantes, difícilmente sobrepasará, y otro, por arriba, que por madurez es complejo que supere.Y en este territorio, marcas y tiendas viven con una cierta tranquilidad. La competencia es fuerte, pero se afronta sabiendo muy bien cuales son esos límites y, sobre todo, sabiendo muy bien que la maquinaria del fútbol tiene que seguir funcionando pase lo que pase porque hay muchos intereses detrás. Un deporte convertido en negocio que, pese a las muchas sombras que eso conlleva, también se asegura una cierta estabilidad con ello, pues las marcas se esfuerzan –y mucho- para que la hoguera siga ardiendo. EL DEPORTE REY Si alguien se ha preguntado alguna vez porque al fútbol le llaman el deporte Rey, basta con que tenga en cuenta que aquí, y en muchos otros países, es el deporte más practicado, el más seguido, el que más pasiones levanta, el único que puede tener más de 50 horas a la semana en la televisión gratuita - y otras tantas en los medios de pago- y, sobre todo, el que más dinero mueve. Es la máxima expresión de cómo un deporte puede convertirse en negocio. Un negocio donde la venta de artículos deportivos representa una parte importante. Seguramente estemos a años luz, en facturación, de lo que mueven el patrocinio, la venta de derechos televisivos o, incluso, los sueldos de los jugadores, pero no deja de representar unos volúmenes, en unidades y valor, del que ningún segmento atlético puede presumir. Las cifras de ventas son contundentes. Entre 1,5 y 2 millones de pares vendidos cada año en la última década –entre fútbol y fútbol sala-; miles y miles de réplicas vendidas año tras año (en especial en años de Mundial o Eurocopa), sin olvidarnos del volumen que mueven las equipaciones, los complementos y todo tipo de artículos vinculados a este deporte. Estos volúmenes de ventas se mantienen, obviamente, gracias a los practicantes. El fútbol es, como hemos dicho, el deporte más practicado por los españoles –las estadísticas lo ponen por debajo de la natación, pero no hay que hacer mucho caso- y, también, el que cuenta con más licencias federativas. En enero de 2010, por ejemplo, la Federación sumaba más de 780.000 licencias, una cifra Siempre será el Rey TS 78 ESPECIAL 200 F Ú T B O L

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