Lo hemos repetido hasta la saciedad. El outdoor es uno de los segmentos con mejor salud del sector y, también, pese a la crisis, uno de los que tienen mejores perspectivas de crecimiento a corto y medio plazo. Su buena evolución en los últimos años se ha dado tanto a nivel de practicantes como de ventas, y prácticamente todos los deportes que engloba este universo han experimentado un crecimiento destacable, especialmente los más “populares”, con trail running, senderismo y trekking ligero a la cabeza. La naturaleza ha tenido, sin duda, un gran protagonismo en esta evolución. Como también han sido determinantes los cambios socioeconómicos que se han dado en las grandes ciudades: la naturaleza se ha convertido en un reclamo para muchos consumidores –deportistas y no deportistas- que cansados de la ajetreada vida laboral y urbana se largan a la montaña a “desintoxicarse” en cuanto tienen tiempo libre. Las modalidades más “técnicas” también han crecido, pero han sido el outdoor más “Light” y, sobre todo, el llamado outdoorwear, quienes han condicionado el buen comportamiento del segmento. La gente ha entendido que no hace falta escalar montañas de más de 3.000 metros para disfrutar de la naturaleza. Lo importante, al final, es hacer deporte…y hacerlo lejos de la ciudad. Puede que hace 20 años el outdoor se limitase a los cuatro o cinco locos que se atrevían con los sietemiles y ochomiles y a los escaladores, pero hoy por hoy, aunque estemos ante uno de los segmentos más técnicos del sector, y a pesar de que muchas de sus modalidades impliquen, no sólo una excelente preparación física sino, también, el uso de material muy técnico, lo que ha dinamizado este gran universo del outdoor ha sido, el boom que han experimentado modalidades como el trekking, el senderismo, las travesías o el walking, todos ellos muy accesibles… y asequibles. La popularización de estas modalidades ha provocado un giro considerable en las estrategias de muchas grandes marcas del universo outdoor, que en la última década se han apresurado a adaptar sus colecciones a las necesidades de este emergente target. Siguen conservando, lógicamente, sus líneas más técnicas, las destinadas a modalidades más extremas, pero han ampliado considerablemente su oferta para quienes practican modalidades más accesibles o para quienes, simplemente, les gusta vestir outdoor en su día a día. La oferte de las tiendas es, sin duda, la mejor demostración de este cambio. Las grandes han nacido y crecido con lo técnico, con lo extremo incluso, y han seguido apostando por esta tecnicidad máxima (que les da imagen) pero, a la vez, han desarrollado colecciones menos técnicas y más asequibles en precio. Eso si, en ningún caso han renunciado a sus dos grandes valores añadidos: tecnicidad y funcionalidad. TECNICIDAD Y DISEÑO Una parte importante del éxito que, en estas dos últimas décadas, ha logrado el outdoor hay que buscarla en el protagonismo que ha ganado la tecnicidad en la mente del consumidor. Las marcas de este mundo siempre han sido muy técnicas –seguramente más en sus iniciosy la funcionalidad ha sido el gran argumento de venta durante muchos años. El practicante habitual siempre ha sido muy consciente de la importancia de utilizar el material adecuado, pero el gran cambio se ha dado cuando el practicante ocasional se ha ido concienciando de la importancia de utilizar material técnico. Y como en muchas otras disciplinas técnicas, uno de los grandes logros de estos últimos años ha sido haber conseguido que el consumidor no anteponga el precio a cualquier otro argumento de compra (algo que, por desgracia, ha cambiado un poco con la crisis). Hasta no hace mucho había quien creía que sólo quienes pretendían subir ochomiles en pleno invierno debían ir bien equipados, pero la realidad es que cualquier deporte al aire libre, sea cual sea su nivel de exigencia -y sea cual sea la época del año-, requiere el uso de material técnico. Tanto si nos vamos dar un paseo alrededor de un pantano como si intentamos subir un 4.000. Pero más allá de lo técnico, y como hemos dejado entrever hace algunas líneas, también la moda ha tenido un papel muy importante en el crecimiento que ha experimentado el outdoor en los últimos años. Las marcas son conscientes de que muchos de los artículos que se venden acaban utilizándose para el día a día, y con esta premisa, como hemos dicho antes, han cambiado considerablemente su oferta. Para evolucionar hay que adaptarse a las necesidades del consumidor. Y eso es lo que han hecho las marcas. Y ahora, a diferencia de hace 20 años, nadie se extraña de ver por la calle a alguien con unas zapatillas de montaña o una tercera capa encima del traje. La montaña seduce La popularización del outdoor ha provocado un giro considerable en las estrategias de muchas grandes marcas de este segmento, que en la última década se han apresurado a adaptar sus colecciones a las necesidades de este emergente target. TS 68 ESPECIAL 200 O U T D O O R
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