y un neopreno asequible, y el que, directamente, puesto que no aspira a mucho más que a divertirse –con una o dos pruebas al año- nada sin neopreno o con uno alquilado, y se las apaña con alguna bici de paseo o, incluso, con su bici de montaña. Unos minutos contemplando los participantes de, por ejemplo, la Garmin de Barcelona (el triatlón más multitudinario -y popular- de España), bastarán para identificar estos perfiles. Obviamente son estereotipos muy genéricos, porque también hay quien apenas tiene físico para acabar un sprint y se compra una bici de 3.000 euros, o el que puede hacer un buen tiempo en Zurich pero no tiene poder adquisitivo para hacerlo con el mejor material. Como hemos dicho es un deporte al alcance de todo tipo de gente… EL COMERCIO SE APUNTA A LA MODA Como suele pasar con todos los segmentos que, en algún momento, experimentan un fuerte crecimiento, uno de los aspectos más significativos de este auge del triatlón ha sido la fuerte especialización que se ha dado tanto en marcas como, sobre todo, en comercio. En apenas dos años la cifra de tiendas especializadas en triatlón se ha multiplicado exponencialmente, confirmando algo que muchos ya sabíamos: que cuando algo funciona, salen inversores y nuevos detallistas por todas partes. Se apuntan a la moda del running y, también, a la del triatlón. Total, abrir una tienda lo puede hacer cualquiera que tenga un poco de dinero y si te quedas en paro y te ponen sobre la mesa 30 ó 40 mil euros, y te gusta el triatlón, pues la regla de tres es fácil: abre una tienda (entiéndase la ironía). Abrir, insistimos, lo puede hacer cualquiera; pero no todo el mundo puede aguantar. Sobre todo porque, aunque haya quien no esté de acuerdo, la oferta ya está por encima de la demanda. Sí, el triatlón se ha disparado, pero probablemente la cifra de practicantes no justifica las innumerables aperturas que ha habido en los últimos meses, especialmente en las grandes ciudades. Ganarse al comprador cuesta mucho, y la competencia, ahora, es muy fuerte. Muchos no aguantarán –ya hay algunos cierres previstos a corto plazo- y poco a poco el mercado se irá definiendo. Además, no hay que olvidar que aunque los neoprenos son un producto muy específico que, generalmente, se vende sólo en tiendas especializadas, el calzado se puede comprar en una tienda de running y las bicis en una de bicicletas. Y eso significa mucha más competencia, sobre todo teniendo en cuenta que tanto bike como running son dos de los segmentos más fuertes del momento y, también, dos de los más especializados a nivel comercial. También hay que tener en cuenta que una cosa es abrir en una zona donde no haya ninguna tienda de triatlón posicionada y otra muy diferente es hacerlo donde ya existen establecimientos más veteranos que llevan años siendo la gran referencia de un deporte hasta hace poco minoritario. Una tienda especializada requiere mucho trabajo y necesita unos años para funcionar bien, y algunos han abierto convencidos de que bastaba con subir la persiana para empezar a facturar. En deportes como el bike, el running o el triatlón la venta de producto es una parte importante, pero no ESPECIAL TRIATLÓN Aunque sigan abriendo tiendas especializadas, el mercado no puede absorber tanta oferta. La selección natural hará su trabajo y, al final, quedarán sólo las tiendas que se gestionan con la cabeza y tienen al frente gente que sabe cómo hacerlo y que conoce muy bien el producto y lo duro que es. En apenas dos años la cifra de tiendas especializadas en triatlón se ha multiplicado exponencialmente, confirmando algo que era de esperar: que cuando algo funciona, salen inversores y nuevos detallistas por todas partes. TS 64
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx