Es cierto, como hemos dicho antes, que en relativamente poco tiempo Decathlon se ha convertido en el principal proveedor de material duro para quienes se inician, obligando a las marcas a renunciar a dejar de lado esta categoría para centrarse en gamas medias y altas, pero cuando alcanza un cierto nivel, el jugador busca marca. Y las alternativas no son muchas. En el mundo del tenis se da una circunstancia poco habitual en el deporte: las grandes generalistas no son competencia y el mercado está dominado exclusivamente por las marcas especialistas. Y a diferencia de otros segmentos, el mercado está dominado completamente por apenas seis o siete marcas con Wilson, Babolat y Head en cabeza, pero con otras marcas como Völkl, Dunlop, Prince, Pacific o Tecnifibre apretando muy fuerte. Todas son marcas especialistas y quizás por ello las fuerzas están mucho más repartidas. Son las que tienen recursos para invertir en I+D y, sobre todo, son las que pueden patrocinar jugadores de primer nivel. Babolat y Wilson han ganado mucho con Nadal y Federer, pero todas las grandes tienen en nómina a jugadores que están entre los Top Ten… y a promesas que el día de mañana pueden desbancar a los que hoy son los mejores jugadores del mundo. El tenis, lo hemos dicho, es un deporte muy mediático, y la mejor prueba de ello son las fuertes inversiones que hacen estas marcas para que los mejores tenistas del mundo jueguen con sus productos. En cuanto al calzado, es probable que sea la categoría que, dentro del tenis, ha experimentado un mejor comportamiento en los últimos años. Por suerte, la gran mayoría de jugadores habituales –por no decir todos- juegan con calzado específico, y cada vez es menos habitual ver a alguien en una pista con un calzado de running o con zapatillas casual. El desarrollo tecnológico que se ha dado en el mundo de las raquetas también ha comenzado a darse, en los últimos cinco años, en el calzado, que pasando absolutamente de la moda, ha empezado a explotar el factor tecnología sin obsesionarse por el volumen. Ahora se venden muchos menos pares, con un precio medio más alto, y muy enfocados a los jugadores. A diferencia del material duro, donde Nike y adidas no tienen apenas protagonismo – uno porque no tiene y otro porque justo acaba de empezar- sí que debe atribuírseles parte del mérito -gran parte, para ser justos- del crecimiento que ha experimentado el calzado técnico. A ellos, a marcas especialistas como K-Swiss, Asics, Lotto o Joma, y a las marcas de material duro que han apostado por esta categoría en los últimos años –principalmente Wilson, Babolat y Head-. Su excelente trabajo ha servido para “amortiguar” el fuerte dominio de Nike y adidas, que pese a controlar el mercado, su cuota conjunta no es tan contundente como en otros deportes en lo que invierten tanto dinero en patrocinio. En textil las cosas cambian considerablemente. Sigue siendo una categoría “secundaria” dentro del segmento –como en muchos otros, demasiados practicantes creen que se puede jugar con cualquier prenda-, y por otro lado es una categoría donde Nike y adidas sí dominan aplastantemente el mercado (aunque poco a poco también se empieza a notar el esfuerzo que en esta última década han llevado a cabo varias marcas especialistas con muchos menos recursos y sin la posibilidad de esponsorizar a los grandes). El futuro de esta categoría es bastante más impredecible que el del material duro o el calzado porque al jugador aún le cuesta mucho entender los beneficios de utilizar prendas técnicas –más caras-, pero confiemos en que el trabajo de marcas como Nike, adidas, Asics, TTK o la española Joma, que están apostando muy fuerte por el desarrollo de prendas ultrafuncionales y, además, vuelcan muchos esfuerzos en comunicarlo, pueda cambiar esta tendencia. Como ha pasado en otros deportes. Sea como sea, aunque el comportamiento de las categorías de calzado y, sobre todo, de textil, esté a años luz del que podría ser, si lo comparamos con el volumen que mueve la venta de raquetas, es probable que a corto y medio plazo sean estas dos categorías las que mayor potencial de crecimiento tengan. No hay que olvidar que todos aquellos que juegan al tenis tienen raqueta pero no todos juegan con calzado y textil técnico. FUTURO SIN SOBRESALTOS El tenis es uno de esos deportes que difícilmente va a experimentar un gran crecimiento de practicantes y de ventas pero que, sin embargo, cuenta con una base lo suficientemente sólida como para que sufra fuertes pérdidas. Con el auge del pádel las posibilidades de “pegar un estirón” se han visto muy limitadas, pero el aguante que ha demostrado pese al auge de esta nueva modalidad es un argumento sólido para defender que, ni a corto ni a medio plazo, el tenis va a sufrir. Se seguirá avanzando, poco a poco, y sin sobresaltos Esta madurez será un estímulo para las marcas. Sin nuevos practicantes, será la lucha entre marcas, con la tecnología como eje de las estrategias, la que marcará el futuro del segmento. Cualquier marca que quiera avanzar deberá hacerlo a costa de sus competidores y eso aportará muchas mejoras al segmento y al consuEl tenis difícilmente experimentará un gran crecimiento, pero cuenta con una base lo suficientemente sólida como para que experimente fuertes pérdidas. Con el auge del pádel las posibilidades de “pegar un estirón” se han visto muy limitadas, pero ni a corto ni a medio plazo va a sufrir. TS 34 ESPECIAL TENIS Y PÁDEL
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx