El sector de artículos deportivos ha sido, tradicionalmente, un sector muy masculino. Masculino y adulto. Dos importantes targets como la mujer y el niño han estado siempre completamente olvidados y sólo cuando se ha dejado de crecer en Hombre y se ha tenido que buscar alternativas para no quedarse estancado, se ha empezado a ver a estos dos públicos, sobre todo a la mujer, con otros ojos. El problema, como ha quedado claro en la última década, es que la reacción ha sido muy tardía, y aunque las mujeres son uno de los perfiles de compra más importantes para el deporte, no son, ni de lejos, buenas consumidoras. Compran, sí, pero no para ellas. Y a veces tampoco para sus hijos. A estas alturas sonará muy repetitivo, lo sabemos, pero no por ello vamos a dejar de decirlo una y otra vez: tanto los más pequeños como, especialmente, las mujeres, son dos categorías con un potencial bastante considerable que no se aprovecha. Algunas marcas insten año tras año y, gracias a ellas, Mujer y Niño mantienen el tipo, sobre todo en la parte más atlética –donde sí ha crecido la venta de material para ellas- pero la realidad global es que ni marcas ni tiendas acaban de confiar demasiado en estas categorías. El sector, pese a la crisis, aguanta y crece. Poco, pero tal y como están las cosas, podemos estar satisfechos. El problema es que sigue dejando pasar algunos trenes a los que ya no podrá subirse si no empieza a correr. Y a estas alturas nos tememos que ya es demasiado tarde, entre otras cosas porque ya hay quien ha “copado” las ventas a estos dos importantes grupos. ¿Culpables? Seguramente mucha más gente señalaría a las tiendas antes que a las marcas, pero para ser justos, es importante tener claro no sólo que las tiendas suelen responder a una demanda real, de manera que si no apuestan por Mujer y Niño es porque esa demanda no existe –salvo en lo atlético, insistimossino, también, porque en épocas como la actual, las tiendas apuestan sobre seguro. Y hoy por hor, por desgracia, Mujer y Niño son una apuesta arriesgada. A la Mujer la dejaremos de lado hasta el próximo número para centrarnos, en este artículo, en la categoría de Niño. Son dos casos diferentes en muchos aspectos y los motivos que han motivado este pasotismo son muy diferentes, pero tienen un punto en común: quien los compra. Y seguramente una de las razones por las que más de un 95% de las ventas para niño se lleva a cabo en otros canales o en Decathlon sea, precisamente, porque quien compra –la mujer - no siente ningún tipo de afinidad con el canal deporte. El resultado, al final, es que estamos ante una categoría que, en nuestro canal, está descaradamente monopolizada por un solo operador. El de siempre. Y difícilmente van a cambiar las cosas a corto o a medio plazo. A pesar de que muchas de nuestras reflexiones han pecado de pesimismo, sobre todo por lo difícil que resulta para marcas y tiendas luchar contra Decathlon y las cadenas de moda infantil, la categoría Niño sigue siendo una de las que mayor potencial tiene para el sector de artículos deportivos si éste sabe aprovechar sus ventajas. ESPECIAL NIÑO TS 34 El niño sigue sin crecer
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