TradeSport 198 - Abril 2012

pletamente este deporte en el plano mediático, pero como hemos dicho, en cuanto a la práctica, el crecimiento ha sido infinitamente más moderado y las cifras de practicantes que se barajan hoy en día son, seguramente, bastante más bajas de las que se preveían hace algunos años. No en vano, en 1985 se alcanzaron las 127.000, mientras que 25 años después, y tras una caída en picado a mediados de los 90, apenas se superan los 100.000 federados, con crecimientos –o retrocesosanuales que desde hace más de una década no superan el 3-4%. Aun así también hay que tener muy en cuenta la cifra de practicantes no federados, que aunque es tan o más estable que la de licencias, es, por su volumen, una de las más importantes del sector. De todas maneras, como hemos dicho al principio de este artículo, es muy complejo que el número de jugadores amateurs de tenis crezca en los próximos años. Y no sólo por el empuje del pádel – cada vez hay más clubes que cambian sus pistas de tenis por canchas de pádel, mucho más rentables y, a día de hoy, con bastante más demanda- ni porque su aprendizaje sea más complejo que, por ejemplo, el del pádel, sino, sobre todo, porque pese a dejar atrás los prejuicios que despertaba hace años, sigue siendo un deporte bastante caro. El material no es especialmente caro (una raqueta “digna” y un calzado adecuado no superan en mucho el precio de unas buenas zapatillas de running) pero ser socio de un club o jugar en las pocas pistas municipales o de alquiler público que quedan es, por lo general, muy caro. Eso sí, el tenis tiene a la cantera bastante “controlada”, y la gran mayoría de niños que se introducen en al mundo de la raqueta apuesta por el tenis antes que por el pádel. La tendencia está cambiando en los últimos años, pero todavía ahora la gran base del tenis es una de sus mayores garantías de futuro No es un deporte fácil de aprender, y a partir de determinada edad es complejo que alguien que no ha jugado a tenis comience a hacerlo, sobre todo habiendo una alternativa como el pádel, mucho más simple de alcanzar un nivel mínimo para disfrutar y, para muchos, bastante más divertido. VENTAS La lógica se impone en las ventas de tenis y si, como hemos dicho, la práctica se ha mantenido muy estable en los últimos años, también las ventas han experimentado una absoluta estabilidad. No ha sido, ni de lejos, una progresión tan buena como la que se auguraba cuando la Armada Invencible empezó a dar una segunda vida al tenis, pero tal y como está el patio, mantener el volumen de ventas – en unidades y, sobre todo, en valor- no deja de ser un mérito. Y más teniendo en cuenta que Decathlon y su marca Artengo han ganado una cuota importante en la franja de precios bajos (iniciación). Las razones que han frenado el crecimiento del tenis ya las hemos expuesto antes, y van desde el precio de los clubes o las dificultades de aprendizaje, hasta el continuo cambio de pistas de tenis por canchas de pádel. Todo eso ha conllevado que muchas tiendas que, hasta no hace muchos años, apostaban fuerte por el tenis, hayan ido limitado progresivamente el espacio que dedicaban a esta modalidad en beneficio, obviamente, del pádel. Además, desde las marcas líderes de este segmento se ha constatado que hay un volumen considerable de jugadores habituales de tenis que se están convirtiendo en jugadores de pádel, dejando de lado el tenis o jugando ocasionalmente (con lo que ello supone a nivel de renovación de material). De ahí su fuerte apuesta por el pádel: el cliente ya lo tienen, y si éste se pasa al pádel, es probable que siga apostando por la marca con la que juega a tenis. Sea como sea, las cifras que ha movido este segmento en los últimos años son la confirmación más significativa de que probablemente estemos ante uno de los deportes más maduros del sector. Las posibilidades de que a corto plazo se disparen las ventas son mínimas, pero por suerte, también lo son las posibilidades de que se dé una debacle. Y no sólo porque los jugadores habituales son muy fieles a este deporte, sino, sobre todo, porque los más pequeños, los que en el día de mañana pueden representar el gran target de los deportes de raqueta, sigue prefiriendo el tenis al pádel. En cuanto a las marcas, si nos centramos en las raquetas, el producto estrella del universo tenis, uno de los grandes tesoros del segmento, más allá del peso que tiene el I+D, es que el jugador, sea cual sea su nivel, pero sobre todo aquellos que juegan con cierta regularidad, siempre ha sido muy marquista y, sobre todo, siempre ha sabido muy bien la importancia de jugar con una raqueta que se ajuste a sus necesidades. No es un perfil de consumidor que tenga muchos reparos en pagar por la tecnicidad. TS 33

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