entendido, y centran la mayoría de sus estrategias en las líneas más atléticas. Es cierto que hay determinadas marcas que, por moda, pueden seguir conquistando a la mujer, pero lo hacen precisamente, como moda, y muchas veces ni siquiera, las compra en el canal. Aunque suene derrotista, a estas alturas lo mejor que podemos hacer es asumir que no tenemos capacidad de competir con las grandes cadenas de moda .Ellos tienen precio, tienen oferta, tienen diseño, tienen rotación… y nosotros programamos a 6 ó 9 meses vista. Además, el canal moda, pese a la crisis y la consecuente caída del consumo, sigue gozando de un mayor estatus que el nuestro: tiene mejor imagen, más glamour y, sobre todo, tiene un público mucho más fiel formado, básicamente, por mujeres. Por si fuera poco, esta moda, incluso la más exclusiva, está apostando con firmeza por el look deportivo y se ha adueñado del concepto moda deportiva como si lo hubiese creado, dando la sensación –nefasta para el sector- que el look sport tiene muy poco que ver con el deporte. La realidad, al fin y al cabo, es que a día de hoy la mujer sólo representa aproximadamente un 20% del total del mercado. La evolución en los últimos años, además, es mínima, un dato sorprendente si tenemos en cuenta que las grandes marcas están equilibrando sus colecciones masculinas y femeninas y para muchas de ellas las líneas femeninas ya representan la mitad de su oferta. ¿Qué significa este desfase? Pues muy simple: o que las marcas no consiguen vender estas líneas para mujer o que lo hacen en otros canales -el de la moda, básicamente-. La batalla la perdemos, con contundencia, en el llamado sportwear. Por lógica controlamos las ventas de material atlético –que, insistimos, han subido-, pero perdimos hace años la guerra de las líneas urbanas. No tenemos capacidad de competir con las grandes cadenas de moda juvenil ni con la moda más exclusiva. Con los primeros, jugamos con muchas desventajas: precio, oferta, tendencias, renovación de las prendas, modernidad, diseño...; con los segundos, básicamente se trata de una batalla entre dos conceptos: moda y deporte. Y la moda, hoy en día, puede más que el deporte: por imagen de las tiendas, por glamour, por diseño…Y lo más triste de todo es que a estas alturas ya nadie se sorprende de que la mujer compre moda deportiva en todas partes menos en la tienda de deportes. Para ellas, el look sport tiene muy poco que ver con el deporte. Y ése es el problema. Un problema que se agrava cuando estos mismos canales alternativos se convierten, incluso, en los proveedores de material deportivo, con prendas que pueden adaptarse a la práctica de deportes como el aeróbic y el fitness.-los más practicados por las mujeres de 14-24 años, principal target de este tipo de productos y uno de los grupos más importantes para el sector deportivo. Pero más allá de que el comercio deportivo no ha apostado por la mujer como muchos pronosticaban, es obvio que normalmente, pero sobre todo ahora, la oferta tiene que adaptarse lo mejor posible a la demanda, y hoy por hoy esa demanda no existe porque la mujer no ha cambiado un ápice su postura respecto ESPECIAL MUJER TS 26 Las marcas de prácticamente todos los segmentos atléticos, con running, esquí y outdoor en cabeza, han ampliado considerablemente sus colecciones específicas para mujer. Las tiendas también han dado un paso importante en este sentido, sobre todo las especialistas, que dedicando mucho más espacio al material deportivo para ellas.
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