TradeSport 199 - Mayo 2012

les. Al final, la gran diferencia es que la moda no ha querido entrar en el canal deporte y el deporte sí ha querido entrar en el canal moda. La crisis ha demostrado que la moda es peligrosa. O mejor dicho: que depender de la moda es peligroso, y viendo como han ido las cosas en estos últimos meses, parece claro que lo que debe hacer el deporte es darle al consumidor una alternativa. Demostrarle que hay marcas de deporte que pueden ser tan o más exclusivas que cualquier marca de moda. Y convencerle, sobre todo, de que en el canal deporte hay una oferta muy buena de moda deportiva. El problema –y ya van unos cuantos- es que hoy por hoy marcas y tiendas caminan a ritmos distintos. Y hacia direcciones diferentes. Las marcas intentan mantener su fuerte apuesta por la moda deportiva, definiendo muy bien las colecciones (y muchas de ellas, manteniendo y potenciando, también, sus líneas atléticas: las tiendas, sin embargo, no se adaptan a esta progresión, y muy castigadas por la crisis, no tienen margen alguno para dar respuesta a las necesidades actuales del consumidor, que no sólo gasta mucho menos sino que, sobre todo, ha dejado de comprar en entornos donde no se siente cómodo. Por muchas ofertas abusivas que haya. Esta diferencia de e velocidades entre unos y otros es la que ha provocado que las marcas del sector dejen de confiar en el propio sector para vender sus líneas más urbanas. Y las dos soluciónes que han encontrado son nefastas para la tienda multideporte: o intentan ganar cuota en el mundo de la moda con colecciones que no venden en el canal deporte o apuestan por las tiendas propias. CAMBIAR PARA APROVECHAR EL RENACER DE LA MODA DEPORTIVA A día de hoy que el canal deporte aproveche el más que previsible boom que experimentará la moda deportiva dentro de, esperemos, pocos meses, sólo depende de él. Las tiendas tienen que adaptarse de una vez por todas a lo que en realidad busca el consumidor y definir sus estrategias –y el look de su tienda- en función de la oferta que elijan vender. A estas alturas es obvio que mezclar lo atlético con la moda es cada vez más absurdo. Tan absurdo como intentar vender determinadas marcas en un entorno tan austero, masculino y “deportivo” como el de la gran mayoría de multideporte. Si alguien quiere apostar realmente por la moda deportiva de marcas deportivas que lo haga en oferta y, sobre todo, en presencia. Y quien prefiera apostar por marcas del canal moda o por las líneas más fashion de determinadas marcas deportivas lo mejor que puede hacer es montar una tienda de moda. Sea cual sea su elección hay algo que el comercio tiene que tener muy claro: en nuestro sector hay marcas suficientes como para “construir” un surtido más que atractivo para aquellos consumidores que buscan este tipo de productos.Y también tienen que tener claro que, a día de hoy, su competencia no son las marcas del mundo de la moda que están apostando por la moda deportiva, sino, más bien, determinadas cadenas de moda juvenil, que están sabiendo atraer a un target que, hace algunos años, era sólo nuestro. En cuanto a las marcas, sólo un consejo: mírense al espejo y analicen si, realmente, tienen posibilidades de entrar en el mundo de la moda. Todas quieren, pero no todas pueden. Hay marcas que por su peso o por si historia están casi obligadas a intentarlo pero a otras marcas les basta con intentar crecer en nuestro sector, donde el concepto moda es mucho menos estricto y donde la competencia se limita a las marcas deportivas y no hay que luchar contra gigantes de la moda mil veces más ágiles. Unos y otros, marcas y tiendas, tienen que entender de una vez por todas que ahora, y cuando pase la crisis, quien marca el camino hoy en día es el consumido. No todo el mundo puede especializarse y no todo el mundo puede apostar por la moda, pero si definimos nuestras estrategias en base a un tipo de perfil concreto, cualquier fórmula puede ser rentable. Y por mucho protagonismo que nos robe el canal moda y por mucha crisis que haya provocado una caída en picado del consumo de moda, apostar por el sportwear es ahora, y sobre todo en unos meses, una apuesta segura. El problema, como siempre, es saber por qué tipo de sportwear hay que apostar. Y, también, quien debe y quien no debe hacerlo. La especialización es una buena solución para muchas tiendas, y haríamos bien en o caer en el error de que uno sólo puede especializarse en lo atlético. También hay margen para hacerlo en moda deportiva, y el futuro de muchas tiendas y, también, de muchas marcas, pasa por entender, de una vez por todas, que hay alternativas para explotar la moda deportiva con marcas de deporte. Eso sí, para que las marcas también se centren en el deporte y dejen de obsesionarse sólo por determinado perfil de tienda, el comercio debe darles razones convincentes para que lo hagan. Y eso implica cambios de estrategia, de gestión y, sobre todo, de imagen. El futuro, aunque a estas alturas no lo parezca, invita al optimismo. Cuando la tormenta pase el sportwear demostrará que su potencial es, todavía, muy grande. Y si sabemos aprovecharlo, y no cometemos los errores del pasado, nos esperan buenos tiempos. ESPECIAL SPORTWEAR El futuro, aunque a estas alturas no lo parezca, invita al optimismo. Cuando la tormenta pase el sportwear demostrará que su potencial es, todavía, muy grande. Otro tema es si seremos capaces de aprovechar este potencial o lo harán otros. A estas alturas es obvio que mezclar lo atlético con la moda es cada vez más absurdo. Tan absurdo como intentar vender determinadas marcas en un entorno tan austero, masculino y “deportivo” como el de la gran mayoría de multideporte. TS 38

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