No se asusten. Explotar en el buen sentido. Los primeros meses de la crisis se cebaron, sobre todo, con la moda deportiva, que durante algunos años ha sufrido como pocos segmentos. Algunos indicios apuntan a que poco a poco se va recuperando del varapalo y que, atrapada por las garras de la crisis, no arranca porque no la dejan, aunque ganas – y demanda- no le faltarían. Es moda, y como todo el mundo sabes, hay ciclos. Ciclos que muchas veces son ajenos a la realidad económica y tienen que ver con las tendencias. Por desgracia, no es el caso, y si no acaba de renacer como muchos auguraban hace un año es, simplemente, porque el contexto se lo impide. Su gran ventaja, es que es un mundo acostumbrado a los altibajos y que tiene perfectamente asumido que después de la tormenta siempre viene la calma. UN ERROR DE ESTRATEGIA Lo hemos dicho en varias ocasiones y, a estas alturas, todo el mundo es conciente de ello. Uno de los grandes errores que ha cometido el sector a lo largo de toda su historia ha sido el dejarse seducir en exceso por los cantos de sirena de la moda. Las cosas, hace una década, no eran como ahora, y cuando el comercio deportivo empezó a darse cuenta de que lo atlético ya no tenía tanta tirada como en la segunda mitad de la década de los 90, no dudo ni un segundo en dar un giro radical a su filosofía y apostar por lo que, en ese momento, “rompía”: la moda deportiva. El problema no es que lo hicieran unas cuantas tiendas; lo hizo la gran mayoría de comercios, desterrando todo lo atléticos a una esquina –si lo mantenían- y llenando sus estanterías –y sus almacenesde moda deportiva. La caída de los índices de práctica deportiva y, sobre todo, la fuerza que estaba cogiendo Decathlon fueron razones de peso para despreocuparse del deporte y dar un giro hacia la moda. Moda deportiva de marcas del sector o, si “colaba”, moda pura y dura –con estilo deportivo-. Era la ley de la demanda y la oferta. El look deportivo estaba arrasando en las calles y, además, la moda comenzaba a dejar atrás sus recelos hacia el deporte. Si había que adaptarse a la demanda, era casi obligatorio apostar por esta categoría. En muy poco tiempo el sportwear y toda la larga lista de “derivados” (sportstyle, lifestyle, casualwear…) monopolizaron las ventas en el canal deporte. La dependencia era absoluta… y excesivamente peligrosa. Sobre todo porque, insistimos, se trataba de moda, un universo imprevisible y con constantes altibajos. Paralelamente a este cambio en el canal multideporte, y seguramente “por culpa” de éste, empezaron a emerger las tiendas especialistas, que en muy poco tiempo se hicieron fuertes. En casi todos los segmentos. Su auge ponía todavía más en jaque al comercio multideporte, que en caso de un varapalo de la moda, no tendría mucho margen para volver a sus raíces. Y pasó lo que tos sabemos. Llegó la crisis. Y la moda, más que nadie, comenzó a sufrirla. Y mucho. Las ventas cayeron en picado y la moda deportiva no tenía apenas demanda. Y los almacenes llenos a rebosar. ¿Resultado? Desde hace muchos meses las tiendas no tienen más remedio que abusar de los descuentos para vender la gran mayorçía de su oferta en moda deportiva. Las tiendas que no han renunciado a sus orígenes, están aguantando el chaparrón gracias, sobre todo, al material atlético, mientras que quienes han llenado sus comercios de moda, dejando de lado el material deportivo, lo están pasando mal porque no tienen margen –ni producto- para equilibrar las pérdidas. La realidad actual del sector, gracias o por culpa de la crisis, presenta un panorama comercial muy bien definido. Lo atlético lo controla las especialistas y algunas multideporte que han sabido trabajar bien varios segmentos. La moda deportiva, aunque esté en horas bajas, es cosa de las tiendas que han aguantado el chaparon. Y en medio, entre dos aguas, y con el agua al cuello, las multideporte que insisten en apostar por lo atlético y por la moda sin distinción. Y eso es lo peor que pueden hacer. La situación es compleja, y muchas tiendas están más cerca de cerrar que de aguantar hasta que pase el chaparrón –y de momento no hay claros-, pero tampoco podemos caer en el pesimismo más absoluto. La situación no es fácil, pero de la misma manera que las ventas han caído en picado cuando las cosas han ido mal, también parece lógico ESPECIAL SPORTWEAR TS 36 La moda deportiva, a punto para volver a explotar
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